Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
El interés de China en la
región, desde México a Panamá, estaba claro desde el 2015 y, en el 2017, fue
evidente su estrategia de que Panamá,
fuese su plataforma para la penetración
en el resto de Centroamérica, lo cual nos obliga a entender dicho fenómeno, más
allá de simple apreciación económica, de
los efectos inmediatos en El Salvador y del beneficio que aportará al FMLN.
Para algunos, la expansión china es la consecuencia lógica
de su actividad económica, para otros, es la respuesta al proteccionismo de
Donald Trump, pero no: es la necesidad
de preservación del Partido Comunista Chino, frente a las necesidades de China, en competencia con economías más fuertes.
Si tomamos como
referencia la obra “REFORMA ECONOMICA Y DEMOCRATIZACIÓN POLÍTICA EN EL
COMUNISMO CHINO” de Chen Teh-sheng, publicado en 1987 y otras obras editadas
por la Liga Mundial Anticomunista, Capitulo Chino, sabemos que el modelo
comunista chino, basado en los modelos de Lenin y Stalin, acelerado por la
impaciencia de Mao Tse-tung, iría al fracaso, frente a las economías occidentales,
sometiendo a China, a un sojuzgamiento ideológico de occidente (capitalismo
liberal y democrático), como sucedió en la
primera y segunda guerra del opio (1839-1842 y 1859-1860) marcando la separación
política de Hong Kong y Macao y el fin, de la dinastía Quing en 1912.
En 1984, el Presidente Deng Xiaoping estableció el
principio: “un país, dos sistemas”, para poder integrar a China, Hong Kong y
Macao, como recuperación soberana, de lo
perdido en las Guerras del Opio; sin embargo, la existencia de un sistema
político y económico diferente, exigía la creación de Zonas Económicas
Especiales (Shanghái, Macao y Hong Kong), garantizando el aprovechamiento del
beneficio del capitalismo, sin perder el control político, permitiendo la permanencia del Partido Comunista Chino y, su
expansión económica.
La balanza comercial
desfavorable con Estados Unidos, es provocada por un contrasentido, pues muchas
empresas norteamericanas, han mudado sus inversiones a China, provocando al unísono,
beneficio y perjuicio a la economía
interna de los Estados Unidos y, por los intereses globales de este país, se ha
descuidado su influencia en Latinoamérica, permitiendo el avance de China, que
siguiendo una sinergia comercial, necesita de los recursos y el mercado
latinoamericano.
La planificación estratégica
de China, es mucho más prolongada que la de los Estados Unidos y hasta
consolidar en Centroamérica, su posición económica, no darán ningún paso
militar (canal terrestre y refinería de crudo pesado en Costa Rica y la
consolidación de inversiones en México), sin embargo, una alianza política
entre el Partido Comunista Chino y el FMLN, podría acelerar su consolidación.
En época de la Revolución
Cultural, Den Xiaoping y Liu Shaoqui
fueron acusados de derechistas y contrarrevolucionarios, sin embargo, la idea
de la liberación de la economía socialista, salvó la existencia del régimen, el
cual se hubiese derrumbado al igual que la Unión Soviética, víctima de lo
desastrosa que resulta la economía socialista, en lucha contra occidente.
El Partido Comunista
Chino, pretendiendo manipular las
elecciones, en Hong Kong, dio la Revolución
de los Paraguas o Primavera Asiática, que terminó encarcelando a Joshua Wong. Esto prueba el control político
que ejercen sobre un sistema basado en la democracia y, que las empresas chinas,
son en realidad una extensión del Partido Comunista Chino, marcando gran
diferencia con las empresas occidentales y el principio de libertad
Pudiesen los negocios con
China ser fantásticos, pero su costo sería mayor, pues a la larga los intereses
comerciales serían substituidos por intereses políticos en su favor y,
perjudiciales para nuestro sistema de vida y libertad. Podríamos perder
territorio y vida independiente.
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