Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
La gobernabilidad y la gobernanza, manifestadas dentro del
sistema social de las políticas públicas, en su interacción entre el gobernante
y los gobernados, deben de crear la estabilidad, basada en el convencimiento de
los intereses recíprocos y, la lógica económica. En nuestro país, esa relación
es deficiente y ha causado, un descenso en la productividad. Por lo cual las
amenazas a la estabilidad, deben ser analizadas.
Las amenazas derivanse de tres fuentes: la lucha de la
izquierda por la preservación del poder, la repatriación de salvadoreños - de
los Estados Unidos -, el manifiesto interés chino (continental) en El Salvador.
Las conclusiones del
reciente XXIV Foro de Sao Paulo, llevado
a cabo en La Habana Cuba, afirman la visión de la izquierda latinoamericana,
que lucha por la supervivencia, ante el caos de corrupción, causado por la
misma izquierda. El FMLN, orgánicamente, depende de esta organización, pero el
Foro representa además, el sentimiento común de la izquierda latinoamericana y
por ello, encontramos que Nayib Bukele, que no pertenece a esa organización, amenaza
con una insurrección. Si Carlos Calleja ganase, podrá enfrentar la
ingobernabilidad, debido a manifestaciones y desordenes públicos, motivados
políticamente, por temas ambientales y laborales.
Analiza la CEPAL
(Comisión Económica para América Latina y el Caribe) que El Salvador mantiene la posición de menor crecimiento económico, en el área
centroamericana. Las causas del no crecimiento de El Salvador, son las políticas públicas anti empresariales y,
el deseo de que crezcan las empresas para-partidarias (las inversiones directas
e indirectas, de ALBA en El Salvador).
Francis Fukoyama
(Norteamericano de origen japonés), en
su obra “The End of History an the las Man”, afirma que la historia ha llegado
a su fin, pues las luchas ideológicas han terminado con el triunfo de la
democracia liberal, la cual garantiza un orden económico estable y próspero, por
lo cual, no tendría que existir una posición ideológica radical como la del
Foro de Sao Pablo, pero Latinoamérica representa una anomalía, pues las fuerzas
de izquierda, que representaron los intereses soviéticos en Latinoamérica, no
se retiraron; vieron que las
aspiraciones ideológicas, podrían darles riqueza y poder y así, por este
último, continúan su lucha. Y tal es el motivo de que exista la inestabilidad, que produce una guerra
continuada, trasladada al campo político.
La deportación de
salvadoreños de los Estados Unidos, tendrá en el país, un beneficio económico
inicial, por la repatriación de capital; pero luego tendrá que enfrentarse la
disminución de remesas y a largo plazo,
el desempleo. Este problema lo enfrentará irremisiblemente, el próximo gobierno.
La balanza comercial de
Latinoamérica en conjunto, está más o menos equilibrada (US$125.232 vrs. US$122,149 millones) en favor de Latinoamérica,
sin embargo, cuando analizamos las economías particulares, encontramos
profundas diferencias: México exporta cobre, carros y tecnología, representando
el 2% de sus exportaciones, pero sus importaciones crecen a un mayor ritmo. La
balanza comercial argentina es deficitaria. Las exportaciones de Chile muestran
un superávit en beneficio de su fruticultura.
Al analizar, a la luz de
las relaciones Latinoamericanas, una posible apertura comercial con China, es
probable que el sector importador se beneficie, pero habría problemas en el
sector industrial, porque la capacidad instalada, no podría suplir los
requerimientos chinos, a no ser que Centroamérica presentase un frente
económico común. No debe olvidarse que China es el mayor exportador del mundo.
Al presente no se ve que
el Gobierno, para conjurar estas amenazas, haya implementado medidas que no
sean populistas, sino convenientes electoralmente, aunque sin efectos positivos
sobre la economía.
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