Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Sin la generalizada
corrupción, la penetración China no hubiese sido posible, pero tanto los
intereses personales como la corrupción, han sido estimulados por dicho país,
en perjuicio de los intereses nacionales. Son notorios el interés político del
FMLN y las contradictorias señales que ARENA envía.
Confusas son las señales
de ARENA: el Dr. René Portillo Cuadra defiende férreamente los intereses
nacionales, advierte el peligro de China continental, pero el alcalde de La
Unión, Ezequiel Milla, defiende la inversión China: se rumora que actúa como
comisionista de los intereses Chinos en la zona. Además, los diputados de
ARENA, Magaña, Jiménez y Cabrera Candray firmaron el proyecto de ley de, Zona
Económica Especial, que será la estructura jurídica, de la penetración China en El Salvador.
Este proyecto de Ley ZEE,
fue presentado también, por diputados de GANA, CD, PDC y FMLN, e ingresó a la Asamblea Legislativa, el 3 de
julio del 2018, mes y medio antes de que El Salvador hiciera público, el
rompimiento con Taiwán y, medio año después, de haber concretado los primeros
acuerdos con China continental, cuando aún el Gobierno negociaba cooperación y
relaciones diplomáticas con Taiwán: parecería gravísima maniobra
de estafa o de venta del país, a potencia extranjera, por el provecho de unos pocos.
El FMLN persigue en esta
maniobra, cuatro provechos: 1) Substituir el financiamiento de Venezuela y pagar a éste, parte de su deuda oculta con
ALBA PETROLEOS, 2) Alejamiento de la influencia de los Estados Unidos,
cubriendo delitos de narcotráfico y colaboración en tráfico de armas, con las
FARC (la campaña de Schafik Hándal fue financiada con secuestros en Panamá, en combinación con las FARC – “Complot
contra Colombia”, del Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido-) y 3) Crea expectativa política interna, para levantar su
votación, en las elecciones del 2019 y prepara su plataforma legislativa y
municipal, del 2021, 4) Cumplir uno de sus objetivos del conflicto armado:
golpear a Estados Unidos.
Los políticos no se opondrán
a la penetración china, porque en la población, hay expectativa de bonanza,
creada por el FMLN; pero no se consideran, las condiciones adversas que son resultado de la tensión que creamos, en la
lucha existente entre Estados Unidos, Europa, China y Rusia.
El alcalde Ezequiel
Milla, en un programa de entrevista dijo: “¿qué ha hecho Taiwán por La Unión?”,
por lo que reflexionamos: Ningún país extranjero está obligado a prestar ayuda
a un municipio. La cooperación es a la
nación o a puntos específicos, de interés de los extranjeros, en reconocimiento
de la afinidad internacional existente o, de sus intereses geopolíticos. Los salvadoreños
somos responsables de nuestro propio desarrollo, lo mismo que de nuestras
propias autoridades y así lo decidimos desde el 15 de septiembre de 1821,
Si el interés con China
fuese estrictamente comercial, tal vez nos convendría, pero el interés comercial,
va aparejado al político, y este, nos será perjudicial; lo enseña la
experiencia: Sri Lanka, se endeudó con China, y éste se cobró
adueñándose de un puerto en un
neocolonialismo, Venezuela, se endeudo
con China y, tiene que pagar a base de petróleo y gas natural, lo cual parece la
antesala, de lo que nos espera. ¿Mutilaremos el país? El Gobierno se empeña en alejar
de la contraloría política, sus acciones con China.
La autarquía de CEPA, permítele
formalmente, disponer de los bienes bajo
su custodia, sin embargo, alquiler por treinta años o más, a una empresa
bajo el control estatal de una potencia extranjera y que pone en juego, la soberanía nacional,
debe pasar por la Asamblea Legislativa como representante máximo de la sociedad
salvadoreña.
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