Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
La captura reciente, de miembros de ISIS (Estado
Islámico) en Nicaragua, revela que la región es vulnerable a las amenazas
terroristas islámicas. Ha creado un contrapeso en la opinión pública estadounidense,
a la imagen de los dos salvadoreños ahogados recientemente, en el rio Bravo,
en su viaje hacia los Estados Unidos, por ir huyendo de la violencia en El
Salvador. Una mara creciente, con conciencia política y relacionada con el
crimen organizado transnacional, es amenaza a la seguridad hemisférica,
agravada por un creciente islamismo.
La actual emigración centroamericana, tiene origen en
las condiciones creadas por sus gobiernos corruptos: han ofrecido un asistencialismo
imposible de sostener y, tolerado la hegemonía de la mara, como expresión de su
populismo.
No es la primera vez que en Centroamérica se captura
terroristas islámicos, pero sí, por primera vez, se hace público. Campamentos
terroristas los ha habido desde hace muchos años, en la triple frontera
(frontera conjunta entre Brasil, Argentina y Paraguay), Venezuela, Nicaragua y
Cuba, pero para su infiltración en los Estados Unidos, les da cobertura la
emigración centroamericana. Día a día, mueren centroamericanos en su viaje
hacia los Estados Unidos y sus muertes recaen en sus países, que no les han provisto
del necesario sustento.
Eran las pandillas, una masa informe de jóvenes delincuentes,
sin conciencia política, pero Mauricio Funes, les dio unidad y sentido político
para que le ayudaran en su campaña electoral del 2009. Entonces la masa
delincuencial comprendió que la organización podría favorecerla y obtener mucho
más si se organizaba y coaccionaba a los políticos. Hoy, no hay político que no
pacte con ellos, para realizar su campaña sin peligros. El crimen organizado
transnacional, trabaja mejor al usar las organizaciones territoriales de la
mara y éstas, a su vez, se fortalecen. Hoy las maras se consideran oprimidos,
en lucha contra la desigualdad, y por eso, lo que ellos quitan a la sociedad
por la fuerza y el crimen, es lo que ésta les debe. Es entelequia que se
consiguió, a la luz de la propaganda ideológica del FMLN, reforzada por
antropólogos de izquierda.
El activismo político de la Teología de la Liberación,
causó el abandono de la espiritualidad de la Iglesia Católica y facilitó la expansión
de las iglesias cristianas (protestantismo) que ya llegan al 50% de todo el
cristianismo del país. Esta conversión con sus lucrativos negocios, aunado a la
destrucción moral de la sociedad por los libertarios, han favorecido la
introducción del islamismo en el país.
Las comunidades islamitas no conllevan por ahora, un
peligro: son de mayoría “sunita” y, tienen con el “chiismo”, profundas
diferencias en materia de doctrina, rituales, leyes, teología y organización. La
concepción del salvadoreño, dentro del islam, no ve tan profundas las
diferencias entre el sunismo y el chiismo, como la que presentan en el oriente medio,
por lo que pueden ser canales de ayuda, entre “hermanos en el islam”, a
terroristas. El Imán Armando Bukele, se refería a los musulmanes americanos,
como los “hermanos menores” que deberían de aprender de sus “hermanos mayores”,
que eran los musulmanes de oriente medio, nacidos generacionalmente, dentro del
islam.
El sometimiento absoluto y efectivo de la mara y, las
condiciones adecuadas para el desarrollo, son condiciones sin las cuales no
podremos detener la emigración hacia los Estados Unidos, pero, además mientras
exista la propagación del islam, el peligro del uso de las redes islamitas está
en que puede convertirse en una alternativa para el terrorismo. Debe también
considerarse que las ideas “libertarias” favorecen la propagación del islamismo
y destruyen los valores sociales que son tan necesarios, para la contención de
la mara.
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