Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
El anuncio de que la cuarentena, se extenderá más allá
de mediados de mayo, nos hace reflexionar, sobre cómo podrá realizarse la
reactivación económica: depende de ésta, el bienestar de los salvadoreños y, el
cese de su emigración.
Son dos, los criterios al respecto, claramente
definidos: el del Gobierno y el de la Empresa Privada. Él primero procura crear
pugna entre ANEP y FUSADES: los enfoques económicos de ambas organizaciones son
coincidentes, aunque de distintos matices, pues la ANEP, como gremial
empresarial, ve todo, desde el punto de vista práctico de sus asociados y,
FUSADES, desde un punto de vista macroeconómico, enlazando el entorno nacional,
con el internacional, en visión de “sistema” económico; así las visiones conjuntas,
son cruciales para una efectiva recuperación económica.
El asistencialismo generalizado es eje del Gobierno,
potenciando sólo ciertos sectores, según, su criterio de importancia, en el
orden social. Parte, de la estrategia gubernamental, es asegurar la canasta
básica de 1.7 millones de hogares que, a un promedio, de cinco miembros, casi
abarcaría el 100% de la población; si destina $ 50.00 por familia, espera que
cada miembro coma con 0.11 ctvs. por tiempo, complementando esto, con el
reparto de semilla y fertilizantes, para el campesino y así, tener la “seguridad
alimentaria”, lo cual puede satisfacer la necesidad de maíz y frijol del micro
productor que, en el mejor de los casos, cubrirá sus propias necesidades,
pero sin satisfacer, las agroindustriales,
de producción alimentaria, porcina, vacuna o aviar; condenando al país, a una
economía de subsistencia.
La otra propuesta del Gobierno: subsidiar parte de los
salarios de los sectores deprimidos, para que el patrono, cancele el resto: crearía
una injerencia gubernamental en las empresas, puesto que funcionaría, en el
sector industrial, siendo inicio, para una coadministración:, muy difícilmente,
podría funcionar con el sector servicio, dependiente de franquicias extranjeras
o, de la PYME, pues muchos de ellos, prefieren la informalidad (aunque pagan
impuestos municipales) para disminuir costos administrativos y, complicaciones
en caso de cierre.
Un elemento que el Gobierno no menciona, en sus planes
de recuperación, pero sí, sus troles, es la transformación “social y
estructural”, la cual va mucho más allá, de la alternancia en el poder.
El último elemento a considerar, es que se ha ignorado
toda recomendación, para un ajuste tributario, como lo hacen diversos
organismos internacionales, para hacer sostenible al Gobierno, luego de esta
crisis económica mundial. Plantease un escenario para el país, semejante al venezolano,
luego de su crisis petrolera y, la agudización de su crisis política (2001 y
2002), lo cual llevó a la idea del modelo “endógeno de la producción”.
Esta idea económica, inicialmente desarrollada por
Oswaldo Zunkel (neo-estructuralista), explica ciertos fenómenos económicos: fue
desarrollada en un contexto de transformación, como alternativa económica-política,
a los modelos propuestos por la CEPAL y el FMI. Esta nueva visión económica, acentúa
las “economía solidaria”, “economía social” y “economía popular”, que generaron
desde el 2003, una economía cuyos resultados ahora son claros: pobreza para Venezuela
La reactivación económica, deberá ser integral, pues
la sociedad es un tejido interconectado, conforme a la voluntad, las necesites
personales y sus capacidades individuales; así la reactivación, debe de venir
desde el entorno internacional , activándose mediante las gremiales, poder así,
llegar a la tienda del barrio, pues si el Gobierno pretende asistir a estas, en
gestión populista, ésta sólo podrán distribuir productos subsidiados y, bajo
control de cartillas de racionamiento, como hace hoy Venezuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario