Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
No es tolerado
internacionalmente, el pacto con las pandillas, pero en El Salvador, sí
participa en la política electoral y, pide un cambio constitucional que, al
final, estaría relacionado con el crimen organizado, haciendo del país, una
“isla” en la cual, sería imposible el desarrollo sostenible.
Estados Unidos,
Europa, Rusia y China (los cuatro grandes actores geopolíticos mundiales) no aceptan,
ni pueden aceptar, la negociación con grupos criminales, pues al margen de sus
intereses geopolíticas, está primero su soberanía (bajo el concepto clásico de:
la autoridad absoluta de sus Estados y el control de sus Gobiernos), lo cual
genera una agenda común contra el crimen organizado y, el separatismo. La
negociación del Gobierno salvadoreño con las pandillas, rompe dicha norma: por
lo que su repudio, podría sentirse primero, sobre las entidades multinacionales
cooperantes o, la banca internacional, acrecentando el riesgo país.
El anuncio del
inicio de un proceso, para realizar cambios constitucionales, sin otro fin que una
adecuación a los tiempos modernos es, en realidad, para tratar tres aspectos fundamentales: los derechos de la persona humana, la forma
de gobierno y, la elección del mismo. Ya se vislumbra, en las declaraciones de
funcionarios gubernamentales, un cambio en el sistema electoral, de contraloría
pública y, en todo aquello, que ha incomodado al Gobierno, en el último año.
Los derechos sobre
la persona, recaen sobre su libertad y, los aspectos económicos, sobre la libre
disposición de su patrimonio. La forma de gobierno afecta la estructuración de
los poderes del Estado y, su interrelación (que hoy ha impedido los excesos del
Ejecutivo), en cuanto a la elección del Gobierno; ya se plantea la reelección
presidencial y, un giro hacia la Democracia Participativa, siguiendo criterios
populistas. En Venezuela, se dieron así, todos estos cambios constitucionales.
Para una reforma
constitucional, se prescriben dos Asambleas, pero si se modifica “la filosofía
constitucional”, dicha salvaguarda es irrelevante, pues el presente Gobierno ha
violado, en repetidas ocasiones, los preceptos constitucionales y, teniendo el
poder que le dan las armas y, sin oposición generalizada, sí pudiese darse un
cambio radical, que nos alejaría, de los países democráticos.
El pacto con las organizaciones
criminales, plantea, para el futuro, la necesidad de fuerza: el control territorial,
que la PNC no ha podido sostener, ni la Fuerza Armada, recuperar, hace más
fácil, dominar a la población, respetuosa de la ley, que dominar al crimen
organizado. Sólo un cambio constitucional, que dé un giro a la estructura del
Estado y al sistema democrático, puede legitimar un pacto con las pandillas,
permitiendo un nuevo “pacto social”, en base al “poder popular”, que podría
favorecer a las pandillas, con un cambio de forma “legal”, de su “estatus
político”.
Solamente si la
sociedad se une para defender la presente Constitución, podremos asegurar que
permaneceremos en la línea de los países democráticos. El reflejo nuestro es
Venezuela: Hugo Chávez, convocó a una constituyente, con los mismos argumentos
que hoy se esgrimen en nuestro país.
Todo candidato a
diputado, estará en la primera línea de defensa de nuestra Constitución, por lo
que es vital, para la vida democrática, apoyar a cualquier candidato, sin
importar el partido que lo lleve, pero que tenga como creencia, que la actual
Constitución, garantiza la libertad individual, en un perfecto equilibrio, con
la potestad del Gobierno y que, garantiza la libertad en su forma abstracta: la
libre voluntad individual y en su forma concreta: el derecho de propiedad y la
libre disposición de sus bienes.
El sistema
republicano y democrático, garantiza el desarrollo sostenible, mientras que
toda deformación del sistema, sólo ofrece opresión, tiranía y pobreza.
Felicidades Fernán Camilo. Estos razonamientos concretos y claros que son clarinadas de advertencia sobre el camino en el que nos llevan a la tiranía, es imperativo que se hagan llegar a la mayoría de ciudadanos para iluminar sus inteligencias a la hora de votar.
ResponderEliminar