Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
La reciente
encuesta de la Universidad Francisco Gavidia y la amenaza de un cambio constitucional,
en base a la nueva correlación de fuerzas reflejada por dicha encuesta, obliga
a un análisis sobre la existencia, composición y tendencia de Nuevas Ideas y
del pasado fracaso electoral contra este movimiento, de la coalición
ARENA-PCN-PDC y, del enfoque para evitar una posible mayoría legislativa, que
destruya el sistema republicano y democrático de nuestro país.
Nuevas Ideas, no
es partido político ni movimiento político tradicional: pertenece al grupo de
los “movimientos espontáneos”(Primavera Árabe, Indignados, ANTIFA etc.), que
carecen de estructura orgánica, pero se nutren de las “contradicciones
sociales” (según concepto de izquierda); se aprovechan de la desilusión causada por los partidos políticos
tradicionales, que prometen cambios para mejorar la vida cotidiana, pero sólo
crean políticos de “carrera”, que supeditan a su elección, los intereses nacionales, sobre utilizando las técnicas de la mercadotecnia, en el
marketing político.
Zbigniew
Brzezinski, politólogo estadounidense, de origen polaco, dice que la tecnología publicitaria, “hace” la
política y, se encarga de “manejar” a las grandes masas, apelando al sentimiento
y no, a la razón. Pudo apreciarse este proceso, en el manejo político de la
campaña pasada: vimos a los candidatos Ortiz y Calleja, apelando al
sentimiento, mientras Bukele, apelaba a las contradicciones sociales,
especialmente a los conflictos internos de cada partido opositor, para debilitar
la alianza en su contra: mientras, las cúpulas pactaban entre sí, sus bases
desbarataban los acuerdos, utilizando a los mismos activistas de esos partidos.
No teniendo definnida estructura,
creíase que Bukele, sólo contaría con escasos elementos, pero los seguidores de
Bukele, se aglutinaron para las elecciones, siguiendo el comportamiento de un
movimiento espontáneo (estructura molecular disipada). En este punto,
entiéndese que el movimiento de Nuevas Ideas, es la sumatoria de los descontentos
nacionales (particularmente de los partidos políticos) y que Bukele, con sus
allegados es, en el movimiento un injerto, sólo para su provecho, saqueando las
arcas del Estado.
Esta relación fue ya, explicada por Dagoberto Gutiérrez, antes del
triunfo electoral de Bukele. Por ello, la posición del ex Ministro de Hacienda
y del ex Presidente del Banco Central de Reserva, ha culminado en el cese de
sus cargos, pues expusieron, a la luz pública, los manejos turbios, que
pudiesen volver en su contra el movimiento que hoy lidera Bukele. Hay ya,
descontento dentro de su militancia, por la elección de candidaturas impuestas,
mostrando pequeñas escisiones.
Para controlar en la opinión pública, un cambio negativo, Bukele pretende
competir y hacer quebrar a los medios privados de comunicación, provocando un
cambio constitucional, que le permitiría desde presidencia, un mayor control
sobre las instituciones del Estado que, sin ser dictadura formal, puede
permitir, en la práctica, igual control.
Un mayor control de la Asamblea por parte de Bukele, sólo sería posible
si no se denunciase sistemáticamente, el aberrante funcionamiento del Gobierno,
desde la presidencia y, no se advirtiese, al más descreído ciudadano, de los
peligros que conlleva cada acción del Gobierno. En cuanto más débil es, el
poder económico de una persona, ésta tiene menos capacidad para apreciar el
peligro en las acciones del Gobierno, cree que no le afectan directamente: sólo
ve la corrupción de los políticos, señalado por Bukele, pero no ve que su forma
de vida, está amenazada. Si depende su vida del trabajo diario, no especulará
sobre lo que pasará en años subsiguientes, lo que implica la necesidad de una
campaña en su lenguaje y necesidades, de las bondades del sistema actual y no,
hacer campaña en base al asistencialismo.
Sólo comprendiendo el ser de Nuevas Ideas y de Bukele, podrá ser
combatido.
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