Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
Anuncian, varios Troles, 25 años de bukelismo; abiertamente
otros afirman, que la idea del autoritarismo, es buena. La campaña de
reactivación del agro, inicia con el anuncio de un Código Agrario, que
garantice la propiedad del campesino. Estas ideas de Gobierno, están fundadas
en el autoritarismo y, en el populismo, que difícilmente podrán mantenerse, no
por resistencia política sino, por inviabilidad económica del país.
Recientemente, se anunció la reducción del FODES, que
servirá para pagar deuda externa, a costa de los intereses locales; tendrá que
venir luego, la administración gubernamental de las pensiones, para bajar deuda
pública y poder adquirir, otra mayor. Forzosamente, tendrá que seguir la
bancarización y el corralito, que permitan, utilizar el efectivo (billetes)
para el pago de la nueva deuda y, fortalecimiento del control político estatal,
aparejado a una mayor carga impositiva y, encarecimiento de los servicios.
Estrecharán en un círculo, la libertad económica del
país, que esperan sea compensada con la actividad y el asistencialismo estatal.
Esto a mediano plazo, tendrá que llevar a un colapso económico y este, a la
inviabilidad del país. Ya es notorio, que muchos inversionistas, están regresando
a sus países de origen y otros, trasladando sus inversiones a Guatemala y
Nicaragua.
Un Código Agrario, vendrá a imponer nuevas reglas,
creando mayor inseguridad jurídica, como la originada con la reforma agraria de
cuyos efectos, aún no se ha recuperado el agro y para quienes dis que fue
creada, aún esperan sus títulos de propiedad y sus beneficios; pero sí, creo el
colapso de la banca y la destrucción del agro.
Más de veinte años se mantuvo el PCN en el poder,
otros 20 estuvo ARENA y 15 el FMLN, lo cual fue posible, porque la estabilidad
económica del país fue real y, hubo una continuidad del régimen jurídico lo
cual, aparentemente, quiere cambiar Bukele, creando un rompimiento con el
sistema anterior, mediante el populismo.
Si a Bukele, lo hubiesen “encapsulado” en la municipal
de San Salvador, y no expulsado del partido, aunque ya había creado intencionalmente,
los elementos para su expulsión, tomando gran parte de las bases del FMLN, en
su lucha contra la cúpula. Hoy, dicha lucha continúa, en la pretensión de hacer
suyas, el resto de dichas bases, para luego tomar la dirección del partido y, llevarlo
a su extinción, absorbido por Nuevas Ideas.
Por el contrario, con la derecha (basada en los
principios liberales y conservadores), se procura la destrucción del sistema
económico y, mediante la restricción de libertades, lograr su sometimiento. Ernesto
Muyshondt, pudo haberlo detenido, pero no denunció su corrupción en la Alcaldía
de San Salvador.
Es idea de Bukele, crear “percepción” de bienestar y
esperanza, aunque se destruyen las bases concretas del progreso: libertad y
Estado de Derecho. Primera consecuencia de estas acciones, es el sometimiento
de la Asamblea Legislativa, al Ejecutivo. Ya se aprecian los primeros ataques
hacia el Consejo Nacional de la Judicatura y, al Órgano Judicial; sin ellos, en
defensa del Estado de Derecho, con la aplicación cotidiana de las Leyes, es
imposible lograr una verdadera armonía nacional, quedando sólo, el imperio de
la fuerza, fundado por el populismo.
Por eso es necesario actualmente, la unión, entre
quienes creen que la libertad, es el único sistema digno de vivirse: permite el
desarrollo del país y, el sostenimiento del Estado de Derecho, sin importar su
sesgo ideológico. El pasado no interesa, si lo que está en juego, es el
porvenir de las futuras generaciones de salvadoreños: ¿deberá éste, seguir
siendo considerado su país de origen?, o será otro, que les brinde las
oportunidades que aquí, el Gobierno les niega.
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