Por
Lic. Fernán
Camilo Álvarez Consuegra
San Salvador, 15
de marzo de 2014.
Para la
comunidad internacional, en las presentes elecciones presidenciales, se han
cumplido las formalidades legales, en virtud de lo cual, Salvador Sánchez Cerén
es el Presidente de la República legalmente electo. Sin embargo, los aun no
resueltos cuestionamientos internos, sobre las irregularidades electorales
cometidas en el transcurso de la campaña y, sobre todo, en los últimos meses,
no permiten a la oposición, conceder a Sánchez Cerén, la debida legitimidad
para el ejercicio de su futuro Gobierno: una sóla irregularidad, podría no
constituir una causa o justificación de ilegitimidad, pero la sumatoria de
numerosas y repetidas, sí plantea la ilegitimidad, por sobre la aparente
legalidad.
Enumeremos, para
cabal entendimiento, algunas ilegalidades: las restricciones impuestas de manera encubierta a los medios de
comunicación para evitar la propaganda de la oposición, el resolver por el
Tribunal Supremo Electoral, negativamente, contrario a Derecho por las
violaciones al Código Electoral y la totalidad de las instituciones del Estado,
en favor del oficialismo que permiten dar un viso de legalidad a las
elecciones, pero a su vez, deslegitiman las mismas. Las instituciones públicas,
al no cumplir su misión y agotados los recursos dentro de las mismas, se impone
el Poder del Estado, pero no se logra lo fundamental: la voluntad del soberano
de acuerdo con su gobierno.
Mientras Marcos
Rodríguez anuncia ser el artífice del Plan de Gobierno del FMLN y que El
Salvador será socialista cuando él lo decida, se da ya por hecho el socialismo salvadoreño, según el
Canciller venezolano Elías Jaua que lo expresa así: “La victoria del pueblo
salvadoreño es la victoria de la Patria Grande y de las banderas del socialismo
nuestro americano, es un paso firme en la construcción del supremo sueño de
Bolívar, de José Martí, de Morazán, de Sandino, de Farabundo Martí y de nuestro
comandante Hugo Chávez, de una región latinoamericana y caribeña unida en la
igualdad y la justicia social.” Este discurso afirma a la posición que un
Gobierno de unidad nacional es imposible, tan absurdo como lo es el parangón de
Farabundo Martí con Bolívar y José Martí. En consecuencia, no podemos creer que
será un Gobierno de unidad nacional y reconciliación como lo plantea el FMLN.
Esto se verá muy pronto, tanto en nuestras relaciones internacionales como en
el plano interno.
Cuando ARENA se
levantó de las mesas de escrutinio final, por causa de las irregularidades
presentadas, escogió el camino de la ilegitimidad del Gobierno del FMLN, sin
embargo, seguramente, por las presiones
de la opinión pública internacional, después de la reunión del Cuerpo
Diplomático, convocado por Cancillería y
la exposición de que ARENA era un
partido que no se apegaba a la ley, regresó
a las mesas, legitimando así el proceso electoral. Sin embargo, esa legitimidad
no ha sido aprobada por 1,487,510 electores de la oposición y, no por
incitación de ARENA, sino por el convencimiento que la sumatoria de las
irregularidades durante la campaña, han conducido a un fraude electoral y en
consecuencia a la proclamación de un Presidente ilegítimo.
En estas
circunstancias, no queda más que ser oposición, pero muy cohesionada. ARENA
tiene que crear un “Gobierno en las Sombras”, lo cual es una estrategia
utilizada en Europa por la oposición: consiste en designar a especialistas de
los diferentes ramos, para que den un seguimiento a cada una de las acciones del
Gobierno, critican sus procederes y efectos cuando sean negativos,
dando a la población una
propuesta mejor. Muestran así como se hubiese actuado si se hubiese sido
Gobierno. Esta estrategia, mostrará la superioridad de la oposición y utilizará
los errores del contrario, para su beneficio futuro.
Querer ya buscar acuerdos con el FMLN, como lo proponen
algunos ex dirigentes de ARENA, para “legitimar” al Gobierno de Sánchez Cerén,
es el peor error político que se puede cometer: carece de sentido sostener una
posición de no reconocimiento de la legitimidad con manifestaciones de fuerza
(calle) y, por otra parte proceder a la aceptación de las “gobernabilidad”.
Quienes así proponen, sólo buscan asegurar una cuota de poder personal que les
sirva de enlace entre los partidos para sostener o recuperar cuotas de poder
internas partidarias, para luego proyectarlas en provecho personal, hacia la
Derecha en general.
ARENA ya cometió
el primer error político al volver a las mesas de escrutinio, legalizando con su presencia el proceso electoral. Ahora ARENA y la
sociedad civil que le apoyó, tendrán que mantener la ilegitimidad del Gobierno
de Sánchez Cerén, aunque sin violencia, de una forma pacífica, pero firmes en su
resistencia a los cambios hacia el Socialismo del Siglo XXI que son meta a implementar por el futuro
gobierno.
En su visión del
cambio, el Gobierno electo del FMLN, espera, desea y necesita una confrontación
con la sociedad salvadoreña a fin de destruir a la Derecha acusándola de
obstaculizar el bienestar que a la población salvadoreña darán los cambios. No
tendrá dicha confrontación porque por
naturaleza la Derecha, siempre se ha apegado al Estado de Derecho.
El FMLN espera
que la empresa privada, al dialogar con el Gobierno, decida un cambio de posición
política, pero se equivocan. La empresa privada, tiene siempre que cumplir con las
reglamentaciones del Estado. Sus instituciones son parte del funcionamiento del
Estado y no, una clase adversaria; sin embargo, pese a esta relación forzosa,
el Gobierno querrá ver su legitimación
en dicho acto, pero no será así, pues la legitimación nace de la aceptación en
las conciencias individuales y no de un ente colectivo gremial, vital sin
embargo, para la vida del Estado y de todos sus habitantes.
El Gobierno de
Sánchez Cerén, presionará a cada uno de los diferentes gremios, para quebrar el
ánimo de sus integrantes, pero no lo logrará, pues que se ha despertado hoy la
conciencia nacionalista y esperamos que ARENA este a la altura de esta nueva situación.
La historia es pródiga
en ejemplos de cómo los pueblos han dirimido sus divergencias sobre el Gobierno
del Estado. En el pasado fueron las guerras entre conservadores y liberales:
México, Centroamérica y la América del Sur. En Estados Unidos fue causa del
diferente modo de satisfacer las necesidades vitales lo que provocó la Guerra
de Secesión. Lincoln en su discurso de Gettysburg dijo que los muertos habían
dado su vida para probar que el Gobierno del Pueblo para el Pueblo y por el
Pueblo sí podía funcionar. Nosotros, la
Derecha debemos actuar de tal modo que probemos que el Gobierno legítimo es
sólo el que se elige sin trucos, vivezas ni ilegalidades y que también es del
Pueblo, para el pueblo y por el Pueblo.
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