Por
Lic. Fernán
Camilo Álvarez Consuegra
San Salvador, 31
de marzo de 2014.
La Derecha
política, expresada en ARENA y en todas las fuerzas políticas que le
acompañaron en las pasadas elecciones, se encuentra en la mira de la Izquierda,
como entidad a destruir, para consolidar su poder, mediante la transformación
cultural, que le permitirá concretar los cambios jurídicos y políticos, sin la
oposición que actualmente enfrentaría. Estos cambios son les necesarios para enfrentar y justificar con ellos, la
inminente crisis económica y social que se avecina, imposible de evitar bajo
los principios del Socialismo del Siglo XXI. La Derecha, con sus problemas
internos, será incapaz de enfrentar con éxito el embate de la Izquierda.
Los analistas de
la Izquierda y de la mayor parte de
pensadores de Derecha, sugieren una “reinvención de la Derecha”, haciéndola
“más social”, para quitar bandera a la Izquierda. Esas propuestas, de
realizarse, sólo alejarían a la Derecha
de su verdadero ser liberal – democrático, acercándolo al peligroso
“populismo”, que sólo asegura el poder
temporalmente, pero no señala línea de acción verdadera da una verdadera en lo
económico y en lo social y lleva al país
al descalabro, tal como ha sucedido en Argentina y sobre todo como es bien
visible, en Venezuela.
Básicamente los
problemas que enfrenta la Derecha salvadoreña, son tres: de liderazgo, de
orientación política y de financiamiento. La falta de un líder, que todos, sin
excepción reconozcan como tal, por su capacidad política y don de mando, frente a la Izquierda, ha permitido que dentro
del partido, florezcan líderes
sostenidos, en gran parte, por su capacidad de mantener lealtades en base a la
defensa de sus intereses particulares, también de gentes de segundo orden y
además de los muy necesarios del gran
capital. También hay líderes que pretenden mantener su estatus pasado, de gran
influencia en decisiones partidarias, y que les obliga a proyectarse en los
medios de comunicación a fin de poder ser
escuchados. Estos numerosos liderazgos
de las altas esferas políticas, se pueden
encontrar también localmente, en los distintos departamentos y municipios del
país.
La falta de
liderazgo real y efectivo puede solucionarse, ya sea por la imposición de uno,
aceptado por todos (negativamente, podría resultar en un mayor fraccionamiento
del partidos y la Derecha en general) o bien, por la solidaridad de todos ante
la convicción de que, en la presente coyuntura, están luchando por la
supervivencia y no por la satisfacción de intereses particulares. Deben
reflexionar los dirigentes del partido que si bien por ahora, el FMLN y la
Izquierda en general, se ha mostrado moderada, o más bien prudente, no ven a la
empresa privada como sus correligionarios, ni dejan de ser sus objetivos los
líderes actuales de la Derecha. Sólo la unión desinteresada, inteligente y
solidaria podrá dar al partido ARENA la cohesión que no ha logrado desde la
época de D´Abuisson.
De la falta de
liderazgo se deriva la desorientación política: en ocasiones se intercambian o
no se realizan, las distintas acciones políticas, aduciendo que no es de su
competencia. Como ejemplo de tan errónea posición, cito primero el caso del
ALBA: desde el inicio del Gobierno de Funes ya dicha empresa, se perfilaba como
la fuente de financiamiento y poder de la Izquierda en El Salvador. En esta
lucha, ARENA dejó a la empresa privada sola, sin considerar lo difícil que era
combatir a tan peligrosa empresa. Lo hizo, para no entorpecer su gestión en la
Asamblea Legislativa. Otro caso, es función de las gremiales empresariales y de
las empresariales, fomentar los principios de la libre empresa, con una clara
visión política, pero no lo hacen porque dicha gestión se ha considerado
atribución del partido político, el que tampoco asume dicha responsabilidad.
La falta de
dirección política, conduce a una desorientación en las líneas ideológicas
expresadas en la Asamblea Legislativa, convirtiéndose, la gestión política, en
un “mercado legislativo”, y favoreciendo el encubrimiento de la corrupción en
dicho Órgano del Estado. El resultado es que se aprueban leyes para “quedar
bien” y no, para bien de la nación de
conformidad con los principios liberales,
que son los únicos que pueden asegurar el desarrollo sostenido del
Estado.
El aspecto
económico de los partidos es muy importante para su trabajo: todos los partidos
políticos a excepción de ARENA, imponen para su provecho imponen una cuota del
10% del su salario dentro del Estado. En cuanto a ARENA, solamente dan su
aporte quienes perciben salario de la Asamblea Legislativa. Desde la Presidencia
de Alfredo Cristiani, se suprimió el aporte de otros empleados. El partido
depende por tal razón de donaciones de particulares cuyo monto está sujeto a la
dimensión de sus empresas y, a la actividad económica nacional, lo cual como es
natural, no es congruente siempre con las necesidades del partido político. La
deuda política asegura cierta supervivencia entre elecciones, pero no es suficiente para sostener una
campaña exitosa y mucho menos oponerlas al financiamiento de las empresas
políticas del ALBA. ARENA debería enfrentar su problema económico con la debida
prontitud, mediante aportes generalizados de sus bases, pues es de considerar,
que el presente Gobierno, tenga como objetivo estrangular el financiamiento
privado. Otro riesgo a evitar, es el riesgo de la infiltración de dinero del
narcotráfico como ha sucedido en el norte de Guatemala, en la que se han creado
feudos de narcotraficantes.
La última
consideración que creo pertinente, es en
cuanto a los grupos cívicos y gremiales
que han apoyado a ARENA. Por su
naturaleza estos grupos no se sumaran permanentemente a ARENA, pero aisladamente,
sus miembros sí pueden ingresar al partido. Posiblemente pudieran surgir temores por los liderazgos nuevos aparecidos
durante esta última campaña, lo que es muy natural. Sin embargo, ARENA tiene
que ser inclusiva y abierta para el incremento de sus estructuras, especialmente
en los departamentos; de lo contrario, podría darse una implosión, que sería
que perjudicial para las subsiguientes, y en el frente opositor de la Derecha,
necesario para evitar los cambios que desea el FMLN.
Débese
considerar que hoy, ARENA es la única representación política de la Derecha y
que, aunque aparezcan alternativas “más sociales” o cuya ideología sea cercana
al socialismo, no darán los resultados esperados, pues El Salvador se perfila
como un país bipartidista. Sin embargo, si ARENA satisface las aspiraciones de
la Derecha, que son de una fuerte
oposición a la Izquierda, con un mando
unificado podría dar para los años venideros una supremacía política sobre la
Izquierda, pero de no ser así, se daría un desencanto, pues dejaría de ser
opción para la Derecha, y pudiera surgir de la misma Derecha una nueva opción
política.
No hay comentarios:
Publicar un comentario