Por
Lic. Fernán
Camilo Álvarez Consuegra
Editor de
PUBLICACIÓN ACCIÓN http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 2
de marzo de 2014.
Es ARENA, en El
Salvador, el único verdadero representante de la Derecha política, pero su
vida, manifestada en sus múltiples actividades proselitistas, depende de dos
instituciones, también de Derecha: la económica y la ideológica. Mientras estas
la sostengan, sufragando sus actividades proselitistas y señalándole el recto
camino ideológico, nuestra nación tendrá asegurada su libertad y vida
democrática. La empresa privada, actuando en libertad, de conformidad con las
leyes, es la que genera los recursos que necesita la sociedad para vivir. Considérese que todo programa del Gobierno,
así beneficie a un grupo (subsidios, donativos etc) o a la talidad de la
comunidad (obras públicas) se financia con fondos que provienen de los impuestos
que paga el particular. La Derecha
política vela porque la libertad que garantiza el sistema democrático, sea
efectiva y, por el momento, sólo ha sido representada por el partido ARENA.
Hago esta afirmación, porque hasta la fecha, ha sido la única oposición real al
comunismo y socialismo, sin perjuicio de los acuerdos de “gobernabilidad” que
ha necesitado el país.
En estos últimos
días y en los diferentes medios de comunicación y redes sociales, se ha
cuestionado, con severos argumentos, la
vida futura de ARENA como única expresión de la Derecha política en el país. Se
suele señalar que el partido no ha podido realizar y dirimir privadamente sus
luchas internas, para presentarse, en el momento actual, perfectamente acorde
ante la contienda electoral que la amenaza muy seriamente, con la derrota.
En toda
discusión actual, sobre el futuro de ARENA, es piedra de la discordia la
posible malversación de fondos públicos durante la administración de Francisco
Flores. Si atendemos a la lógica política y jurídica, es Francisco Flores, ex
Presidente de la República, el único que debería responder de una malversación
que afecta al país en general; no es pues, competencia de ARENA enfrascarse en
internas discusiones al respecto. Los actos del Presidente de la República, no
son siempre resultado de las políticas de su partido, por lo cual ARENA no
debería considerarse perjudicada por la acusación que se ha hecho a Flores. Es
evidente que el oficialismo, planeó la acusación a Flores para que éste delito
le sirviese al FMLN de eje principal de su campaña. Lamentable fue que se
prestase al éxito del proyecto, antiguos miembros de ARENA. El efecto negativo
para ARENA fue inevitable, aunque hubiesen podido anularse si Francisco Flores,
voluntariamente se hubiese separado del partido, considerando que el peligro no
sólo era para él, sino también para el éxito de la campaña electoral de Norman
Quijano y René Portillo Cuadra. Es de lamentar que la falta de recta actitud
política y de la entereza personal necesaria y conveniente para enfrentar
juicios políticos, no haya sido el distintivo de Francisco Flores y que como
miembro de la Comisión Política de ARENA, estaba llamado a anteponer sus
intereses personales a los de su partido y a los nacionales.
Las fuerzas
internas dentro de ARENA, o polos de poder
dentro de la misma: los ex – Presidentes Cristiani, Calderón Sol, los grandes
financistas, Diputados, Alcaldes y Fundadores. Tienen que llegar a un entendimiento
y un acomodo interno estable, pues de lo contrario, si privan los intereses que
se han estado percibiendo hasta hoy, la cohesión futura del partido, podría
desaparecer. Ya vemos el desmedro que ha tendido dentro del mismo, la esfera
que representaba el Presidente Francisco Flores, pues aunque conserva cierta
fuerza, ya no es relevante frente a las otras.
La lucha de
poder interno, se ve potenciada por los intereses externos del partido, que
pretenden su destrucción, para que se cree una “nueva Derecha”. Los impulsores
de esta nueva Derecha, está conformada por antiguos areneros y sostenida por la
izquierda. Esta situación nos permite advertir dos peligros externos: las
diputaciones independientes como representantes masivos de la Derecha y la
conformación de “una nueva Derecha”, sujeta a los intereses de la Izquierda.
La primera, las
diputaciones independientes de Derecha, surgen como un medio para romper la
unidad que puede presentar un partido opositor, pues es más fácil, tratar con
varios pequeños, que con un sólido bloque opositor. Esta estrategia, es una
continuación del transfuguismo, pero previo a las elecciones y sin que cree el
malestar de una traición al partido,
pues la separación ya se habría dado previamente. La presentación de
esta idea, se da bajo el pretexto de no existir nuevos candidatos a Diputados fuera de los que ya tradicionalmente se
encuentran representado la fracción legislativa de ARENA. El diputado
tradicional, es una fuerza local y
dentro del partido, lo cual le pone en una posición ventajosa para decidir
quienes serán sus compañeros de fórmula para las siguientes elecciones. Esta
forma de pensar, podría no estar de acuerdo con la sociedad civil, que quiere
rostros nuevos y una forma de hacer política de oposición mucho más vigorosa
que la que se ha estado haciendo hasta el momento. Si esta situación no es
apreciada convenientemente por la cúpula de ARENA, pudiera ser que estén forzando
las candidaturas independientes y por ende, la perdida de la fortaleza de
ARENA.
El segundo
peligro, es la conformación de la “nueva Derecha”, sobre todo, si ésta descansa
en una sóla persona, que sería reconocida como tal por la Izquierda. Es un
peligro, pues volveríamos al caudillismo populista, en vez de la estructura
democrática de ARENA. El otro peligro es que el populismo, no es una oposición
fuerte ni conveniente contra la Izquierda. Pues su papel como representante de
la Derecha, desde un punto de vista ideológico es cuestionable. Esta
estrategia, es fomentada desde la Izquierda y tiene como primera meta, procurar
sacar del espectro político a cualquier persona que destaque dentro de ARENA,
tal como se ha visto, con Ana Vilma de Escobar, Roberto D’Abuisson y Ernesto Muyshondt
que serán demandados por Mauricio Funes y, ya no digamos a Francisco Flores o
Norman Quijano en las respectivas campañas en su contra.
Peligro a que
sólo la clara comprensión de esta realidad por parte de la diferencia de ARENA
y sus mandos medios y de todas las fuerzas que dentro del partido operan, puede
oponerse al próximo peligro. Los dirigentes de ARENA tienen que unirse y
entenderse porque el FMLN está a las
puertas y amenaza nuestra existencia democrática.
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