Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 25 de abril de 2014
El actual y futuro Gobierno,
está anunciando el Diálogo con las Pandillas y el Pacto de Nación, en dos planos
diferentes, sin aparente relación que sin
embargo, sí la tienen, pues finalmente, dichos diálogo y pacto, vendrán a
impactar la vida en sociedad en la cual, una de ellas, tendrá que soportar a la otra. El resultado del dialogo
del Gobierno con las pandillas, tendrá
que ser aceptado obligatoria y coercitivamente, por el resto de la sociedad,
pues que será parte del Pacto de Nación. El problema está en que la sociedad salvadoreña, NO QUIERE NEGOCIAR CON LAS PANDILLAS :
el único Pacto de Nación que sí está dispuesto a aceptar, es el fiel
cumplimiento de la Constitución Política y, de ninguna manera LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL DEL PAÍS Y SU ECONOMÍA.
El fenómeno de las
pandillas, es consecuencia de condiciones sociológicas exógenas a El Salvador y,
fuera del control y responsabilidad de los
individuos de la sociedad, pero desarrolladas dentro de la misma, debido
a la incapacidad coactiva del Estado
salvadoreño. La discriminación racial en las ciudades norteamericanas, no
es responsabilidad del salvadoreño, como no lo es tampoco, la disfunción
familiar en la que el marero se creó (hijos sin padre y violencia
intrafamiliar). Hechos que, si en su momento no fueron reprimidos por el
Estado, en cumplimiento de la ley
vigente, o no fueron objeto de preocupación de la Iglesia (católica o
protestante), no justifica venir a imponerle al ciudadano común, trabajador y
sujeto a la ley, la responsabilidad del hecho que aflige a la sociedad y, mucho
menos, a imponerle la aceptación de los delincuentes como parte inevitable de
la sociedad salvadoreña y además, por ley, bajo el cobijo del Estado.
Joaquín Villalobos,
llama al fenómeno de las pandillas “La
Revolución Lumpen”, y afirma que su
existencia es natural y congruente con toda la “exclusión social” que provoca el “capitalismo”. Esta idea,
expresada en diferentes formas por la izquierda, lleva inevitablemente a un
“Dialogo con las Pandillas”, al reconocer que es “lícito” su origen, dentro de
la dinámica social y de la incapacidad
del Estado para combatirla. Si el Estado no puede combatirla, por falta de
voluntad política, procedimientos y legislación, aunada a la falta de
coercibilidad o a la imposibilidad de
llevarla a cabo, es natural el DIALOGO PARA LLEGAR A UNA NEGOCIACIÓN ENTRE DOS
FUERZAS ANTAGONICAS PERO IGUALES (PRINCIPIO DE BELIGERANCIA EN EL DERECHO).
Lo resultante del Diálogo
con las Pandillas, será luego impuesto
indirectamente en el Pacto de Nación, pues a la larga, todo se traducirá en
DINERO QUE NECESITA EL ESTADO Y LA ÚNICA FORMA DE OBTENERLO, ES QUE LO DE LA
ACTIVIDAD PRIVADA. Este no es el primer Diálogo con las Pandillas, que Funes inició, con el reconocimiento internacional
del mismo. Ya se ha utilizado a las
pandillas electoralmente, por todos los partidos políticos, de forma activa,
para contingencia (amedrentar al contrario) y activismo político, o de forma
pasiva, para que se abstengan de hacer lo pactado con el contrario.
En un reportaje de El
Faro.Com, aparece Paolo Lüers, como el mediador de ARENA con las pandillas, y
deja entrever que, la diferencia de votación obtenida en la segunda vuelta
electoral, con relación a la primera, se
debió a la negociación realizada por él,
con las pandillas, pues gracias a ésta, la población pudo ir a votar libremente,
sin miedo a las pandillas y, no influyó negativamente en la votación. Tal opinión no es positiva ni apegada a la
realidad, es desmerecer lo logrado por
todas las organizaciones que, en la primera y la segunda vuelta apoyaron electoralmente a ARENA. Sin embargo,
lo pongo como ejemplo por que es precisamente lo que se pretende hacer ahora: IGNORAR
LA VOLUNTAD DE TODA LA CIUDADANÍA SALVADOREÑA EN LOS TEMAS RELATIVOS A LAS
PANDILLAS Y A SU FORMA ECONOMICA DELICTIVA DE VIVIR: LA EXTORCIÓN Y ASESINATO.
El resultado del
Dialogo con las Pandillas, será seguramente: concederles beneficios por parte del
Estado, mediante la participación de los particulares (su aportación directa o por
medio de nuevos impuestos) y, favorecer la consolidación de sus estructuras. La
actual violencia es motivada por dos razones estratégicas: la primera, probar al Gobierno, que debe de cumplir con ellos lo pactado
electoralmente y que ellos tienen el
poder suficiente para exigir su cumplimiento; la segunda es que, mientras más
presión realicen (matando a miembros de la pandilla contraria, ataques a la PNC,
FAES y personas habitualmente extorsionadas), lograran más fácilmente, una
negociación dentro del Diálogo
establecido. De este modo, se están repitiendo condiciones políticas internas, como las que
fueron previas a los Acuerdos de Paz de 1992,
pero esta vez, sin componentes ideológicos, sino sólo por la fuerza
bruta.
Lo que debemos tener, en
esta circunstancia, es clara visión del propósito de estos hechos: la transformación
económica y social del país, utilizando a las Pandillas como una punta de lanza
y logrando de este modo, los cambios que
no se lograron con y luego de los Acuerdos de Paz en Chapultepec.
Los únicos que pueden
evitar que el Dialogo con las Pandillas puedan alcanzar sus metas:
reconocimiento legal, beneficios económicos, jurídicos y consolidación como
estructura capaz de oponerse al Estado con su fuerza: es la oposición de cada
uno de los ciudadanos en su carácter personal, expresando su descontento a su
vecino, a su amigo, a su comunidad y asociación, con entera libertad y sin
miedo, para crear una presión social que no permita la consolidación y la
aceptación general de tales propuestas, restándole la legitimidad social que
con la que pretende cubrirla el Estado. Las personas que el Gobierno ha
escogido para el Diálogo, pueden ser buenas personas en lo individual, pero su
visión, es diferente a la que tiene el ciudadano extorsionado por las pandillas o
temeroso de lo que pudiera sucederle. ¿Representa el Padre Toño a todos los
católicos del país?, ¿representa el Pastor Rivas a todos los protestantes del
país?, ¿representa FUNDE a todas las entidades cívicas y tanques de pensamiento
del país? Claro que no. Sólo la sociedad
en su totalidad, víctima del terrorismo de las pandillas, tiene derecho a pedir
a sus dirigentes encuentren medios para suprimir la acción de las pandillas que
tanto las afligen.
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