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miércoles, 6 de agosto de 2014

PARALELO ENTRE NUESTRO PASADO CONFLICTO ARMADO Y EL CONFLICTO PALESTINO - ISRAELI.


Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN  http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 6  de agosto de 2014.

Establecer paralelo entre nuestro pasado conflicto armado y el actual conflicto palestino - israelí, parece, a primera vista, no tener asidero para su comparación, debido a la naturaleza y ubicación de dos conflictos que son diferentes: más, si advertimos que en ambos conflictos, la guerra se desarrolló de forma asimétrica; se dieron y se dan todas las circunstancias propias de una guerra de desgaste tendiente, sobre todo, a la consolidación política de sus frentes internos de lucha y a conseguir el favor de la opinión pública internacional.

La Guerra Asimétrica,  no sólo se refiere a la disparidad de las fuerzas en conflicto, sino también a las técnicas de lucha empleadas: guerra de guerrillas, resistencia, terrorismo, desobediencia civil, etc. etc. Cada una de tales maniobras implica una contramedida adecuada a la amenaza,  pero sin embargo, es una guerra sin reglas; así lo plantean los coroneles chinos Qiao Liang y Wang Xiangsui en su obra “GUERRA IRRESTRICTA” o “GUERRA SIN RESTRICCIONES” (Según fuere la traducción).

Esta obra, que en un inicio no fue bien entendida, refleja una realidad de la Guerra Fría, que trasciende a las acciones militares actuales.  En la Red Voltaire, se puede leer con fecha 3/12/2007, un comentario que reproduce las apreciaciones personales de los autores de la GUERRA SIN RESTRICCIONES, en relación con el ataque del 11 de septiembre del 2001 y que dice así: “En una entrevista que dieron al periódico Ta Kung Pao el 13 de setiembre del 2001 a los pocos días de los ataques, Qiao y Wang afirmaron; “los ataques que tuvieron lugar en los Estados Unidos fueron espantosos e inhumanos, pero no deben ser vistos desde una sola perspectiva. Mientras que los miles de inocentes muertos y heridos fueron víctimas del terrorismo, también fueron víctimas de la política exterior de los Estados Unidos. El 11 de Setiembre del 2001, podría constituir el inicio del declinamiento de los Estados Unidos como una superpotencia.” “Los ataques demostraron la fragilidad y vulnerabilidad de los Estados Unidos y mostraron que esencialmente no está listo para soportar este tipo de ataques. El Sistema Nacional de Misiles de Defensa (NMD) no la puede salvar”….“Estados Unidos, un tigre gigante, se ha metido con un ratón; inesperadamente, esta vez, fue mordido por el ratón”.

Nuestro pasado conflicto armado, se desarrolló en  términos similares. La insurgencia, pequeña en número al principio, conto con suficiente apoyo internacional, en armamento, dinero y  logística necesaria. Quizá su lucha se desarrolló con mayor intensidad en las cancillerías mexicana y francesa, que en los frentes de guerra, en Guazapa o en Morazán.

La debilidad de occidente si bien se mira, no está en la capacidad militar de sus Fuerzas Armadas para combatir el terrorismo, sino en su propia reglamentación que tiende a la humanización del conflicto y el cual lo inhibe en el combate del mismo, como resultado del humanismo occidental, el cual se enfrenta hacia la brutalidad asiática. El Derecho Internacional Humanitario, prevé las acciones entre dos fuerzas iguales, con exclusión de los civiles y con protección especial, a médicos y sacerdotes. Sin embargo, en una lucha asimétrica,  se hace muy difícil luchar contra la insurgencia o el terrorismo que buscan su cobertura o protección en la población civil, usando los símbolos religiosos y  los médicos en beneficio de su causa política. El Comando central del FMLN, sentíase durante el pasado conflicto armado, muy cómodo al poner en práctica las tácticas y estrategias chinas y vietnamitas, que reñían con el Derecho Internacional Humanitario.

La actual condena del Secretario General de las Naciones Unidas, hacia el Estado de Israel, está conforme al Derecho Internacional Humanitario, pero nos preguntamos ¿es una realidad jurídica que se aplica a la realidad de las acciones del terrorismo? Es pregunta muy pertinente que deberíamos poder contestar. Esta realidad es de muy difícil comprensión para el salvadoreño joven que no vivió el pasado conflicto armado, pero que sí es muy claro para quienes lo vivieron o participaron en él. El uso de la kufiyya (pañuelo palestino, símbolo de la resistencia palestina, en sus colores blanco y negro o rojo y blanco) por parte de algunos miembros del FMLN, en reuniones públicas o entrevistas, refleja no sólo su identificación con la causa palestina, sino con el terrorismo como método de lucha; el mismo método que emplearon en El Salvador y con el que se sienten identificados. Vale decir que el uso de la kufiyya fue impuesto por los nacionalistas palestinos a su mismo pueblo, para poder ocultarse entre la población pacífica y para realizar ataques primero contra los ingleses y luego contra el reciente formado Estado de Israel.


El conflicto palestino – israelí, no es de interés del salvadoreño, y mal hace nuestro Gobierno en tomar partido diplomático con palestina, pues lo que está dirigiendo nuestra política exterior con tal acción, no es la conveniencia del pueblo salvadoreño, sino los criterios empleados durante nuestro pasado conflicto armado por parte del FMLN y tales criterios son obsoletos y deben ser olvidados si queremos que por fin podamos vivir en paz.

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