Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
San Salvador, 28 de septiembre de 2014.
Mientras en un
controversial artículo, Joaquín Villalobos (de antaño terrorista, inmisericorde
ejecutor de Roque Dalton y muchas otras personas) pretende explicar la
evolución de los medios de comunicación hacia una perversa concentración de
poder que, según él, es necesario destruir, la realidad demuestra que existen
en el país trescientos medios de comunicación entre agremiados o no, siendo
Villalobos parte integrante de dicho estamento.
En esta ocasión, no tratase
de discutir si las comunicaciones están o no, en manos de tres familias – lo cual
es falsedad – la realidad nos nuestra que, al igual que en todo negocio, hay en
éste, grandes y pequeños en pugna de competencia y necesidades mutuas. De lo
que se trata es si el Estado debe o no intervenir.
En los próximos años
vencerá la mayoría de las concesiones del espectro radiofónico y televisivo, en
vista de lo cual, el Estado está planeando una “redistribución equitativa y democrática”
de las concesiones, lo cual en términos prácticos, pondrá en manos del Gobierno
el control absoluto de los medios de comunicación por medio de la inclusión de
nuevos actores “democráticos” subsidiados por ALBA o, lo más simple y fácil,
actores que se plieguen fácil y convenientemente a las exigencias del Gobierno.
Juega Villalobos en los
dos bandos: en el del Gobierno y en de la oposición. En el primero, con ideas
socialistas concordantes y, en el segundo, como un opositor al Gobierno - por
razones estrictamente de poder personal -. Se presenta a la oposición, como un
conveniente aliado y, con el Gobierno, como posible hijo pródigo, cosechando
con maña, lo mejor de ambos lados.
El juego de poder se
basa en las alianzas prácticas para el dominio del Gobierno o de la oposición,
según sea el caso. Sin embargo, hoy con el anuncio de Jorge Velado, Presidente
de ARENA, de acercar a este partido político, a la esfera del PP español y que así
éste, tenga una presencia ideológica latinoamericana, le va a obligar a
distanciarse de Joaquín Villalobos, que es socialista y su símbolo partidario es
una rosa sostenida por una mano que procede de la izquierda, el cual es símbolo del PSOE
español y del socialismo francés, y Villalobos ha luchado en Europa pasa ser él
el representante de estas tendencias en El Salvador.
Aunque siempre he
creído que todo partido político debe ser la expresión de un sentir y poder
nacional, es necesario aceptar las alianzas basadas en la comunidad de ideas,
aunque éstas, no sean estrictamente nacionales; más aún, cuando en
Latinoamérica, el socialismo de varios países ha formado causa común, es conveniente
y necesario, que la Derecha también se solidarice como una causa común, pero
que no sea simple nombre o producto de un acuerdo entre cúpulas partidarias
para la portada de un periódico, sino que se lleve hasta las decisiones medias,
pues puede así evitar errores políticos, basados en la primacía de las
necesidades prácticas, por sobre las doctrinarias, como fue, la de proponer
llevar a Joaquín Villalobos como parte del Gabinete de Seguridad de Norman
Quijano - durante su candidatura presidencial, situación que se concreto con Facundo Guardado - : Joaquín Villalobos, es y será
un Socialista del Siglo XXI, es y será un defensor de las causas terroristas,
es y será un enemigo de la Derecha, aunque pretenda formar parte de ella y
viva como un magnate de la política.
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