Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
San Salvador, 1
de septiembre de 2014.
El
llamado de John Kerry, a conformar una
amplia coalición mundial contra el Estado Islámico, a causa del incontenible
avance que este ha tenido en los últimos meses, juntamente con la advertencia
del Rey Abdalá de Arabia Saudita, sobre que son ya inminentes los ataques del
Estado Islámico a Occidente, obligan a la discusión de la participación
mundial ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.
Y en esta coyuntura política mundial, será
clave la participación de Rusia y de China.
Es
importante y muy necesario valorar también el doble papel que, en la actual
situación juega Rusia en el Oriente: por
una parte, están sus intereses
geopolíticos en Siria e Irak y además, su tensa relación con la Unión Europea y
Estados Unidos, por causa de su velada intervención en los asuntos de Ucrania;
los cuales motivaron al Presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, a afirmar
que la crisis con Rusia, por su apoyo a
los separatistas ucranianos, pone a su país al borde de la guerra con Rusia,
situación que Moscú ha negado, pero si
confirma que debe de existir un Estado entre Ucrania y la frontera Rusa.
El
FMLN, durante su última Convención (XXXI Convención Ordinaria) para la
designación de sus candidatos a Diputados, por medio de Medardo Gonzales,
Secretario General del FMLN, declaró que, ahora todo el pueblo salvadoreño, “forma
parte de una nueva corriente política latinoamericana, liderada por Fidel
Castro, Hugo Chávez y Salvador Sánchez Cerén” (sobreentiéndase reencarnado en
Maduro); aunque esta aseveración, sobre
la dirección de la política exterior latinoamericana, es bastante pretenciosa y
hasta cierto punto absurda, es verdad que
las órdenes directas nos llegan de la
Habana y Caracas, habiendo sido dirigidas desde Moscú e influidas por Teherán y Pekín.
Es
por esta razón por que es necesario
valorar los dos caminos que en esta coyuntura se pueden presentar: el primero
es que China o Rusia, veten una intervención contra el Estado Islámico y
obliguen a Estados Unidos y Europa a sostener logísticamente una guerra, hasta
que los ataques terroristas del Estado Islámico, en suelo Europeo, fuercen la opinión pública hacia una
intervención directa. En tal caso, Latinoamérica y por consiguiente El Salvador, estarán relativamente alejados
del conflicto.
En
un segundo camino, si se concretase una alianza multinacional, que Rusia
aprovecharía para consolidar su posición en los Balcanes, a cambio de la
tolerancia europea y norteamericana, El Salvador estaría en la obligación de
formar parte de dicho contingente, aunque fuese con una participación
simbólica, pues El Salvador es miembro de la Fuerza Internacional de Asistencia
para la Seguridad International: Security Assistance Force o ISAF. En el 2012,
participo en Chicago en la Cumbre de la OTAN; El Salvador como socio estratégico
de los Estados Unidos, es observador dentro de este sistema de defensa y
asistencia mutua. ¿Cambiará Salvador Sánchez Cerén tal posición? O para
compensar en las relaciones con los grupos terroristas, que antes apoyaron al
FMLN guerrillero, ¿facilitará el trabajo de las redes islámicas en territorio
nacional? ¿Cómo enfrentará las redes “chiitas y suníes” que ya han llegado a El Salvador y establecido sus
mezquitas con la venia de nuestras autoridades?
Todas
estas cuestiones, deberán ser contestadas a un mediano plazo, porque es inevitable
que se presenten, dado el nuevo giro político
que esta tomando El Salvador: ya no como país solitario, sino como bloque
latinoamericano anti - norteamericano y anti –europeo y anti – semita.
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