Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN
ACCIÓN
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San Salvador, 16 de
mayo de 2015.
Mientras constantemente,
El Salvador solicita ayuda de organismos internacionales y recurre a un mayor
endeudamiento para solventar su maltrecha economía, planea también un mayor endeudamiento sin
beneficio alguno para El Salvador, aunque sí para el desesperado Gobierno de
Venezuela.
Hay interés en que los
Gobiernos del Triángulo Norte sean relativamente estables, a fin de que se
pueda desarrollar el área y evitar, sobre todo, la emigración hacia los Estados Unidos. A tal
efecto, están enfocadas todas las ayudas económicas al área. Sin embargo, mientras que El Salvador se aprovecha de
tales beneficios, hace todo lo contrario en la práctica, desmejorando la
condición interna, para la recepción de inversión, amenazando la ya existente y
sobre todo, creando mayor deuda para el Estado, absorbiendo la deuda de
ENEPASA, la cual se supone será sólo de $ 600,000.00, pero cuyo monto real se
desconoce, pues dichas finanzas se han manejado con el mayor hermetismo. Pero
en conclusión; el Gobierno de El Salvador despilfarra, en beneficio de
otros, lo que generosamente recibe de sus contribuyentes y también el dinero de
los contribuyentes norteamericanos y europeos que llega a estas tierras en
cooperación internacional para el desarrollo y la estabilidad del área.
Parecía en un principio
que el FMLN, no trasladaría la deuda de ENEPASA a PETROCARIBE, al Estado de El
Salvador, porque tal hecho, implicaba la auditoría de la Corte de Cuentas y, la
amenaza, de fuerte señalamiento, por
parte de la oposición; más luego de observar
cómo la Corte de Cuentas y el Tribunal de Ética Gubernamental han
manejado el caso de corrupción de Sigfrido Reyes, ex-presidente de la Asamblea
Legislativa, se comprueba la ineficacia de los mecanismos contralores y por
consiguiente, sí es posible que dicha deuda, se la pase al Estado, en un total
encubrimiento del verdadero destino de sus fondos, dados por PETROCARIBE en
préstamo. Considérese que con la presente elección de la Junta Directiva de la
Asamblea Legislativa, la oposición ha caído al punto más bajo de su capacidad
oposicionista.
El actual interés de
Venezuela es que su deuda esté plenamente garantizada y, el del FMLN, es que los
fondos de PETROCARIBE no los reciba la oposición; en vista de lo cual, es éste
el momento ideal, para la conversión de la deuda municipal y privada, en deuda soberana.
El Gobierno de Venezuela, a finales del 2014, vendió a Goldman Sachs la deuda
de la República Dominicana, que habíase concertado bajo el acuerdo de
PETROCARIBE; la deuda, por las
condiciones de riesgo y la falta de liquidez de Venezuela, se vendió con un descuento del 59%
de su valor. Situación tal que, por las condiciones económicas de El Salvador,
podría repetirse. Además, esta situación, permitiría que el dinero prestado por
PETROCARIBE, sea administrado por el Ejecutivo y ya no por las alcaldías, las
cuales están en su mayoría, en manos de la oposición.
Los distintos
organismos internacionales han coincidido en que la situación financiera nacional, será
insostenible sin un ajuste fiscal a mediano plazo: por lo cual es inevitable un
aumento impositivo; sin embargo, el problema no consiste en la taza de
impuestos, sino en la depresión de la economía, que a su vez, deprimirá a su
vez el “hecho generador” del impuesto, por lo cual a no ser que exista un clima
de inversión favorable, y plena libertad económica, el panorama salvadoreño, es
tan sombrío como el de la República Dominicana.
El dinero de
PETROCARIBE en El Salvador, ha sido invertido
en las tres últimas campañas electorales y en financiar los negocios
privados de los miembros del FMLN; y así, si se aceptase, dicha deuda como
soberana, sería colaborar también con el Gobierno de Nicolás Maduro, que es un represor
del pueblo venezolano.
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