Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN
ACCIÓN
http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 4 de
abril de 2015.
“El Estado de forma
directa o a través de sus instituciones no puede permitir este tipo de
homenajes a personas relacionadas con la perpetración de graves violaciones a
los derechos humanos, por lo que la referida acción se puede considerar como
una posible provocación y un mensaje de irrespeto a las víctimas del pasado
conflicto armado, a sus familiares y a la misma Iglesia Católica”,
esto expresó David Morales, Procurador de los Derechos Humanos de la República
de El Salvador.
Estas ideas expresadas,
fueron para exigir que se borre el nombre del Mayor Roberto D’Aubuisson,
fundador del partido ARENA y gestor de la resistencia a la Izquierda armada e ideológica
en nuestro país. La defensa, en este caso, compete a ARENA liderarla y, muy particularmente
a su hijo, hoy el Alcalde de Santa
Tecla. Más, si ARENA y su hijo no lo defienden, la Derecha no lo podrá tomar
como punto de honor, pues ya queda
dudoso si los seguidores de D’Aubuisson, se avergüenzan, o ya perdieron fe en
los principios anticomunistas y nacionalistas que su fundador les enseño; más,
lo que sí es hoy punto de honor y de conformidad con las palabras de David
Morales, Procurador de los Derechos
Humanos, es que se remuevan de nuestro suelo los nombres de Schafik Jorge Hándal Hándal, Mohammed Yasir
Abdel Rahman Abdel Raouf Arafat al-Qudwa al-Husseini, conocido en el país como Yasir
Arafat y el de Ernesto “Che” Guevara.
Schafik Jorge Hándal
Hándal, promovió para su participación armada el reclutamiento de menores en el
pasado conflicto armado, hecho que riñe
con el espíritu de protección al menor que protege nuestra Constitución
Política y que desarrolla de igual manera, los Tratados internacionales
relacionados con LEY DE PROTECCIÓN INTEGRAL DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA.
(LEPINA), y que es considerado un delito
de Lesa Humanidad, por las distintas legislaciones internacionales que procuran
humanizar y limitar las distintas acciones de guerra.
Mohammed Yasir Abdel
Rahman Abdel Raouf Arafat al-Qudwa al-Husseini, conocido en nuestro país como
Yasir Arafat, dio ayuda material y logística para sostener la insurrección
armada en El Salvador, impulsado por su radicalismo Musulmán, el odio hacia los
Estados Unidos durante la Guerra Fría, su simpatía con el marxismo y su lucha
contra el Estado de Israel, por lo que
es responsable de colaborar en la destrucción de la infraestructura civil y del
desplazamiento forzoso de su propio suelo de los ciudadanos salvadoreños. Es corresponsable
también de su participación en la muerte de más de 11,000 miembros de la Fuerza
Armada de El Salvador y de incalculables daños materiales que afectaron a la
población civil de nuestro país, lo que es considerado un delito de Lesa
Humanidad, por las distintas legislaciones internacionales que procuran
humanizar y limitar las distintas acciones de guerra.
Ernesto “Che” Guevara,
cuyo único mérito fue haber dicho en la ONU: “Fusilamientos, sí; hemos
fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario”. Fue y es
hoy fuente de inspiración para quienes, por vía del terror, quieren apoderarse
de un país. Sus acciones son inspiración de perpetua violencia; peligro que se cierne sobre El Salvador, con
la violencia de las maras, que no
necesitan más fuente de inspiración que ver su monumento, en la ciudad de
Chalchuapa, Santa Ana.
Las Alcaldías
Municipales de San Salvador, Mexicanos y
Chalchuapa tienen la obligación de remover los monumentos y cambiar los nombres
de estas personas, que hieren la sensibilidad católica, moral cristiana y
política de la inmensa mayoría de los ciudadanos y que son una inspiración
constante a la violencia en nuestro país, por representar la apología de sus
delitos. Y todo de conformidad con las palabras del señor Procurador de los
Derechos Humanos.
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