Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN
ACCIÓN
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San Salvador, 13 de
noviembre del 2015.
Nada nuevo presentó el
FMLN en su congreso del 8 de noviembre: los acuerdos, repetitivos de los que se presentaron en San José, Costa Rica, en octubre
de 1989, bajo el título “El único camino para construir la democracia en El
Salvador” y, en los documentos de la Escuela de Formación Política e
Ideológica, de julio del 2006, con la leyenda “Un FMLN organizado bajo
principios Leninistas”. Sin embargo, lo novedoso es el momento en que se presentan hoy, pues se
plantean ante el inminente desmoronamiento del Socialismo del Siglo XXI, cuando
son Gobierno y más aún, teniendo mayoría simple en la Asamblea Legislativa.
Todo lo cual permite presumir que buscan
consolidar su poder interno, para enfrentar la falta de ayuda de Venezuela, y
poder imponerse a sus mismos opositores
de Izquierda.
Proponen los del FMLN, cambiar
nuestro sistema liberal de gobierno, por el socialista el cual, va contra los
Art. 1 y 2 Cn: según el sistema liberal, el objeto y fin del Estado es la
persona humana; por el contrario, en el Socialismo, el Estado está sobre el
individuo. La pretensión de crear en la nación, opinión pública única, es contraria
al Art. 6 Cn. La idea de crear una estructura “colaborativa”, sujeta al
Ejecutivo, viola los principios expresados en los Art. 85 y 86 Cn. Y si se
pretende restringir la propuesta del FMLN a términos estrictamente económicos,
es violatorio a los Art. 101, 102 y 103 Cn, pues los conceptos de
“interés social” y “función social”, son interpretados, por el
FMLN, como si los bienes hubiesen de estar, al servicio particular del
Gobierno, siendo que es al Estado, como colectividad social y de manera difusa
(general) que corresponde recibir el beneficio práctico de dichos conceptos.
El Gobierno está
favoreciendo el desplazamiento forzoso de ciudadanos, por la violencia
provocada por las maras, pues en la práctica, no se puede asegurar a los ciudadanos,
la libre permanencia en su territorio, pero sí, se les asegura la “ayuda y
protección” para el desalojo, lo que resulta en beneficio de la mara, en clara
contravención al Art. 5 Constitución, y aplicación del Art. 118 Cn, en
beneficio de las maras. También la propuesta del Presidente, de unificar bajo
el Ministerio de Defensa, a la Fuerza Armada y a la Policía Nacional Civil, es
violatorio a los Art. 211 Cn y siguientes, pues claramente está establecida la
diferencia entre el Servicio Militar y el Servicio Civil, Art 218 Cn y
siguientes; además, ya hay resoluciones de la Sala de lo Constitucional, en tal
sentido. Dicha medida, constituiría una concentración de poder, en manos del
Ministro de Defensa, que debe obediencia, al Presidente y Comandante General de
la Fuerzas Armadas.
El llamamiento de la ANEP
a la Izquierda Moderada, que sustenta los mismos principios que el FMLN y son
los mismos que subscribieron las líneas políticas del FMLN en Costa Rica, no
deja de ser peligroso. Sin embargo, de ser aceptado por ellos, representaría el
rechazo total al actual Gobierno y, si
viviésemos en otro modelo orgánico-constitucional, podría convocarse a
nuevas elecciones o a conformar un nuevo Gobierno, pero es imposible de considerar tal posibilidad sin
romper nuestro orden constitucional, el mismo, que se invoca hoy, contra el
FMLN.
Por otra parte, no está
claro cuáles serán las actuaciones
concretas de ARENA, anunciadas por Jorge Velado, salvo, la de retirarse de la
comisión interpartidaria. Da la impresión de que las diferencias internas en
ARENA pueden ser superadas, ante el temor del surgimiento de una tendencia
política que creían extinta: un FMLN radical en su obrar.
La radicalización del
FMLN, es producto de una fuerte crisis interna, motivada por los intereses económicos
de sus dirigentes, pero de no presentar todas las demás fuerzas opositoras al
Gobierno, un frente común, será muy difícil poder detenerlo en sus
pretensiones, pues de la consolidación
de su poder, por medio de la alienación de sus bases, resultará una mayor
crisis política y económica, de la cual quizá muy difícilmente nos recuperaríamos.
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