Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN
ACCIÓN
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San Salvador, 20 de
diciembre del 2015.
Las declaraciones del Señor
Embajador de Alemana, Heinrich Haupt, recientemente expuestas, sobre la elección del
Fiscal General de la República, no difieren mucho en su apreciación de lo
expuesto en la carta enviada por los Congresistas Eliot L. Engel, Albio Sires,
Gregory W. Meeks, Norma J. Torres, Sam
Farr y James P. McGovern tanto a la Diputada Presidente Lorena Peña como al
Diputado José Antonio Armendáriz. Es la exigencia internacional, sobre el
respeto a la institucionalidad e independencia de poderes, necesarios frente a
los problemas que enfrenta el país. Y, ante una tendencia permanente de toma de
decisiones sobre la base de la conveniencia de los partidos políticos y de los
grupos de poder, al margen de la ley.
La denuncia hecha por
el Presidente de ARENA, Jorge Velado y por el Diputado Ernesto Muyshondt, sobre
la oferta de, reelegir a Luis Martínez, como Fiscal General, a cambio de no
condenar a Francisco Flores y de no iniciar diligencias para la disolución de
ARENA, ha generado posiciones encontradas: hay quienes sostienen que esas
declaraciones cierran cualquier futuro canal de comunicación para posibles
negociaciones. Si dicha oferta hubiese
sido cierta, no debió jamás, de hacerse pública; las declaraciones de estos dos
dirigentes de ARENA, son una confirmación de la apreciación de la diplomacia
extranjera sobre la forma de cómo se están realizando los actos políticos del
país. Algunos opinan que mantener una relación de poder real, es preferible a
mantener una aparente, que sólo favorezca la apariencia de democracia,
concertación y gobernabilidad, condiciones que pretende proyectar el FMLN hacia
la comunidad internacional, aunque sustentadas por la corrupción y la amenaza.
En este momento, la
declaración de Jorge Velado, es conveniente, pues manda un mensaje claro:
estamos por la institucionalidad del país. Sin embargo, para el grupo parlamentario, que es minoría
frente al bloque oficialista, no deja de ser inconveniente dicha declaración,
pues, automáticamente, dicha fracción, quedará fuera de cualquier toma de decisiones
que implique una mayoría simple y entrampará indefinidamente, las elecciones por mayoría calificada.
Si analizamos a los otros
candidatos a Fiscal General, con fuerte apoyo del FMLN, GANA y PCN, todos no sólo poseen una fuerte ideologización, sino
sobre todo, una muy fuerte sujeción a la autoridad del FMLN, hecho que rompe la
institucionalidad futura. Otro fenómeno que se está presentando, es la
radicalización en las acciones del FMLN. La respuesta de Cancillería
salvadoreña al Señor Embajador Haupt, fue desmedida. Su comentario sólo expresó
una advertencia sobre la realidad imperante; más al ser pública, Cancillería la
consideró como una afrenta personal. Se ve cómo el chavismo, es un referente
para el Gobierno salvadoreño, cuando responde a cualquier cuestionamiento que se haga a sus
maniobras.
La corrupción es
preocupación constante de los cooperantes internacionales; las maniobras entre
los partidos políticos para muchas decisiones, fueron tomada en base a compra
de voluntades, utilizando sobre todo la partida secreta de Casa Presidencial:
sobre sueldos de Ministros en época de Saca, compra de Diputados por parte de
Funes y el sostenimiento de troles y de una
falsa oposición partidaria. Todas estas acciones han desbordado la racionalidad
y se ha vuelto común, en la política, trastocando el verdadero fin de
la misma. Esta apreciación de la Diplomacia extranjera, no puede ser ignorada,
pues la mayoría de sus Gobiernos están
interesados, por ser cooperantes con El Salvador, interesados en su
estabilidad y la sobre todo, preocupados por la estabilidad social del área
centroamericana, pues los efectos de la actual crisis en el Triángulo Norte,
los está sintiendo Estados Unidos y en cierto sentido, también Europa.
Las olas de emigrantes
salvadoreños a los Estados Unidos, cuestan a dicho país, millones de dólares,
creando un conflicto político y social, que es aún mucho más caro. La emigración
salvadoreña, es únicamente producto del mal Gobierno de El Salvador, que no puede
controlar el territorio, dominado por las pandillas y que genera acciones
tendientes a ahuyentar la inversión y el crecimiento económico. No es un
secreto que la MS y las maras que componen la 18, ya se han dividido
territorios en varias ciudades italianas, en Madrid y Barcelona. Y el
responsable es el Gobierno Salvadoreño,
que lejos de propiciar bienestar y seguridad a sus ciudadanos, los
obliga a emigrar.
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