Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Medardo Gonzales,
Secretario General del FMLN, convocó este fin de semana, a todos los funcionarios
públicos del FMLN, a dos marchas motorizadas, por todo el país. Esta exigencia
de solidaridad del clientelismo político, es alimentada desde el mismo
Presupuesto General de la Nación, con un
aumento de nuevos empleados públicos, a la ya torpe e ineficiente, maquinaria
estatal.
El Presupuesto General
de la Nación, recientemente aprobado por la Asamblea Legislativa, ha oxigenado
la maquinaria electoral del FMLN y, más grave, ha sembrado división entre los
diputados areneros y generado mayor
desconfianza, en el sistema político.
Se argumentó que el
presupuesto General de la Nación, crea
estabilidad económica y un menor costo financiero para el país; será así, a corto
plazo, pero a mediano plazo, generará fondos
para el sostenimiento del FMLN, mayor endeudamiento para el 2018 y, sobre todo,
fuerza a mediano plazo, para que las entidades internacionales, presionen para
una mayor tributación. El costo de mayores tasas impositivas, deprimirá aún más
la economía y forzará a la desdolarización. Por lo que el costo de negar al
FMLN el financiamiento ahora, hubiese sido menor al de haberle aprobado el
Presupuesto General de la Nación. El FMLN sabedor de esto, gasta en sus
necesidades las asignaciones ya estipuladas y luego, las reclama nuevamente.
El FMLN podrá contar
con la lealtad necesaria para continuar en el poder. Y ya ha quedado claro que
todos, sus militantes, están siendo arengados y preparados para acciones
revolucionarias. Posiblemente, no haya un desplazamiento de militantes a
Honduras, en la medida que se estabilice el Gobierno hondureño, pero sí, serán volcados a la calle, si fuese
necesario.
Algunos piensan que si
estas fuerzas se desatasen, podrían ser fácilmente controladas por la PNC y
Fuerza Armada, más no: la PNC, estaría a
favor de los amotinados y, la Fuerza Armada sería neutral, pues tal es la nueva
doctrina imperante en esos dos cuerpos. La
PNC y Fuerza Armada, permitieron
que desde El Salvador, simpatizantes del FMLN y de Salvador Nasralla, cerrasen, desde suelo salvadoreño, las
fronteras de El Poy y el Amatillo. y, tuvo que ser la policía hondureña la que
rompiese el bloqueo.
La aprobación del
Presupuesto es inconstitucional: no cumple los criterios de austeridad exigidos
por la Sala de lo Constitucional, aunque
una diputada de ARENA, lo haya defendido públicamente. El Presupuesto no es
negociable, como lo han hecho los diputados,
pues obedece a objetivos políticos de nación, que nacen de la Asamblea
Legislativa para ejecución del
Ejecutivo, pero aquí ha sido un regateo,
entre el Ministerio de Hacienda y las fracciones legislativas, en el que es
primero, el pago de los empleados partidarios y por último,
el pago de la deuda pública, para
que esta, sea financiada con más deuda, a final del ejercicio: esta es una
forma de lavar el dinero público, mediante un fraude de ley.
La opinión pública es
de repudio, a la marcha motorizada por parte del FMLN, pues la sociedad salvadoreña, tiene la íntima
convicción de que se ha financiado, con fondos públicos y que reafirma el
clientelismo político del FMLN. También hay repudio contra ARENA por haber
aprobado el Presupuesto General de la Nación,
pues mientras muchos diputados a la reelección, habían dicho a sus
electores que no darían más fondos al
FMLN, han votado para darle más dinero.
Dicha aprobación nos
plantea el problema de que ahora enfrentaremos a un FMLN más fuerte, a costa de
un país en crisis. Las perspectivas no son buenas, pues hoy dispondrá el Gobierno del dinero
suficiente para pagar sus deudas y endeudarse más, para crear mayor dependencia
política.
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