Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Por carecer del dinero
necesario para renovar su DUI, 193,000 ciudadanos, no podrán votar en las
elecciones del próximo marzo: su poder soberano, quedará condicionado condicionado a su capacidad de pago. Es penalización a la pobreza y, argucia
electoral.
193,000 ciudadanos no ejercerán
su poder soberano, por carecer del
dinero necesario para renovar su DUI sin
el cual, no será posible votar en las elecciones del próximo marzo. El Presidente
Salvador Sánchez Cerén, por la certeza
de que estas personas, de extrema pobreza son hoy, sus mayores detractores, vetó
el Decreto que les permitiría ejercer su
soberanía. La crisis económica generada por el presente Gobierno y la
corrupción de su partido, ha empobrecido a esta numerosa parte de la población.
Al profundizarse la
crisis económica, el individuo es excluido de la actividad formal y éste, para
sobrevivir, entra en la informalidad: allí, la exigencia de un medio de
identificación legal, no es necesario y,
su subsistencia la logra con apenas entre $ 1.00 a $3.00 diarios.
Renovar el DUI, implica un gasto de $
10.31; lo cual consumiría varios días de subsistencia: la subsidiariedad del
Estado, es para estos individuos, de urgente necesidad, sin embargo, la vigencia
de su DUI sólo se pide para un único acto: el ejercicio de la soberanía, la cual no se pierde con la pobreza.
Todos, en el país, tenemos
iguales Derechos; sin embargo, quien haya sufrido más las consecuencias del mal
Gobierno del FMLN, es quien tiene
moralmente, mayor derecho a expresar su
disconformidad y es, a quien se niega votar. Ejercer el voto, es un derecho
inalienable del ciudadano, sólo reglado por la forma de expresarlo y, así es
necesaria la debida identificación, Sin embargo, un documento, con las debidas medidas de
seguridad modernas, que permita la plena
e inequívoca identificación del individuo, no pierde, por el hecho de no estar
refrendado, su finalidad, que no es el costo del mismo.
Los intereses que están
en juego son: económicos y políticos. El forzar a renovar el DUI, representa
casi $ 2, 000,000.00 que ingresarían a la empresa contratada por el Gobierno,
para la emisión de los DUI. Eliminar los votos que darían, por lo menos de cuatro a cinco diputados
opositores al Gobierno. Si votase sólo el 40%, tendríamos 77,000 votos válidos,
sin embargo, la intención de voto, en este segmento poblacional, es muy
superior, llegando al 55%, debido a los
efectos negativos de la gestión gubernamental, en su presente condición, así
que deberíamos esperar una votación activa de 106,150 votos.
El Gobierno aduce que
los partidos políticos y la empresa privada paguen esos DUI. Nadie puede ni
debe dar dinero a otro, para refrendar
su DUI y así, asegurar un voto, pues eso
podría interpretarse como compra del
voto. Lo que sí deberían hacer los grupos cívicos y partidos políticos, es darle
voz a ese gran número de salvadoreños, para que se expresen electoralmente, conforme a
su conciencia.
Sólo la presión de
partidos políticos y grupos cívicos,
puede ya revertir el bloqueo al
voto que ha hecho Salvador Sánchez Cerén. Lo que está en juego es la
legitimidad misma de las elecciones,
pues la voluntad de participar en ellas, debe ser libre y sin limitación
de barrera legal.
Ninguna persona, por
falta de dinero ($ 10.31) debe ser
excluida del proceso eleccionario: hacerlo,
prueba el grado de corrupción imperante en el Gobierno y, la falta de
estructuras contraloras independientes. La participación ciudadana en las elecciones,
legitima el ejercicio del poder y su
limitación, deslegitima dicho ejercicio.
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