Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Cuando las condiciones
nacionales, no permitían una vida normal – persecución por el crimen o nulas
condiciones económicas – la última esperanza de los salvadoreños era la
emigración, principalmente a los Estados Unidos.
Ha terminado hoy tal
esperanza y no por voluntad de los Estados Unidos; sino porque nuestros
políticos, han forjado un país estéril, inepto para el desarrollo económico y
social, creando para otros Estados, un problema migratorio y de Seguridad
Nacional. En los foros internacionales, se nos ha revertido la ideologización
del presente Gobierno y, la economía se ha resentido de la corrupción
gubernamental. El apoyo Gubernamental a las Maras, ha disminuido el poder
soberano del Estado, desprotegiendo al individuo que no tiene otra patria que
El Salvador.
Por años, varios Gobiernos extranjeros han ayudado a El
Salvador, para que saliese del subdesarrollo,
pero no se ha aprovechado dicha ayuda convenientemente. Nuestro Gobierno despilfarra
los recursos nacionales en corrupción y, pide más créditos para pagar los
préstamos anteriores. Crea deudas sociales, que sirven sólo para mantener una lucha
ideológica y encubrir el enriquecimiento personal, de los funcionarios
públicos.
Un ejemplo de esta
farsa, en los documentos públicos, es el crecimiento económico del 2.5%, anunciado
por el Banco Central de Reserva, pues el Banco Mundial, estima un crecimiento de sólo 1.8%, y sí
hemos decretado un Presupuesto General de la Nación, de $ 5,520.5 millones,
tendremos un déficit que será cubierto
con más deuda antes de finalizar este año, a un costo financiero muy alto y
posiblemente bajo la condición de mayores impuestos.
Cada funcionario que da
datos falsos, no sólo afirma una mentira:
contribuye al holocausto salvadoreño, creando las condiciones para que los
políticos vivan más corrupción, destruyendo al país. Su única excusa es la de seguir
órdenes superiores: también dijo lo mismo Adolf Eichmann, cuando se justificó.
Sólo el desarrollo
nacional, podrá absorber a tanto inmigrante que vendrá al país. Pero no será el
Gobierno el que pueda realizarlo: será la empresa privada. Por el momento no se ve
que ningún político hable de desburocratizar el Estado y favorecer la inversión
extranjera o asegurar el control territorial. Por el contrario, sólo se ofrece
ayuda legal migratoria o que se le de $ 1,500.00 a cada migrante, junto con
líneas de crédito estatales o privadas con garantía estatal; eso sería
insostenible.
Nuestro Gobierno, dentro
del foro de las naciones, debe tomar una actitud pro-democrática, comprendiendo
que es necesario seguir la corriente mundial de los países occidentales. No
apoyar quimeras latinoamericanas antidemocráticas, o servir de puente, para
la expansión de grupos terroristas internacionales,
pagando así, deudas de un pasado conflicto armado.
Si se quiere que el
país sobreviva, los políticos deben cambiar: la corrupción debe cesar, y no por
conveniencia nacional, sino individual: si hubiese una explosión social, serían
los políticos corruptos las primeras víctimas. Las luchas internas de los
partidos políticos, de hecho están relacionadas con la corrupción y por eso son
germen para el descontento nacional y la abstención.
Lidera hoy Estados
Unidos una corriente anti inmigrante, que tiene sus orígenes en los caos de los
países subdesarrollados, que benefició tanto al país de origen, como al que los
ha acogido, pero ahora que la emigración
ha aumentado, solventando únicamente los problemas de los países en caos,
volcando su población hacia los países desarrollados, creando problemas
sociales y de Seguridad Nacional.
El Salvador, debe mejorar su condición interna, para
recibir a sus ciudadanos deportados, y serán los políticos quienes deberán
crear las necesarias condiciones y, cejar en su corrupción y no ver las arcas
del Estado, como su cuenta personal y permitir que la iniciativa privada se
desarrolle.
Fin del TPS "no por voluntad de USA"?. Independientemente si las acciones del partido en el gobierno ha contribuido o ha sido infectivo en sus gestiones, no es posible negar (a menos que se quiera ser poco objetivo) que la administración actual de USA tiene una política anti-inmigración, que fue ofrecida com pormesa de campaña, y que la está ejecutando, junto al fin de DACA, la constricción del muro con Mexico, el fin del TLCAN.
ResponderEliminarHay que ser realista ...
El papa Francisco pontifica muy bien que el cristiano debe participar en política buscando el bien común de la sociedad y que es la mayor caridad esa participación cuando se hace con las manos y el corazón limpios de corrupción y pensando en favorecer a los demás. SI QUEREMOS DERROTAR Y ELIMINAR LA CORRUPCIÓN Y EL ENRIQUECIMIENTO ILÍCITO APROVEMOS UN FUERTE CASTIGO PARA LOS CORRUPTOS: POR LO MENOS CARCEL O PENA DE MUERTE Y DEVOLUCIÓN DE TODO LO ROBADO !!!
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