Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Fracasado su primer intento de Golpe de Estado, por
parte del Presidente, el sistema político enfrenta un peligro, aún mayor: la
posibilidad de que el crimen organizado, domine el sistema político y que, a su
servicio, quede el sistema económico, ahogando al país, e impidiendo su
sostenimiento.
El fallido intento de Golpe de Estado, ha obligado al
análisis del perfil del Gabinete del Presidente, encontrando que, muchos de sus
funcionarios, tienen relación cercana con las mayores estructuras del crimen
organizado: Enrique Rais López, José Luis Merino, Tony Saca, con la MS y M18;
es ejemplo, la relación con uno de estos grupos, de Osiris Luna y su negativa a
revelar su fuente de recursos, así se piensa que, ya está enquistado en el
Gobierno el crimen organizado: premisa
reforzada, por el criterio de un juez, que ha señalado en un proceso
judicial, esta relación de funcionarios públicos, con el crimen organizado.
Los varios señalamientos de la Presidencia, hacia
diputados opositores, el pretender combatir la delincuencia, a fuerza de
dinero, sin revelar la forma de invertir los fondos públicos y la realización
de un Golpe de Estado fallido, dan la impresión de que se trata de desviar la
atención del problema, hacia el señalamiento de culpables, que ya tuvieron una
relación limitada con el crimen organizado, y hoy son sus opositores políticos.
La relación del hoy Presidente Bukele con las
pandillas, cuando fue alcalde de Nuevo Cuscatlán y luego de San Salador, no fue
menos grave que la señalada por él, hacia Norman Quijano o Neto Muyshondt, con
la diferencia, de que aquellos, jamás tuvieron potestad sobre la Fuerza Armada
y la PNC. La utilización, el domingo 9 de febrero de éstas, revela que, si el
crimen organizado ha permeado el Gobierno: la Fuerza Armada y la PNC, están indirectamente,
a su servicio y, ya no son, el último seguro para defender la institucionalidad
del país. Fallado este seguro, debe ejercerlo el clamor público, por la
indignación de la sociedad civil: así ha pasado.
Para la aceptación de la manipulación de la Fuerza
Armada, ha sido necesario inventar que un acto de sedición, puede estar dentro
de la legalidad y, que fue para preservar la institucionalidad del país, pues
ARENA y el FMLN, darían Golpe de Estado, sacando a sus simpatizantes a la
calle, quienes realizarían una insurrección armada, Así el Presidente, tenía el
aval de diplomáticos, para sofocar el levantamiento. Tal situación, sólo podía
ser producto de mente calenturienta, aceptada por la disciplina y sujeción de
la Fuerza Armada al poder civil. Serían anulados Diputados y partidos políticos,
quedando el país a merced del Presidente.
El llamamiento que realizó Walter Araujo, para mostrar
el “poder soberano del pueblo”, justificar el fallido Golpe del Presidente, allanándole
el camino para la consumación del Golpe, no encontró el apoyo necesario y
quienes se manifestaron, sólo fueron afiliados de Nuevas Ideas, a quienes se
les había dicho que podrían acceder a una pensión de $ 150.00, y fueron
llevados a la Asamblea Legislativa. Toda esta manipulación política, es típica:
de las maniobras de Hugo Chávez, Evo Morales y Daniel Ortega.
Podemos apreciar claramente dos peligros: 1) que nuestro
Gobierno sea manipulado por el crimen organizado y 2) que la soberanía
popular, sea manipulada fuera del sistema legal, utilizando principios de la democracia
participativa, propia de los Gobiernos autoritarios: Cuba, Venezuela y
Nicaragua. Lo cual nos pone a los salvadoreños, en una posición muy complicada,
sobre todo con partidos políticos que no cumplen con su función política, por
temor a ser oposición del Gobierno o, perder sus privilegios económicos,
manados de la Asamblea Legislativa.
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