Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
La fábula de los cangrejos en la olla o de las ranas
en agua caliente, explican que no se advierte una situación que es muy
peligrosa; la aplicamos aquí, a quienes no advierten el peligro, sino hasta que
sea demasiado tarde, para poder evitarlo.
El 8 de
febrero, Nayib Bukele no pudo consumar el golpe de Estado, gracias a la
inconformidad de algunas unidades militares y, por la intervención de algunos
diplomáticos. Pero ha iniciado hoy, un lento y planificado proceso, destinado a
un cambio en la interpretación de la Constitución y confrontación social, con
el fin de consolidar el repudio hacia la oposición; proceso muy peligroso, sin
embargo, pudiera volverse en su contra,
si los errores en el manejo de su Gobierno persistiesen y, la inconformidad
social que está latente, se desatase.
Hasta el momento, las grandes líneas estratégicas de
los partidos políticos, han sido finalmente, su perdición, porque éstas, se han
volteado en su contra, provocando su caída. ARENA creyó que era suficiente, realizar
marketing electoral y, que el propio sistema capitalista, sería suficiente para
contrarrestar la ideologización de izquierda. Olvidados sus fundamentos
ideológicos, sólo ha quedado el quehacer de la izquierda, propiciando el
desmoronamiento de ARENA.
Los señalamientos continuos de la corrupción de ARENA,
no han sido probados, salvo el de Saca, y dicha campaña, iniciada por el FMLN,
terminó destruyendo a este partido, por su propia corrupción. El encubrimiento
político (Mauricio Funes y otros), propició el repudio de su base y el
fortalecimiento de Bukele, quien ya había consolidado a muchos simpatizantes
del FMLN, purgados del partido y quienes sienten un profundo resentimiento.
Hoy Bukele posee dos estructuras, la de Gobierno, que
no ataca, pero colabora indirectamente con los ataques políticos que hace la
segunda estructura, la de sus troles y allegados. Estos están realizando una
campaña para enseñar a interpreta erróneamente la Constitución, afirmando que
es constitucional el reclamo violento o, que es lícito reclamar con ánimo
injuriante, a los funcionarios de oposición.
Esta forma de interpretación, posee la característica de
la “glosa”, o interpretación actualizada del texto, el cual al final, termina
en la práctica, siendo substituido por la glosa y así, tenemos un cambio en el
sentido de la ley, sin cambiar el texto de la ley.
Cuando una parte de la sociedad, entiende la ley de
cierto modo y, los juristas o aplicadores del Derecho, de otro, se da en la
sociedad una confusión, que generalmente se resuelve mediante una revolución o,
el sofocamiento de ésta, por vía de las armas: en definitiva, se genera
violencia.
Inducir a la violencia contra los opositores, puede
dar réditos políticos para el 2021, porque mantiene la efervescencia política,
pero si el Gobierno realiza una mala gestión administrativa, ésta violencia, se
volverá contra él. Ya vimos el repudio por el mal manejo de la crisis del agua
y que está lejos de solucionarse: va incrementándose. El aumento de impuestos
es inevitable al igual que su corrupción y, por más que se tenga control de
medios, habrá descontento generalizado, que será muy difícil controlar.
Las investigaciones sobre
el Ministro de Gobernación, Mario Edgardo Durán Gavidia, y el director de
Reconstrucción del Tejido Social, Carlos Amílcar Marroquín Chicas, con cabecillas
de la Mara Salvatrucha, es el inicio, pues estas investigaciones seguramente,
llevarán hacia otros funcionarios de su Gobierno. Esto hará que su estrategia
de ataque a la oposición, se vuelva contra él, en el momento en que coincida con
sus malas gestiones gubernamentales y por la indignación pública, sean superadas sus
redes de troles.
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