LO QUE PERDIMOS: NUESTRA LIBERTAD
Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓNACCION
http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 15 de marzo de 2020.
Se ha convertido en tema de publicidad, lo que debería
ser sólo de salud pública, tema constitucional y de consecuencias económicas
ilimitadas; estamos pensando ahora, en cómo puede paralizarse la economía y
afectarnos, el ejercicio de nuestros derechos.
No ha habido hasta hoy, síntoma alguno de la
enfermedad y menos aún, caso confirmado, pero el pánico fomentado por el
presente Gobierno, ha creado una situación ya de por sí, muy complicada
El retiro de celulares a los confinados en cuarentena,
fue para evitar que se pudiesen conocer las malas condiciones de vida, en que
se encuentran; la intervención de la empresa privada, suministrando alimentos a
estas personas y debía haber sido innecesaria; la presión ejercida por troles,
hacia los denunciantes. Casa Presidencial ha desatado una campaña con videos que
muestran a una persona en un hotel, con todas las comodidades del caso, pero no,
lo que sucede en los albergues (campos o centros de internamiento).
Si un Diputado, cuando aún no ha ingresado el virus en
el país, se muestra orgulloso de haber
votado para restringir derechos
constitucionales, y hace de ello, propaganda, es de temer lo que nuestros
representantes están aprobando, pues hoy, de manera preventiva, pueden ser
cerrados todos los centros comerciales y los restaurantes, a criterio de
Protección Civil, lo cual aplica para Iglesias y centros de trabajo; ya fueron
ordenados, los cierres de los cines, bares y discotecas, estableciéndose una
competencia sobre quien propone las medidas más extremas, para evitar una
enfermedad, que no ha aparecido.
No esta en juego la diversión personal en cines, bares
o discotecas sino, la actividad económica a nivel nacional, pues genera el
sueldo de los que en ella laboran y los alquileres que muchos pagan y que, en
muchos casos, sirven para cancelar obligaciones bancarias. Habría que haber
considerado, como las medidas de prevención se implementaban en dichos lugares
y, su comportamiento ante la enfermedad, antes de darle esta potestad al Ejecutivo;
ya lo hemos visto portarse irresponsablemente, ante crisis locales, como la del
agua y que, enfoca propagandísticamente todo problema.
Giran todos los demás derechos, en derredor de la
libertad de movilidad o de asociación, que se ven comprometidos: es como retroceder
al hombre aislado, e impide que la sociedad proteja la vida del que
posiblemente, será afectado, quedando dicha responsabilidad, a criterio único del
que posee el poder,
Ejemplo de ello, es lo sucedido con las personas que
guardan cuarentena, pues sus precarias condiciones y, su pedido de auxilio, por
medio de sus servicios móviles, ha hecho que, algunas cadenas de alimentos, se
los proporcionen gratuitamente - solidaridad humana - y que alguien que no está
en cuarentena, presente un Habeas Corpus en su favor. ,que ha quedado sin
eficacia, salvo en lo relativo a sus condiciones físicas, que quedan
supeditadas a la capacidad y voluntad, de quienes les resguardan. Si en el
futuro, hubiese algún reclamo, sería como en la fábula de la pastorcita que llora
frente al cántaro de leche quebrado.
Sólo podemos imaginar hoy, el grado de perjuicio por el coronavirus, sufriremos a futuro y, que
afectará a los ancianos, diabéticos o hipertensos. Si hacemos ejercicio de
integración, sobre los dos textos recién aprobados, en conjunto, tendremos los mismos
efectos, de la suspensión de garantías, pues puede limitarse hasta la libertad
de expresión, si el funcionario considera que, con ella, se promueve alarma
social.
Mucho hemos luchado por nuestra libertad, para
haberlas cedido tan fácilmente, sin certeza de la correcta aplicación del Derecho
y, de los principios de Buen Gobierno.
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