Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
La reciente Ley: prohibición de marchas y protestas
contra el Gobierno, plantea claramente ésta situación: colisión entre
ciudadanía y fuerza; ejercida por una dictadura. Dicha situación, no será
dirimida por el Órgano Judicial o, por instancia internacional: lo hará, la
capacidad, persistencia y convicción de las partes.
La actividad natural del Estado se basa, en el respeto
a los derechos individuales y en la solución pacífica, de los problemas
sociales, mediante el cambio político, en respeto a la independencia de los poderes
públicos: actualmente, esto se ha roto; la fuerza del autoritarismo, agrede a la
ciudadanía y, como hoy lo vemos, ésta se revela.
La razón, de que no se vea, una sola línea ideológica contra
el Gobierno, sino diferentes grupos de diversa ideología; todos, por causas
diferentes, realizando llamamientos a la resistencia, se debe a que la
oposición, está conformada por ciudadanos, no por tendencias políticas. Debemos
pues, diferenciar la forma de actuar: sea de Derecha o de Izquierda.
Generalmente, la Derecha es pasiva: su elemento
natural, es el orden dentro del Estado; reacciona, cuando ese orden se altera.
Se manifiesta, mediante los partidos políticos de igual tendencia, pero
difícilmente ira a la calle, como forma de expresión política ordinaria. Actúa en
la formación de opinión, mediante los gremios y son sus intereses principales,
la economía, la libertad y la familia.
La Izquierda se manifiesta y actúa generalmente, en
las calles, haciéndose sentir como grupo disconforme con el orden establecido y,
con los mecanismos evolutivos sociales, para propiciar la revolución, que es su
meta. En derredor de esa actuación, surgen sus líderes y se organizan sus
cuadros, teniendo a los diferentes grupos de la izquierda mundial, como caja de
resonancia.
Para poder detener la dictadura y, retornar al orden o
Estado de Derecho, se necesitan, tanto la actuación de la Izquierda, como de la
Derecha, en acciones separadas, pero coincidentes en sus fines, pues la lucha
común, es contra el dictador Bukele, quien confía en la rivalidad de la oposición.
Aberración jurídica es la propuesta de ley, para que
el Estado pueda realizar expropiaciones o ventas forzosas, mediante
procedimiento abreviado, de naturaleza mercantil y, lo es primero, por la errónea
interpretación del Artículo 103 Cn., que expresa la excepción a la garantía de
la propiedad privada, expresada en el Art. 102 Cn., y que es la regla a aplicar.
Segundo, esta interpretación, anula las garantías de igualdad y de defensa: Arts.
3 y 11 Cn.
Dicha propuesta de Ley, toca a la Derecha, en su ser
más íntimo: el derecho de propiedad privada, facultando al Gobierno, para adquirir
cualquier inmueble, al precio que desee, abriendo la puerta, a la confiscación
de otros bienes privados.
La libertad de expresión, coartada por la Ley que
prohíbe las marchas o concentraciones, no gubernamentales, lesiona por igual, a
Derecha e Izquierda; se encuentra su garantía en los Artículos 6 y 7 de la Constitución;
explican la diversidad en las marchas y las diferentes protestas.
Es pura ilusión creer que puede lucharse contra la dictadura,
desde un partido político: nula será su acción, si no existe el sistema que le
permita, acceder al poder, bajo un Estado de Derecho. Actualmente, todo parece indicar
que las elecciones no serán libres o que no se realizarán: el momento ha
llegado para el “movimiento político”.
Sólo la unión y resistencia nacional, contra un
gobierno opresor, puede garantizar nuestra libertad y con ella, nuestros
derechos. Por eso, quien pueda manifestarse en la marcha, que marche y, quien
no pueda hacerlo, que realice cualquier otra forma posible de resistencia:
todos somos ciudadanos con derecho a expresarnos en la forma que podemos.
Excelente articulo. Lamentable la situacion de El Salvador. Vamos a convertirnos en otra Nicaragua y otra Venezuela.
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