Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 26 de abril de 2015.
Al pleno conocimiento del
entorno social obliga el derecho a la información (Art. 6 Cn.), para que el
ciudadano, pueda tomar sus propias decisiones políticas, que a la larga, afectarán el rumbo político del país. Por
ahora, con pleno conocimiento de los procesos comunicativos, se pretende,
establecer una guía sobre la comunicación, en base al “derecho de expresión de
los grupos sociales y la conveniencia popular”, redistribuyendo, en actores nuevos, el
espectro de radiodifusión, para restringir
o suprimir, los temas inconvenientes: la discusión pública, sobre la
delincuencia y otros temas de nuestro pasado histórico, que no son
“políticamente convenientes” por ahora, pero que si son reales. Una restricción
más que se suma, a ya existente la
selección de temas según sea el rating de audiencia.
La Teoría del
establecimiento periodístico de temas de discusión (agenda-setting) postula que,
los medios de comunicación de masas, tienen influencia sobre el público, al determinar cuáles
historias poseen interés informativo y cuánto espacio e importancia debe dárseles.
El fondo de la Teoría, es la capacidad de los medios de comunicación para
graduar la importancia de la información que se difundirá, dándole un orden de
prioridad para obtener mayor audiencia, mayor impacto y determinada conciencia
sobre la noticia. Del mismo modo, deciden cuales temas deben excluirse de la
agenda, e influyendo así, en la opinión pública, que luego será generadora de
presión política, y la que se concretizará en leyes y tendencias jurisprudenciales.
El español Manuel Martín Serrano, ha dado un
aporte científico a este tema, por medio de sus distintas obras. Nos permite
hoy teorizar sobre los efectos de la comunicación en la formación de opinión y,
los efectos políticos de las mismas. Resume su pensamiento así: “La
comunicación pública es una forma social de comunicación en la cual la información
se produce y distribuye por un recurso a un sistema de comunicación,
especializado en el manejo de la información que concierne a la comunidad como
un conjunto”. En tal sentido analizaremos los efectos de los distintos
medios de comunicación, en la opinión pública en El Salvador.
La mayoría de los
medios de comunicación masiva, de tendencia liberal, cumplen doble función: a) como empresas mercantiles y
b) como entidades con responsabilidad social. En virtud de tal responsabilidad,
deben mantener un equilibrio muy difícil: entre las necesidades propias del
medio (funcionar arriba de su punto de equilibrio) y satisfacer el interés de
la audiencia; propósito que se logra gracias a la observación continua del rating
de audiencia o comprobación, del nivel de ventas de la edición impresa. Este
modelo de gestión, sería un reflejo fiel de la opinión pública, si no
existiesen medios o entidades de Gobierno, que procuran influir en su
programación o, en sus líneas editoriales.
Notorio es que en nuestro
medio, es casi nulo el periodismo de
investigación, sobre todo si se tratase de
casos de corrupción estatal pues, aunque muchas veces dichos casos, son
presentados por los medios escritos, los callan o disminuyen la cobertura en
medios televisivos y radiales, pues son muy susceptibles de ser manipulados
políticamente. Más, si afectan a la oposición, su difusión es completa,
utilizando hasta los mismos medios estatales: TV 10, TV Legislativa, Radio
Nacional, y algunos otros que son pro gobiernistas como Radio Maya Visión,
LaPágina.Com, CoLatino, etc.
Hasta la fecha, no se
ha hecho investigación periodística a profundidad, sobre el actual proceso
electoral, sino más bien, se ha limitado a dar a conocer
las diferentes denuncias sobre fraude electoral; más, luego de
conocerse (con escasa difusión) de los
entretelones que se están suscitando en el nuevo conteo de votos del
Departamento de San Salvador, queda claro que, si la expresión soberana fue
emitida libre, igualitaria y secreta, el conteo de los mismos no corresponde a
esa realidad, pero por ficción jurídica, se ha establecido una verdad
incontrovertible: sólo el periodismo
investigador, puede tener capacidad de
vencer por medio de la presión política, generada por la opinión pública, la
resistencia gubernamental y la certeza jurídica establecida, mediante la
activación de los distintos mecanismos jurídicos que a tal efecto existen.
Otro ejemplo del poder
de los medios de comunicación, en la formación del pensamiento social, es la moderna
apreciación que se hace de las acciones bélicas de nuestro pasado conflicto armado:
por el enfoque que de ellos hacen los
medios (nacionales y extranjeros) ha cambiado la percepción sobre lo acaecido
entre 1970-1992: los testigos de aquella
época tienen claro cómo fueron los hechos realizados por la insurgencia y como
fueron y por qué, los de la Fuerza
Armada, brazo armado de la sociedad y del
Estado de El Salvador. Ahora a cuarenta
y cinco años de iniciado tal conflicto, la opinión pública es que tanto el
Estado como la Fuerza Armada, fueron violadores de los derechos humanos y
gestores de crímenes de lesa humanidad, en defensa de los intereses económicos
de la oligarquía criolla; en cuanto a la insurgencia, ésta fue la expresión
natural de un pueblo oprimido que se alza en defensa de una agresión generacional,
injusta e ilícita. Esta apreciación de los hechos, injusta y falsa, “crea una nueva realidad”, que no concuerda con la realidad histórica nacional, pero que al ser aceptada por gran mayoría, se
vuelve incontrovertible.
Sólo es posible revertir
la opinión pública, mediante la investigación periodística; responsabilidad que
recae en los medios y fuerzas liberales, pues sólo el periodismo de investigación,
es el que abre la puerta al debate
público y que en definitiva, creará opinión pública verdadera.
La izquierda siempre ha
desarrollado la tesis de que la realidad puede cambiarse, cambiando la opinión
pública, y que por tal posibilidad,
surgieron las diferentes corrientes de pensamiento social, aglutinadas bajo el
nombre colectivo de “generación comprometida”. Los liberales por su parte, han
seguido la evolución natural de la sociedad, sin preocuparse del aspecto
político, mas sí, del Markeing, porque es lo que mueve la producción y el
consumo dentro del capitalismo.
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