Por
Lic.
Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
Han afectado al deporte, con mayor
impacto en el Fútbol, las diferentes crisis provocadas por el Gobierno,
buscando con ellas, ocultar sus errores anteriores.
El dominio, que el Gobierno pretende
ejercer sobre el deporte, puede obedecer a múltiples causas, entre las cuales,
destacan dos: 1) necesidad de distraer la atención pública, sobre situaciones
de trascendencia nacional: confiscación de pensiones, violación a los Derechos
Humanos y, la reelección presidencial. 2) afán de controlar las finanzas del
deporte, tomándolas como industria en favor del Estado o, de sus allegados.
Al surgir un problema
nacional, aparece paralelamente, una crisis que sirve de distracción política.
Los señalamientos de corrupción en el Gobierno, reflejados en la lista Engel,
vienen junto a la crisis del Fútbol o, si hay señalamientos por violación a
Derechos Humanos, se dan nuevos avances en los casos Mozote y Jesuitas.
Se ve cada vez más cerca, la
confiscación de las aportaciones de los cotizantes de pensiones, por la
administración estatal; no sería de extrañar que, con una rentabilidad negativa,
haya intervención de las AFP y, el encarcelamiento de algunos directivos, para
justificar, la toma de la administración de las pensiones.
La pérdida económica sufrida
en los Bitcoin, comprados por El Salvador, se ve opacada por otras pequeñas
crisis, como la ampliación de la vigencia del Estado de Citio o la crisis del Fútbol,
encubriendo también, el incremento de la Fuerza Armada y, disminución de la
PNC, lo que nos llevará a un régimen militarista, en el cual toda la actividad
del Estado se encuentre bajo supervisión militar, sin garantías individuales
efectivas, ni división de poderes.
El Gobierno, resuelve sus conflictos
políticos, con nuevos conflictos, con la finalidad de poder mantener las
encuestas en alto, pues éstas son el único argumento para sostener su régimen
autoritario, carente, a la luz del Derecho, de legitimidad. Dando origen a un
gobierno populista, creador a futuro de una crisis, que ya no podrá enfrentar.
Toda crisis que se crea,
vuelve más inestable al país, al grado que cada segmento de la población, tiene
razón para emigrar: si se es pobre, sin estudios o carente de capacidades
técnicas, debe emigrar, para poder subsistir. Si se es clase media y sus
negocios, principalmente de servicios, no pueden prosperar, busca emigrar. Si
se es un empresario mediano o grande, tiene que expandirse hacia el extranjero,
pues la profundidad del mercado salvadoreño, ya no admite expansión nacional.
Si se es un empresario agrícola o agroindustrial (ganadero o cafetalero), tiene
que sacrificar sus tierras, por no ser ya sostenibles sus industrias (sólo
queda la producción de subsistencia, que no genera beneficio económico social).
Cada crisis creada por el
Gobierno, para distraer o encubrir sus propios errores presentes o anteriores,
empeora la situación: si el Régimen de Excepción fue dado, para encubrir la
relación pandillas-Gobierno, ya está causando efectos negativos en la
población, debido a la captura de personas, no relacionadas con las pandillas y,
si para encubrir este error, se declara una “guerra” interna, para justificar
la represión o su impopularidad, llegará un momento en que la actividad diaria
normal, se vea afectada, generándose una
crisis real, que obligue a una mayor emigración, sin que el Gobierno, pueda
sostener su gasto militar. En ese caso, los impuestos tendrían que ser
confiscatorios.
La falta de dinero del
Gobierno, que ya tomo el FODES, esta obligando a las municipalidades a cobrar
tasas excesivas por ventas en los mercados, por parqueo en la vía pública o, proponer
el pago de peaje para ingresar a su municipio, todo lo cual, aumentará las
crisis ya existentes.
EL 14 DE JULIO DE 1779, FUE
TOMADA, QUEMADA Y DEMOLIDA LA BASTILLA, SIMBOLO DEL PODER ABSOLUTISTA DE LOS
REYES DE FRANCIA, INICIANDO ASÍ LA REVOLUCIÓN FRANCESA. TODO INICIO CON
PEQUEÑAS CRISIS INTERNAS, NO RESULTAS POR LA MONARQUÍA, POTENCIADA POR LA FALTA
DE ALIMENTOS.
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