TODOS CONTRA FRANCISCO FLORES

Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN  http://publicacionaccion.blogspot.com

San Salvador, 10 de enero de 2014.

La campaña del FMLN,“TODOS CONTRA FRANCISCO FLORES”, está dando el resultado positivo a que aspiraba dicho partido: ha distraído la atención del votante,  particularmente el de la clase media urbana y del joven que con poco interés en la propaganda política se aleja de la votación. Las acusaciones contra Francisco Flores tiznan al candidato Norman Quijano, al partido ARENA y, en general, a toda la derecha. El FMLN por el contrario, continúa sin oposición ni comprometedores señalamientos en su campaña “limpia”, reforzada por la del ALBA, “gente de bien”  mientras que campaña  “sucia” la hace Mauricio Funes, los diputados “Tránsfugas” de ARENA y los descontentos con la actual dirigencia de ARENA, aunque se proclamen como los más puros areneros.

La campaña mediática contra Francisco Flores, es la táctica para desviar la atención de lo que, en el presente, es lo principal, la campaña electoral. Una táctica que falló en los casos del Boulevard Diego de Olguín y CEL-ENEL, de los que muy prudentemente para la campaña, ARENA guardó una prudente distancia de los implicados, pero que no se ha hecho con Francisco Flores.

Disimulándolo con el argumento de “destapamos la corrupción”, presenta el FMLN, a luz pública, su acusación y se enfrasca en una valoración de las decisiones políticas calificándolas hoy de “dolosas”, sujetas  a sanciones personales y apolíticas, en una revisión a la luz de conceptos de izquierda. Tal actitud y proceder colocan a ARENA en una difícil coyuntura: ¿se defienden los principios conceptuales económicos y jurídicos que dieron origen a esas políticas?, o ¿se dejan de lado frente a las necesidades de la campaña electoral? En ambos casos siempre existiría para la derecha, el dilema moral de las consecuencias de rehuir un combate frente a la izquierda, sobre todo cuando se ha dejado al escarnio público a personas como Billy Sol, Jorge Nieto y demás implicados, y que sólo han puesto en práctica, sus ideas liberales, en el ejercicio de sus funciones de Gobierno.

Este distanciamiento no se ha podido tener con Francisco Flores, lo cual ha permitido ampliar el circo de los medios de comunicación. El breve tiempo para las elecciones (24 días) hace prever la ampliación de este circo pues aunque Flores, voluntariamente o por la evidente conveniencia de ARENA, se retirase de la asesoría pública en la campaña de norman Quijano, el tiempo es ya muy breve para desviar del asunto a la opinión pública y de evitarlo, se ha encargado, muy eficientemente, la Comisión Especial de la Asamblea Legislativa.

El FMLN desea mantener a ante los jóvenes una imagen de no confrontación. Estos, ya están cansados de la lucha política porque la sienten lejana a sus intereses: el goce de los aparatos tecnológicos y de todo cuanto le ofrece la propaganda comercial y, además tener un trabajo pues que ya dan por normal, ser asaltados en los buses y pagar la renta por su habitación en las colonias, y lo que es peor aún, se conforman con una expectativa salarial como empleados y no como empresarios privados.

Los efectos de la campaña del FMLN: “TODOS CONTRA FRANCISCO FLORES” se extinguirán después de la primera vuelta. Por sus resultados sabremos si esta campaña del FMLN tuvo el éxito esperado para ellos. El resultado final dependerá, en última instancia, del voto escondido: se manifiesta sólo en la votación y, no se trata del voto indeciso, sino el de quien tiene en su fuero interno una convicción profunda que, por conveniencia personal no manifiesta nunca excepto al emitir su voto. Si este voto nos favorece, es de seguro que para la segunda vuelta electoral, tendremos una campaña del FMLN denominada : “VOTO ACTIVO”, el cual, congruente con los principios de la Democracia Participativa, se volcará a las calles para crear la apariencia de dominio “masivo” de las mismas, con la finalidad de amedrentar y evitar ese voto escondido, que vale tanto y más que la participación “activa” de las masas de izquierda, pues su voluntad es numérica y apegada a los principios democráticos.