Por
Lic. Fernán
Camilo Álvarez Consuegra
San Salvador, 31
de enero de 2014.
La presente
campaña electoral, sigue en su apogeo, pero por medios indirectos, las
instituciones del Estado, son sordas a ella, y más aún cómplices. Indistintamente
de la responsabilidad personal de Francisco Flores Pérez, se trata de
relacionar, por parte del Gobierno, su
actuar personal con todo un partido y un candidato. Esa estrategia, ha creado
mucho temor dentro del ARENERO, por los efectos electorales que pueda causar en
el voto indeciso, más sin embargo, es precisamente el objetivo que se logra
alcanzar, crear zozobra, como en los cuentos de terror, que asustan a los niños. Al igual va la
campaña de la Mara, para amedrentar a todo aquel que votará en contra de Sánchez
Cerén y, que la población tema perder los beneficios que ha conseguido del
ALBA, condicionando su voto.
Todo es un plan
perfectamente orquestado para la manipulación de la voluntad ciudadana, con la
complicidad de las entidades del Estado. El Tribunal Supremo Electoral, permite una campaña fuera de la campaña
electoral, la Policía Nacional Civil,
permite la intimidación de las maras a la población y, pide cínicamente, la denuncia en su sede policial y la identificación del
delincuente, con nombre, apellido y su apodo, cuando la persona ha sido
amenazada por un grupo de 20 pandilleros. Se manipula a quien ha sido condenado
por robo, para firmar una declaración jurada,
precisamente dos días antes de la elección, cuando lo señalado no figura en su
expediente judicial, y está esperando una resolución de libertad por “buena
conducta”.
La campaña ha
sido diseñada para cada punto específico de la masa de votantes y, sólo puede
revertirla el individuo mismo, el militante de Derecha, en su fuero interno, no
depende si es expulsado Francisco Flores Pérez de ARENA o el partido se separa
de él, o si lo condenan o no, eso se verá en los tribunales. Pero considerar si Francisco Flores Pérez, es
juzgado junto a ARENA, y todos los que en un momento votamos por él, son
juzgados conjuntamente, por un hecho individual, corresponde al fuero interno
de cada ciudadano, y juzgar así, es
condenar a todo un sistema y una ideología, por las pretensiones de un presunto
delincuente (Flores Pérez), de un
asesino (Sánchez Cerén) y un ladrón no procesado (Funes Cartagena).
Las Maras están amenazando
a la población, con la indiferencia de la Policía Nacional Civil y de los altos
mandos militares, dirigidos desde Casa Presidencial, sin embargo, por más mareros que sean no pueden asesinar a
toda la población contraria a Sánchez Cerén, por lo que usan el terror. Las
amenazas han sido sectorizadas y siguen un patrón de desplazamiento, lo cual indica que son los mismos grupos de
Mareros, moviéndose en sus territorios,
pero no tienen la capacidad de controlar todo su territorio a la
vez, y mucho menos de saber por quién
vota cada quien.
Sólo el
salvadoreño puede correr este velo de confusión que ha tendido el FMLN y, enfrentar
con valor los hechos que estamos viendo, pueda ser que no nos gusten, las
personas que están asesorando a Norman Quijano,
pero no son ellos los que Gobernarán directamente, sino una forma muy
particular de sistema, el liberal. Así
que votemos por el sistema liberal, por
sobre el miedo y las personas que nos pueden desagradar: ya habrá tiempo de
debatirlo.
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