Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN
ACCIÓN
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San Salvador, 22 de
febrero de 2016.
Despliega su militancia
el FMLN, para desalojar de la plaza de El Salvador del mundo, a la sociedad
civil organizada (S.OC.I.O). Principian así, las luchas callejeras en San
Salvador. Sólo reclamábase transparencia en el manejo de los fondos públicos y
lucha contra la corrupción de las cúpulas partidarias, por estar generalizada,
en el sistema democrático; no tiene dicho reclamo, sesgo ideológico; pero el
FMLN lo ha considerado peligroso e
intolerable reclamo, en la semana en que en San Salvador, se celebrará el XXII
Foro de Sao Paulo.
Maduro dijo el
15/2/2014: “Llegó la hora de salir a las
calles”. Se dijo aquí, lo mismo el pasado domingo, para desalojar la
manifestación de S.O.C.I.O que, aunque poco numerosa representaba a lo que el
salvadoreño aspira: política libre de corrupción y transparente manejo de los
fondos públicos. Quisieron ahogar en sus inicios el reclamo, para evitar una
manifestación masiva. Es notable comprobar que a las dos manifestaciones
anteriores de la sociedad civil, se les opuso manifestantes encubiertos pero
esta vez, los diputados del FMLN abiertamente dirigieron el desalojo: fue
escalada, en la represión del FMLN.
Tiene base la reacción
violenta del FMLN, en la aplicación del principio de la dialéctica de la
acción: el sistema socialista, es de acción: ideas, teorías o conceptos, tienen
validez sólo en cuanto promueven el proceso revolucionario, carecen de valor intrínseco, valiendo sólo en la
medida en que promueven el proceso revolucionario, son simples instrumentos de
lucha, en su constante búsqueda del poder. Toda idea de rebeldía social que no controlan, la consideran peligrosa: temen a
las ideas que un pequeño grupo de personas, pueda promover, pues de ser aceptadas,
podríase generar un movimiento “contrarrevolucionario”, perdiendo su influencia
social.
La mayoría de la
población quiere oír que se condena la corrupción y que ésta no sea encubierta,
pues ésta es ya escandalosa. Son las cúpulas partidarias las que se preocupan
de que ningún caso prospere: los procesos son iniciados pero no llega a término.
Nadie quiere ya escuchar de socialismo o
capitalismo - estos sistemas han dejado de funcionar por causa de la corrupción
y los acuerdos políticos, logrados entre las cúpulas partidarias -. Por esa
razón el FMLN se preocupa cuando un pequeño grupo de personas, alzan su voz y por
conveniencia, calla la oposición política.
La abstención
política, por causa del descontento
hacia los partidos, supera en mucho la
lealtad hacia estos. Notorio es que los demás partidos no han protestado contra
la manifestación de fuerza del FMLN. Es
porque sienten que los reclamos contra la corrupción, tocan sus intereses. Así,
el costo político es exclusivamente del FMLN, éste dice que es un movimiento de
ARENA o de la empresa privada desviar la atención.
El abandono de la
oposición política, de su papel de crítico del Gobierno, fortalece al FMLN y si
no se señalan sus debilidades, se es cómplice. La lección que nos deja el
atropello del FMLN, es que la lucha contra la corrupción, no debe ser de
pequeños grupos, sino de la totalidad de la población; es la solidaridad en la
lucha, la que ha de dar el triunfo. Benjamín Franklin reflexiona en el valor de
la unidad y dice: “O nos aferramos juntos o nos cuelgan separados”.
La lección aprendida
por la oposición en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina y Brasil es esa y,
también los socialistas pretenden hoy, en el Foro de Sao Paulo, estrechar lazos
para su defensa común, pues su visión, al no ser nacional, sino internacionalista, pretende ejercer su
peso transnacional, contra cada oposición local, lo cual nos exige una mayor cohesión
nacional.
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