Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN
ACCIÓN
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San Salvador, 1 de
junio de 2016.
Tiene la Izquierda, una
agenda muy clara: poder presentar ante
las elecciones del 2018 y 2019 una imagen de Gobierno capaz de resolver las
necesidades del pueblo No relaciona este
objetivo con la economía, ni con la inseguridad que sufre el ciudadano. Su base
es el buen manejo de los medios de comunicación y del discurso populista que
desvía la responsabilidad sobre los problemas nacionales. ARENA, que constituye
la Derecha política, se encuentra totalmente inoperante en oposición a los
manejos del FMLN, y culpa a sus militantes, de la apatía política en que ellos
han caído, pues las autoridades del partido presumen que existe obligatoriedad de la militancia, de aceptar la
acciones de la dirigencia, aunque sean
contrarias, a las aspiraciones ideológicas del partido.
ARENA sólo, puede con
sus votos, evitar la aprobación de un nuevo endeudamiento, pero parece estar
más preocupado por sus problemas de poder interno, que por la política
nacional: Norman Quijano manifestó que ya le cansan los ataques que el partido
ha dirigido contra él, da a entender que,
dicho problema, merece más atención que los problemas nacionales; endeudamiento
fiscal, gasto en seguridad, leyes restrictivas a la empresa privada y a la
libertad de expresión, todo pasará a un segundo plano porque los problemas
internos son más importantes para él y los otros diputados.
El tema económico es de
tal relevancia que, si ARENA da sus votos aprobando los nuevos endeudamientos, debilitará
la economía nacional, fortaleciendo el poder interno del FMLN. Han sido
invertidos muchos millones de deuda en clientelismo político, que ahogarán las
finanzas públicas. La inversión pública en carreteras y otras obras, han
permitido que las empresas allegadas al Gobierno reciban grandes utilidades. El
Gobierno se rasgas las vestiduras por El Chaparral pero, con negligencia muy conveniente,
el problema subsiste y nos costará millones más.
El descontento no es exclusivo contra ARENA, sino contra todos los
partidos políticos, pero al arenero le importa sólo su partido,
y se siente engañado, no por su corrupción personal, sino por la
defraudación ideológica hacia el elector. Hay Diputados que aprueban el
matrimonio entre homosexuales y el aborto, aprueban otros un mayor control estatal, otros
prefieren el gasto público, a la inversión privada, otros promueven restricciones
a la agricultura y a la industria. También hay quienes apoyan el pacto con las pandillas
para asegurarse que no les estorben
electoralmente.
El Diputado de ARENA aduce que para apoyar leyes contrarias a los intereses
de sus electores, es necesaria la negociación y la gobernabilidad, pero dicha
excusa ya no es tolerada por sus electores que no pueden cambiar el rumbo del
país, entonces opta por la apatía y centra su esfuerzo en sobrevivir dentro de
una economía deprimida y con un severo riesgo de ser asesinado, en un medio
donde la policía se cubre el rostro y el marero se descubre y muestra sus
tatuajes.
La fuerza política de
ARENA se refleja en el número de sus votantes, los Diputados y Alcaldías logradas,
pero los efectos negativos que se sufrirán, serán una pérdida significativa de
los mismos, por la aplicación del voto de rechazo o abstención. Ahora ARENA más
que un partido de oposición, parece un partido de cogobierno, pues aunque en un primer momento niega sus
votos, luego de una negociación, los da justificando de algún modo, la aprobación.
Por las leyes aprobadas
en la Asamblea Legislativa y a las que ARENA no se ha opuesto, ya vivimos en un
país socialista: va en tal sentido la interpretación constitucional de la Sala de lo Constitucional y en cuanto
al Ejecutivo, ya no se diga.
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