Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
No permitir a más de 4,000 salvadoreños, el regreso a
su patria, es medida de la manipulación social que se realiza, para inducir
temor y dependencia hacia el presente Gobierno. Esta manipulación, viola los
principios constitucionales, destruye al país como nación y, pone en riesgo a
las generaciones futuras, razones son para exponer estos peligros y las
intenciones que los generan.
Los varados en el extranjero y las personas capturadas
ilegalmente (retenidas durante la cuarentena), son señaladas por el Gobierno
como fuente o peligro inminente de contagio, razón del ejercicio de la fuerza,
para que el Gobierno legitime todas sus acciones: encubriendo otras, que le
benefician de manera personal.
Todo salvadoreño en el extranjero, es ciudadano cuya
vida está aquí y que, por uno u otro motivo, se encontraba en el extranjero,
cuando inició la pandemia; su voluntad es retornar a su patria, donde tiene una
vida productiva y, cada uno de los aquí detenidos, cuyo número se ignora con precisión,
son “información reservada” y sus
filiaciones han sido negadas a las autoridades pertinentes (Sala de lo
Constitucional, Fiscalía General de la República, Procuraduría General de la
República y Procuraduría de los Derechos
Humanos) constituye una violación al debido proceso y a la ciudadanía de estas
personas.
La razón de detención de unos y de otros, es para infundir
temor en la población, generando el caos necesario para la autocracia. Los
salvadoreños varados en el exterior y quienes hoy guardan prisión, han perdido
su naturaleza humana, para ser solo, instrumento de propaganda.
Si una persona sale a comprar comida, agua o medicina
y es detenida, por no ser su “día hábil” de compra, será evaluado y si ha
estado en algún lugar de riesgo, será internado. Por ley todo el país, es un
lugar de riesgo y, según los protocolos de salud, esta persona debe de ser
internada, por lo que todo el protocolo en sí, se vuelve una justificación para
su encarcelamiento, por tiempo indefinido pues, aunque la ley dice 15 días, el
tiempo definitivo queda a criterio del Gobierno, según la misma ley, lo que
hace una trampa jurídica. Ya hay pasajes que han sido desalojados, pues la ley
faculta al Gobierno a entrar a las casas y poder “internar a sus habitantes”, (capturar
sin proceso, sin tiempo definido de internamiento y sin régimen de excepción).
Un salvadoreño en el extranjero, cuya patria le impide
retornar (expatriación) goza de la protección de las Naciones Unidas, por su
calidad de refugiado, según el Derecho Internacional Humanitario, pero ninguno
de los salvadoreños, varados en el exterior, quiere ser un expatriado, sino
regresar a su patria, lo cual le niega el Gobierno. Existe una obligación de
repatriarlos, aunque no lo diga expresamente la ley, pues se deriva del
ejercicio de sus derechos de nacionalidad, que le son negados. Corre a costa
del Estado primero, su repatriación y luego, un resarcimiento a costa de los
bienes de quienes les han negado ejercer este Derecho.
El dominio total sobre la vida cotidiana, lo logra y
justifica, el miedo infundido en la población y, para concretarlo, se utiliza a
los salvadoreños en el extranjero y a las personas que hoy se encuentran en
cuarentena, que muchas de ellas, tienen más de 45 días de internamiento y han
sido reprimidas por la Policía Nacional Civil y las maras, con las que han sido
revueltas.
Un Gobierno que infunde temor y espera a que haya caos
y hambre para poder distribuir paquetes de alimentos, y subir su popularidad en
descenso, debe ser depuesto en el ejercicio de su cargo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario