Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 26 de octubre de 2014.
Mientras el FMLN,
ofrece imagen de moderación y de gobernabilidades en sus acciones de Gobierno,
tanto internas como internacionales, las
distintas fuerzas de Izquierda que le apoyaron electoral y socialmente, se
sienten defraudadas por el incumplimiento de sus ofertas o posiciones políticas
tradicionales, resquebrajando su estructura de poder, como entidad política
nacional.
Bueno es hacer una distinción
clara de los poderes formal, electoral y
social. El poder formal, lo mantendrá el FMLN hasta el 2019; el poder electoral,
reflejará su posición frente a su enemigo común y natural: la Derecha. Sin
embargo, me refiero aquí a la fuerza social capaz de cohesionar o representar
políticamente, las distintas voluntades individuales de quienes conforman el
pensamiento de Izquierda, el cual tiene una relevancia capital, en la gobernabilidad
y estabilidad del FMLN y, sobre todo, en la posición social del salvadoreño,
frente a los distintos problemas que afectan esta área.
El segundo período del
FMLN, en ejercicio del Ejecutivo, muestra un cambio radical en sus estructuras
o allegados, con ideales revolucionarios, y han sido substituidos por una
estructura de correligionarios – burócratas, lo cual es normal, frente a una
estructura de poder en el Gobierno. Sin embargo, ha significado, esta
sustitución la exclusión de muchos de
sus antiguos cuadros, para poder mantener el control interno de su partido y usufructuar en carácter personal, los
beneficios de las empresas ALBA. Pero los reclamos sociales que la Izquierda
inició como tema de campaña, desde los Acuerdos de Paz de 1992, aún subsisten,
ya encarnados y no sujetos hoy a los
intereses de la cúpula del FMLN: reclamos por la tierra, reclamos por salarios
y sobre todo relamo, por una radicalización en la política internacional
salvadoreña.
La exigencia de mejores salarios y prestaciones laborales y
demás beneficios, ofrecidos por el FMLN en general, parecen aflorar: los
reclamos de los distintos sindicatos médicos dentro del Gobierno, así lo
demuestran. También es evidente el reclamo de tierras y beneficios a los
antiguos combatientes del FMLN y, sobre todo la exigencia de una posición de
condena a los Estados Unidos, por las violaciones en el mundo, a los Derechos Humanos, desde la
nueva posición de El Salvador como Estado miembro del Consejo de Derechos
Humanos de la ONU. Puede ser escuchada
esta crítica, por las distintas radios comunitarias, en AM, de los lugares en
donde han tradicionales bastiones del
FMLN guerrillero; además, de lo publicado en el vespertino CoLatino y, en el
periódico digital El Socialista Centroamericano.
Este reclamo de la
Izquierda hacia el FMLN, su Gobierno, es similar a lo que causo que Marta Harnecker se alejara del chavismo o, más bien, de Hugo
Chávez. El 16 de marzo del corriente
año, el principal asesor de Salvador Sánchez Cercen, el uruguayo Marcos
Rodríguez dijo: “el FMLN no tiene por qué ocultar que es un partido socialista pero
también señala que el Frente ha evolucionado y que sobre todas las cosas es
ahora un partido que respeta los diferentes tipos de pensamiento que hay en la
sociedad”, y a continuación agrega: “Es muy importante concertar con
el centro y con la derecha pero primero hay que concertar con los amigos y con
la gente que ha acompañado este proyecto.” Esta posición, destinada a
limar asperezas con sus opositores, y, de quienes desconfían internacionalmente
de la actuación de un Gobierno revolucionario, es intolerable para las bases todas que han confiado en el ser
revolucionario del FMLN.
Otro factor de fuerza
interna a considerar, es el poder de las pandillas: la escasa armonía lograda,
en derredor de una campaña electoral presidencial, en virtud de los negociadores de la Tregua
entre Pandillas: Padre Antonio Rodríguez Tercero, Raúl Mijango, Monseñor Fabio
Colindres y David Munguía Payes, se ha roto, quedando en evidencia, el engaño
de que han sido objeto las pandillas, por parte del FMLN.
Débese considerar
también que, los partidos de Izquierda que están surgiendo, como el PSD y otros
ya existentes como el CD, no serán un factor aglutinador de la Izquierda, pues
representan el mismo “sistema” en el que ha caído el FMLN. Quizá tenga más
posibilidades de crecer, como movimiento de Izquierda, pero sin relevancia
política, es el Movimiento Nuevo País, de Dagoberto Gutiérrez, pues aglutina a
ciertos sectores de la antigua intelectualidad del FMLN que, se pierden habitualmente,
en discusiones marxistas, que son políticamente estériles.
Las pertinentes
preguntas son: ¿Hasta cuándo podrá soportar el FMLN su resquebrajamiento
interno? ¿Dará resultado su persistente señalamiento de la Derecha como origen
de todos los males de El Salvador? ¿Hasta cuándo podrá el FMLN seguir
coqueteando con los Estados Unidos y Europa, sin que haya repercusiones serias
con Venezuela y Cuba? ¿Cómo se financiarán sus campañas electorales futuras,
con la inminente quiebra de Venezuela?
El comportamiento
anterior del FMLN, nos indica que puede haber un recrudecimiento de sus
políticas internas, hacia la empresa privada y los antiguos miembros de la
Fuerza Armada, pero siempre manteniendo la estabilidad en el ámbito
internacional. Habrá elementos distractores, que señalen que la Derecha tiene
una mayor fuerza y cohesión que la que en realidad posee, para infundir miedo
dentro de la Izquierda y, aprovechará las elecciones locales, para buscar una
mayor cohesión interna del FMLN, bajo el mando de su actual cúpula partidaria;
sin embargo esto, a la larga, sólo será un paliativo del deterioro interno del
FMLN.
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