Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 30 de octubre de 2014.
Se emplean, muy sutilmente,
conceptos generales para luego, modificarlos o restringirlos en su aplicación,
con el propósito de favorecer el cambio estructural hacia el Socialismo del Siglo
XXI. Aunque este cambio por su contenido político, puede no interesar a muchos
de los salvadoreños, ni a otros, porque ven en su contenido, sólo una quimera política, sí tendrá
consecuencias prácticas que afectarán la vida ciudadana: primero, la legitimación
de las pandillas y su consecuencia en el futuro sostenimiento de las mismas, a
costa de los bienes privados; segundo, la restricción, de las libertades y garantías
constitucionales de que hoy gozamos, por la libertad que se le garantizará al
crimen organizado.
En su concepto general,
los Comités o Consejos de Seguridad Ciudadana, son instrumentos de organización
social, que permiten el desarrollo de una política y, la que proporciona
recursos administrativos superiores a los que es posible disponer individualmente, para apoyar o flexibilizar
las organizaciones; también sirven de
coordinación, formación, comunicación y, revisión de los planes e intenciones del
Gobierno central.
Sin embargo, el
Propósito del CSC, de acuerdo a lo anunciado por el Presidente de la Republica,
Salvador Sánchez Cercén, “Consistirá en promover el diálogo y la concertación
en políticas públicas de justicia y seguridad ciudadana para lograr la
suscripción de acuerdos entre los diversos actores”.
En virtud de lo cual,
el CSC está restringido, a promover el dialogo y la concertación, en políticas
públicas de justicia y seguridad ciudadanas, con el fin de promover acuerdos
entre los diversos sectores de la sociedad,
función de responsabilidad del Gobierno central, el que no tiene intención de discutir los
problemas de Seguridad Pública con total franqueza, sin subterfugios. El
dialogo propuesto es únicamente, entre pandilleros o de pandilleros con la
población, y del Gobierno con la empresa privada, para que esta asuma los
costos del sostenimiento de estos grupos delincuenciales, dado que se presenta el problema de
inseguridad, como la falta total de entendimiento social y cuya causa es, la
que genera el alto índice de violencia en el país, acrecentado por la
desigualdad social y la mala distribución de la riqueza que dicen es mal
“ancestral” y producto del modelo neo-liberal.
Por el contrario, la
característica de la violencia en el país, es por su alto grado de organización
delincuencial, que tiene como objetivo, la creación de una forma de vida,
basada en el delito, el cual sostiene al delincuente y a sus familias, generando ganancias en forma
“corporativa”: según grado de compromiso, participación y jerarquía dentro de
la entidad delictiva.
Por otra parte, la
utilización de esta modalidad de organización gubernamental (CSC), se veía,
desde el 2009, como un elemento transformador de la estructura social hacia el
Socialismo del Siglo XXI, lo cual puede apreciarse, en el documento: LA SEGURIDAD CIUDADANA en la Transición
Gubernamental de El Salvador, publicado por la Dirección de Investigación
de la Universidad Francisco Gavidia, escrito por los investigadores Armando
Jiménez Larios y Norma Villalobos y que dice, en la página 8: “La
discusión actual sobre la seguridad se inscribe en el campo de una discusión
mayor: la naturaleza democrática de los gobiernos que pretenden garantizarla. Y
aunque un estudio sobre el tema de seguridad, y específicamente, sobre
seguridad ciudadana, no deriva automáticamente en un análisis sobre el carácter
democrático de los gobiernos, que lo impulsan, es necesario considerar la
naturaleza política de los mismos y el sello que le imprimen a las acciones de
seguridad, dada esa naturaleza.” Estableciendo en dicho documento, la
diferencia entre la gestión política de los gobiernos de ARENA con la que debe
de tomar el FMLN como gobierno de Izquierda y la transformación estructural de
la sociedad salvadoreña.
La razón de la creación
del CSC, responde a la Fase de la Implementación de Socialismo del Siglo XXI,
para probar el ánimo incluyente de las políticas públicas, basadas en
principios Democráticos, frente a entidades Internacionales; los ciudadanos que
pertenecen a la Mesa Técnica, y que deban abandonar dicha mesa, por razones
metodológicas o de otra índole, en desacuerdo con lo allí discutido y a
propuesta del Ejecutivo, serán señalados como anti - democráticos, que responden a la ideología
contraría a la del Gobierno. Y es en que
consiste la real manipulación del CSC.
En términos concretos,
el objetivo de la CSC es el concluir, que la existencia de las pandillas es
producto de problemas estructurales y políticos, por lo que es necesario que
todos los ciudadanos, por medio de la empresa privada, aporten económicamente a
la creación de un fondo de sostenimiento de las pandillas y de otras varias
políticas de Gobierno. Si se concretase esta gestión, estaríase legitimando a
las pandillas, y obligaría a un espíritu de “tolerancia” hacia las mismas, aunque que éstas ejercen ya, un control
territorial sobre la mayor parte del país, usufructuándolo, de manera doble,
por medio de las extorsiones y, por medio de las políticas gubernamentales, que
serán sostenidas, por fondos privados, en beneficio de las pandillas. Situación
ésta que crearía un desmedro en los
derechos de los ciudadanos, por la imposibilidad de éstos, de ejercer su
derecho de “acción” (reclamo frente al Estado) además que haría inviable la
inversión en este país.
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