Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
San Salvador, 6 de octubre de 2014.
Se ha hablado mucho, en
estos últimos días, sobre la conveniencia de retirar a Norman Quijano, la
candidatura de Alcalde para San Salvador. Las voces que lo piden no son
internas del partido, sino de quienes tienen sus pretensiones o hacen cálculos sobre
lo que ARENA debería hacer para lograr el triunfo electoral, el cual por ahora,
ya no es el triunfo de un candidato, sino la composición de las fuerzas
políticas del municipio.
Dos son las principales
objeciones a la candidatura de Quijano: primero una supuesta popularidad
inferior a la de Nayib Bukele y la derrota sufrida en las pasadas recientes
elecciones presidenciales. Estas dos objeciones anúlanse de entrada con el
proceso de elección de candidatos realizado por ARENA; en el participaron todas
sus estructuras, por consiguiente, un cambio en su resultado y sobre todo en un
municipio como el de San Salvador, dejaría por fuera la voluntad de quienes van
a realizar directamente, el trabajo partidario y además, retrasaría en muchos
meses, la implementación de los planes de campaña ya ejecutados en derredor de
Norman Quijano.
El parámetro de “popularidad”
no equivale al de “aceptación política”.
Es un error confundir dichos conceptos; ilustra muy bien su diferencia,
el caso del ex Presidente Saca, que creyó por su alto grado de “popularidad”
poder llegar a la segunda ronda electoral y, remontar con creces, a Norman
Quijano con los votos de GANA – PES – CN, sumados a los del FMLN, atraídos por
la “popularidad” de Funes y todos en rechazo de ARENA. Lo mismo pensó Funes que
hasta soñó en realizar rueda de caballitos con Saca, a despecho de ARENA y del
FMLN.
Nayib Bukele, puede ser
muy popular, hasta el grado de tener ya ambiciones presidenciales y de haber ya
comenzado su campaña electoral, pero no acusa mayor efecto sobre los votantes
de ARENA: está en fase de consolidación sobre sus propias bases y en lucha por
el voto indeciso que acusa ser aproximadamente, el 30% de la votación. En una
fase de presentar una imagen de político neutral, niega su filiación en el FMLN
y su intención de estar fuera de las decisiones políticas de dicho partido,
cuando la realidad muestra lo contrario. Es el candidato del FMLN, y en consecuencia
seguidor obligado de su política y de la dirección de la Comandancia de dicho
partido, a quienes pretende disputar hegemonía.
La substitución de Norman
Quijano en estos momentos, implicaría dar a Bukele un mayor tiempo de campaña y
además, sembraría duda sobre la continuidad de las obras iniciadas por Quijano
durante su mandato edilicio. Este efecto se sufriría cualquiera fuese la
sustitución, aunque se tratase de nombrar a un miembro de su Consejo actual.
Si bien en su momento, la
candidatura presidencial de Norman Quijano fue muy cuestionada, porque fue
apoyada sólo por una de las fuerzas dentro de ARENA, presenta a nivel
municipal, un panorama distinto, pues el apoyo de las bases de ARENA y su
aceptación política en San Salvador, es indiscutible. Por lo que es conveniente
ver en perspectiva, las conveniencias o no, de correr por la alcaldía de San
Salvador, sosteniendo la candidatura de Norman Quijano. Es necesario analizar las
similitudes y diferencias entre las dos campañas, la pasada y la presente, para
evaluar también a Nayib Bukele y a los
otros candidatos.
Otros posibles
candidatos a substituir a Quijano, como Ana Vilma de Escobar, René Portillo
Cuadra o Celina de Ávila, tienen luces políticas propias y, un cambio en su
candidatura actual a diputados, sería sacrificarlos en la política local, la
cual a la larga les consumiría, pues los problemas hoy existentes en la
Alcaldía de San Salvador, se agudizarán forzosamente, con el consiguiente costo
político para todos los partidos. Sólo pensar que llegarán como miembros del
mismo consejo municipal Roberto Cañas…. Walter Araujo… y Bukele… es ver
transformar el Consejo Municipal en un foro de debate permanente que no dará espacio para resolver los problemas de
la comuna.
Para visualizar
levemente, el caos que sobrevendrá en la alcaldía de San Salvador y ciertos
efectos sobre los votantes, basta con oír las declaraciones de Bukele este fin
de semana: espera hacer alianza contra ARENA, con los partidos PES y Democracia
Salvadoreña, dos partidos que ya tienen compromiso. El PES lo tiene con ARENA
en Santa Ana y que se están concretando otras alianzas en el centro y el oriente
del país. Por otra parte el atractivo de
Democracia Salvadoreña es que es un partido de Derecha y muchos de sus
candidatos proceden de las filas de ARENA, por su descontento con las
dirigencias locales de ARENA ¿cómo tomarán esta alianza con el FMLN?, que es
visión de Bukele.
Parece que Bukele es
muy hábil para crear espejismos políticos, pero tal arte no le asegura un triunfo electoral, frente a
la solidez partidaria de ARENA en San Salvador. Si realmente se hubiese querido
excluir a Norman Quijano de la elección
del 2015, debería haberse hecho durante el proceso de selección partidaria de
los candidatos y no, después. Al analizar muchas de las voces contrarias a
Quijano, se comprueba que no proceden de sus bases, sino de sectores ajenos a
ARENA, con dudosa trayectoria política, lo cual hace durar de la conveniente rectitud de sus intenciones
para el partido de Derecha.
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