Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
San Salvador, 4 de octubre de 2014.
El discurso de Salvador
Sánchez Cerén ante la ONU, presenta dos encontradas posiciones: deja muy en
claro la necesidad de la cooperación internacional para con El Salvador pero
afirmando que la política interna es exclusivamente suya con algunas pretensiones
de influencia internacional. Su discurso cuenta con tres elementos que conviene
comentar además de su propia visión de los conflictos internos de El Salvador.
Es necesario comentar los efectos de su declaración sobre el derecho a los
recursos naturales marinos como patrimonio de la humanidad, la condena a los
métodos del Estado Islámico y el manifiesto deseo de El Salvador de formar
parte del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Para Salvador Sánchez
Cerén no existe la oposición política, pues las acciones todas de su Gobierno
son reconocidas por él y sus seguidores como las únicas correctas y justas; en
consecuencia, los salvadoreños debemos esperar una profundización en los
cambios estructurales propuestos por el FMLN; debemos también negar la realidad
del estado de inseguridad y caos social creado por las pandillas; este caos y
no la desintegración familiar voluntaria, es la verdadera causa de la tan
lamentable inmigración infantil, aunada a la tan severa crisis económica que
vive el país.
El reconocimiento de
que los recursos marítimos son patrimonio de la humanidad, tiene dos
implicaciones: la primera es sobre la pretensión de poseer parte del mar
territorial nuestro en el océano Pacífico, pretensión que sería la razón de la
inacción de nuestro Gobierno en cuanto al reclamo de la isla Conejo ( no sólo
por su territorio sino también por las implicaciones limítrofes futuras) esta
situación, en el área del Golfo de Fonseca conviene a los inversores
extranjeros pues les asegura una zona libre de conflictos locales futuros.
Plantea, no sólo como pretensión sino como una realidad el poder explotar los
recursos naturales existentes en la plataforma continental frente a las costas
salvadoreñas; podríase dar el caso que dichos recursos sean explotados por
cualquier potencia con pretensiones sobre el área, siempre que le diesen su “parte”
al Gobierno o más bien a los personeros del Gobierno.
Se rumora que existe en
nuestra plataforma continental yacimientos de gas natural con posibilidad de
explotación y que dependería de ciertas condiciones geopolíticas
centroamericanas cosechar sus frutos. Es necesario aclarar que el Estado de el
Salvador, no tiene los recursos ni la capacidad para ejercer una soberanía real
y efectiva sobre sus aguas territoriales, ni mucho menos la intención de su
Gobierno de considerar como propias dichas aguas.
La condena que hace de
los métodos de lucha del Estado Islámico, no es censura directa hacia las pretensiones
de dicho grupo político, sino juego de palabras propias de su doble discurso.
Se apega, más bien a la posición internacional que lidera Rusia y que
seguramente, seguirán por ahora los países latinoamericanos bajo el Socialismo
del Siglo XXI, que ven un desafío a los países occidentales con muy buenos
ojos, pues esperan un cambio en la relación geopolítica mundial, que les sea
más favorable a sus intereses particulares y no los nacionales.
El deseo de el Salvador
de formar parte del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, es de importancia,
tanto para su política exterior como para su política interna de consolidación,
frente a antiguas fuerzas conservadoras. El presente año, finalizan su mandato
de tres años, Costa Rica y Perú y en el 2015 también finalizarán su mandato
Venezuela y Estados Unidos.
El Salvador, como
miembro del bloque socialista latinoamericano, necesita contar con voces que se
opongan a los reclamos por violaciones a los Derechos Humanos a sus
disidencias, tal como ha sucedido con los reclamos contra Cuba o Venezuela. Por
otra parte, es inevitable que se trate, en dicho organismo el conflicto
palestino – israelí y aún también, los ataques aéreos de la coalición contra el
Estado Islámico, si las condiciones solicitadas por Rusia o Irán, no van
conforme a sus pretensiones geopolíticas en el área. En el plano interno las
dichas pretensiones en El Salvador le son muy convenientes para poder promover
favorablemente los procesos contra sus antiguos opositores en el plano militar,
durante los últimos años de la Guerra Fría aquí en El Salvador.
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