Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 28 de octubre de 2014.
El crecimiento económico
del 2.2 % proyectado para el año 2015, depende de la relación de
tres factores: a) la aprobación de los
préstamos para el desarrollo del Corredor Productivo I y II; b) Ley de
estabilidad en la inversión (que el Ejecutivo no valora en su verdadero
contexto, salvo en su aspecto propagandístico); y c) la estabilidad de las
remesas familiares, provenientes de los Estados Unidos.
Los préstamos del BID,
para el desarrollo de la Zona Costera, ascienden, junto a FOMILENIO, a trescientos sesenta y ocho millones de
dólares, cantidad, sin la cual, sería imposible el desarrollo de la costa, en
sus diferentes componentes públicos: puertos, aeropuertos, carreteras, puentes,
etc. Es necesario, además que esta zona sea productiva, para lo cual, es indispensable,
la inversión privada (nacional y extranjera) que, dentro de un clima estable, hará
posible la sostenibilidad del proyecto. En la actualidad, no existe en el país,
el clima conveniente para la inversión de este tipo.
El crecimiento
económico, también depende, en gran parte, de la recuperación inmobiliaria de
los Estados Unidos, en donde labora nuestra fuerza laboral mayoritariamente. Deberíase incrementarse al país, el aporte en remesas, por lo menos hasta llegar a
unos setecientos millones de dólares, en
el 2015; el cual es ahora de seiscientos veintisiete millones, lo que
implica que la emigración, deberá de crecer y, la productividad de los mismos,
debería crecer en el 2015.
Mientras la expectativa
económica, es de un crecimiento mínimo, apenas
suficiente para que el Estado pueda cubrir sus necesidades fiscales (bajo el
presupuesto de austeridad y responsabilidad fiscal) de hecho, sólo dos sectores
están sosteniendo nuestra economía: las exportaciones de metal-mecánica hacia
fuera del área centroamericana y, el sector servicio, que se ve dinamizado por
las remesas familiares (un 80% de las cuales. son para consumo). Todos los
demás sectores económicos, están deprimidos: de 786,070 empleos formales, se
han perdido 3,800 empleos en lo que va del año, sin que su recuperación se vea posible;
por el contrario, las nuevas reformas fiscales, pueden agudizar este problema.
Los depósitos a la
vista, han caído en un 0.7% y, los de plazo fijo, en un 0.6%, por lo cual se puede comprobar,
que existe una desaceleración en el sector productivo , pues el crédito de comercio, ha caído a un
5.6%, el de la industria es de 9.8% mientras que el de consumo es de 13.4%. Si
se da una Ley de Inversión sobre las remesas, éstas podrían disminuir
radicalmente, pues la naturaleza de las mismas, es para el consumo directo de
sus destinatarios y no, para que otros o
el Gobierno, dispongan a su albedrío de dichos fondos, tal como ha sucedido,
con los fondos de pensiones.
Sin embargo, no se han
tomado tampoco en cuenta, tres factores desestabilizadores: el primero, es la inseguridad por las extorciones, que causaran una merma en los
retornos esperados e incrementarán los costos de operación; segundo, por parte del Gobierno, el poco
transparente manejo de los fondos a invertir (ejemplos: el Chaparral,
Hospitales etc.); y tercero, el impacto que tendría la inversión de cuarenta
mil millones de dólares, en el Canal de Nicaragua, que vendría a cambiar la geopolítica
del área, pues su efecto será muy debastador, muy superior al del mero impacto
económico.
Son muchas las
variables a intervenir en el crecimiento económico del país; sin embargo,
debemos de concentrarnos en las que podemos controlar: la corrupción, la
inseguridad ciudadana y la estabilidad jurídica para el inversionista. Sólo así,
podrá existir un mejor panorama, para una posible y conveniente recuperación económica;
más, por ahora, no hay visos de que el Gobierno esté interesado en
solventarlos.
NOTA:
los datos económicos aquí presentados, fueron tomados de la presentación “La situación de la Economía y Perspectivas
de Crecimiento para el 2015”, de Rigoberto Monje, representando a la Asociación
Salvadoreña de Industriales (ASI). La interpretación de los datos, son
responsabilidad del autor del presente artículo.
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