Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 9 de noviembre de 2014.
Todo partido político
elabora, según su mayor conveniencia, su estrategia de campaña, siendo la
elección de candidatos, su aspecto
esencial. Sin embargo, con la reciente Sentencia de la Sala de lo Consitucional
permitiendo al voto cruzado, deja a los partidos políticos, en una realidad
electoral que no va de acuerdo con sus estrategias electorales iniciales,
limitando o nulificando su capacidad de maniobra política, salvo para las
campañas personales que pueden aún tener cierto grado de maniobra.
La estrategia del FMLN
es usar su favor, la disciplina de partido, por lo que ha puesto a toda su
cúpula en las planillas electorales. El voto cruzado puede permitir que,
votantes descontentos con la cúpula, migre hacia los candidatos de otros
partidos políticos, que representen siempre a la izquierda, porque han nacido
políticamente dentro del FMLN: CD, PES y PSD. Lo que perjudicaría el nivel de
votos duros del FMLN, pues el compartir el voto, debilita al partido
mayoritario.
Por otra parte, los
problemas internos de ARENA, atizados por otros partidos políticos pequeños,
podrían permitir a éstos, captar cierta cantidad no predecible de votos, como
rechazo a la reelección de la bancada anterior y migrar, sobre todo, hacia los nuevos
candidatos, no necesariamente hacia los jóvenes, sino sólo hacia quienes tienen
ya, una trayectoria política, aunque
ésta, no sea como Diputados.
Los partidos que han tenido mayor flexibilidad en la
elección de sus candidatos, son los pequeños: se han limitado a designar a
quienes han sido declarados “non gratos” en otros partidos políticos, pero que,
aún tienen influencia en ciertas fuerzas locales que les conservan su apoyo.
Sin embargo, el hecho de que el voto es uno, pero dividido entre las
“preferencias” conforme al número de
diputados que designa la circunscripción electoral correspondiente, tendrán
estos partidos pequeños, un alza en sus votantes, aunque no de manera
dramática, pues es el caso de que subsistirá la tendencia de votar, por quien
se cree tiene más posibilidades de salir electo, aunque compartiendo su voto, con el de su preferencia.
Esta nueva modalidad
electoral, perjudica a los Diputados que van hoy a la reelección, cualquiera
sea su partido político, por lo que, es probable
que, en las próximas semanas, la
Asamblea Legislativa legisle sobre el voto cruzado, procurando alguna nueva
forma de conteo, buscando anular, en lo posible, los efectos de la votación cruzada: una forma viable sería la
de contar los votos, sumando para un partido político, las preferencias hacia
el que obtuvo el mayor número de votos, aunque esto signifique probables nuevas
inconstitucionalidades, atribuyendo al candidato, “preferencias” que no ha
obtenido por la votación por rostro, y lo cual implicaría, una ficción
electoral, en la que habría una falsa delegación de voluntad.
El voto cruzado, en
nuestras elecciones, deslegitima el sistema ideológico y ataca directamente, a las
cúpulas partidarias, volviendo inútiles la estrategia de centrar el voto en un
sólo partido político. Además, la Sentencia en cuestión, atribuye al partido
político la única función de ser un mero
medio de inscripción ante el Tribunal Supremo Electoral, anulándole su valor
ideológico, ya que un ciudadano vota por
partidos antagónicos, estará votando, por soluciones ideológicamente opuestas,
sin conciencia ni conocimiento de ello. Y también, potenciará una triste
realidad: la compra indirecta de voluntades, mediante las regalías electorales:
bolsas con alimentos, láminas u el ofrecimiento de empleos directos con el
candidato, etc; Lo que será una deformación del sistema democrático, muy
peligroso para el país, pues su futuro dependerá de las idea o intenciones de
quien cuente con mayores recursos materiales ( pudieran ser: narcotráfico,
desvío de fondos gubernamentales o de cualquier otra forma ilícita de
financiamiento), se asegurará el tener una mayor cantidad de “voluntades en su
favor”.
La compra de
voluntades, ataca directamente el programa político que oferta el candidato
honesto, o si éste no promete lo incumplible, queda inmediatamente
descalificado como un candidato “idóneo”. Las consecuencias del voto cruzado
estarán por verse, y no podemos desentendernos de esta realidad, pues la Sala
ha sido muy clara: legisla la Asamblea Legislativa o implementa el voto cruzado
el Tribunal Supremo Electoral, o lo hace valer directamente el ciudadano, esto
último puede desembocar en una crisis de ingobernabilidad si los partidos
políticos no aceptan esta nueva forma de hacer política. Lo cual aumentaría los
niveles de corrupción del funcionario público.
El voto cruzado podría
ser el detonante para solicitar alguna forma de modificación de la
Constitución, en maneras no previstas por la Constitución, para adecuar todos
estos cambios de una forma permanente y lograr con ello otras reformas
estructurales, que serían vistas como “menores”, pero que las ha estado promulgando
la Izquierda.
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