Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN
ACCIÓN
http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 24 de
noviembre de 2014.
La deficiente educación
salvadoreña y, en los jóvenes, su apatía política, son resultado de un mismo fenómeno educativo:
cambio de los textos, nuevos planes de estudio y, por sobre todo, total falta
de visión pedagógica conveniente, en los métodos de la recta formación de los jóvenes. Estos cambios, han sido causantes
de la lenta transformación cultural del país,
en sus estructuras políticas y económicas, sin que se haya percatado la
Derecha, de tales cambios, que han sido propiciados para favorecer a la
Izquierda y la toma del poder por la vía electoral, ha sido la culminación de
dicho proceso.
A partir del año 1994,
se editaron nuevos textos oficiales para la educación
salvadoreña, potenciando los textos sobre Historia de El Salvador y minimizando
el contenido de las ciencias “duras” (matemáticas y químicas) y declarando
innecesarias las materias de cultura: gramática, literatura, moral y civismo. Para
tales cambios se argumentó, la necesidad de crear a un “hombre nuevo” luego de
los Acuerdos de Paz, que fuese productivo, razón por lo cual, cualquier asignatura
que no le sirviese directamente para el bienestar económico (ganar dinero
directamente con lo aprendido), convendría suprimirse y ser el empleador, según sus necesidades laborales, cuáles
deberían señalar los requerimientos académicos del estudiante.
Tales cambios se
basaron en los principios pedagógicos de Paulo Freire y Lev Semiónovich
Vygotsky. Freire dice, refiriéndose al objetivo de la educación: “La
pedagogía del oprimido, como pedagogía humanista y liberadora tendrá, pues, dos
momentos distintos aunque interrelacionados. El primero, en el cual los
oprimidos van desvelando el mundo de la opresión y se van comprometiendo, en la
praxis, con su transformación, y, el segundo, en que, una vez transformada la
realidad opresora, esta pedagogía deja de ser del oprimido y pasa a ser la
pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación”. Y Vygotsky,
un teórico de la psicología del desarrollo, fundador de la psicología
histórico-cultural y aunque sus métodos se refieren a las teorías del aprendizaje
del lenguaje, se derivaron, con posterioridad, a establecer como norma, que la
base del aprendizaje, son los pre-saberes del entorno y que en base a éstos, se
construye el conocimiento.
De estos dos teóricos,
Freire, de origen brasileño y, Vygotsky, de origen soviético, se han derivado
también, teorías políticas: sobre el “Saber” y el “Poder Popular”. Pero
volviendo a nuestros libros de historia. La Historia de El Salvador, comienza
con la explicación de las diferentes tendencias revolucionarias: la rusa y la
mexicana, para introducirnos a las luchas revolucionarias iniciadas por Martí,
Sandino y Pablevich (II Tomo), y con ilustraciones de la “indebida”
intervención norteamericana en Cuba y en el Canal de Panamá y el ensalzamiento
de Lenin y del Vitalismo de Alberto Masferrer.
Mientras que en el Tomo I, que habla de la Conquista y del Coloniaje, mostrando
la injusticia social y los intereses económicos de nuestros próceres para
declarar la independencia de Centroamérica, para justificar un “ser”
latinoamericano, oprimido por los conquistadores y hoy, la oligarquilla criolla.
Cuando un grupo de
profesoras, agrupadas en la asociación internacional Delta Kappa Gamma,
Capítulo Alfa, de El Salvador, se entrevistó con la Ministro de Educación, Cecilia
Gallardo de Cano, en 1994, para objetar sobre los libros de lectura, haciéndole
ver las consecuencias de estos textos, en la educación, y lo incorrecto de los
mismos, ésta contestó: “Son producto de convenios con México, y
fueron hechos por mexicanos, que están
de acuerdo con los principios de la UNESCO, y no se metan en lo que no les
importa, que no se va a cambiar nada”.
Las consecuencias hoy pueden ser probadas
científicamente.
La educación se volvió,
de hecho, un activismo político, que justifica la lucha del FMLN, pues, aunque
en sus textos, aparece la muerte de Monseñor Romero, y de los sacerdotes
jesuitas a manos de la oligarquía criolla, no se hace mención de ninguna de las
acciones militares del FMLN. A la larga, cuando un joven contrasta la realidad
política y la corrupción, con lo aprendido en la escuela, pueden pasar dos
cosas: siente simpatía con la Izquierda o, una total apatía hacia la política,
lo que explica el rompimiento histórico de antes y después de los Acuerdos de Paz.
Las escuelas privadas que pueden prescindir de estos textos, son apenas
ochocientos cincuenta, mientras que las escuelas públicas son poco más de cinco
mil. Y esto ha sido una de las razones
por las cuales Salvador Sánchez Cerén, trató en su primera gestión como
Ministro de Educación en el Gobierno de Mauricio Funes, suprimir los colegios
privados, mediante requisitos formales casi imposibles de realizar para la
mayoría de los mismos, viéndose obligados entonces a cerrar su funcionamiento,
por inviabilidad económica.
Estos cambios en la
educación, fueron pasados por alto durante los Gobiernos de ARENA, porque eran
condiciones para la obtención de préstamos para educación y congruentes, con la
ayuda internacional; sin embargo, el relevo generacional, hace resaltar el
cambio en la educación: tras veinte años, la formación de los nuevos maestros
ha sido bajo estos conceptos, mientras que los antiguos, van desapareciendo del
sistema educativo.
Nota: el autor publicó,
el 15 de enero de 2011, el artículo intitulado: “DEMOCRACIA: REQUIEM PARA LOS
CENTROS PRIVADOS DE EDUCACIÓN. Su derecho a la propiedad privada y al derecho
de igualdad”, y que puede ser consultado en la edición N° 11 de Publicación
Acción. Ese mismo día, le fue enviado dicho artículo, vía electrónica, a todos
los colegios privados del país. El artículo en cuestión, analiza los problemas
que enfrenta la educación privada y las consecuencias jurídicas del “Informe Preceptivo”
que pretendía, el Ministerio de Educación, emplear en su contra.
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