Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN
ACCIÓN
http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 8 de
julio de 2016.
El Presidente de la ANEP,
Luis Cardenal, formuló por primera vez, durante la presente semana, un análisis
doctrinario de las exigencias tributarias del Gobierno. Salvador Sánchez Cerén,
por su parte, anunció el funcionamiento formal de las Asambleas Populares y, el
Dr. Salvador Arias, planteó la necesidad de un incremento tributario del 25%,
cuestionó, el pago de la deuda externa y más aún, la repatriación de las
utilidades del capital aquí invertido. Estos tres planteamientos, obligan a un
debate claro sobre el modelo económico y político del país, sin el acostumbrado
encubrimiento y populismo y, revelan claramente que, siguen presentes las
razones de nuestro pasado conflicto armado.
Con claridad ha visto
la ANEP que, las discusiones sostenidas con el Gobierno no pueden ser de carácter técnico pues que,
por parte del Gobierno, tienen un trasfondo ideológico y de sistema político e
implican un doble discurso: uno, para la ANEP y otro, para su militancia y el
actuar gubernamental, así, no es posible un entendimiento.
Por otra parte, el
Gobierno sigue la lista de acciones
venezolanas, preparándose para crear presión
sobre los diferentes sectores nacionales que le nieguen su aval. El Gobierno,
poco a poco, se ha preparado con leyes ad hoc, sin ejecutarlas, evitando un shock
político, pero ha llegado el momento de imponerlas, presionando por medio e las
Asambleas Populares – creadas y organizadas por el uruguayo Marcos Rodríguez –
estas Asambleas se plantean como una estructura de la Democracia Participativa
ya admitida, de hecho, en nuestro sistema.
Con claridad, el Dr.
Salvador Arias, expresa la visión económica del FMLN: que se imponga un 25% de
impuesto, que los inversores extranjeros no puedan repatriar sus utilidades – va
dirigido especialmente a la banca y las grandes transnacionales como la
cementera en Metapán -. Esta visión económica es propia de un país con economía
dirigida y comunista. Si se implementasen estas ideas, en un mundo globalizado
y en crisis (como se ve en el horizonte) no sólo el país quebraría, quedaría estéril
a la libre inversión extranjera, salvo para las para-estatales chinas y rusas.
Los partidos políticos
ven con indiferencia estas disputas que afectan la gobernabilidad y su poder político
dentro de la Asamblea Legislativa. Se alejan también de las políticas
municipales, en las que es fácil apreciar la preferencia por las
municipalidades ganadas por el FMLN. Sin embargo, los partidos políticos se verán
obligados a entrar en esta dinámica,
pues serán arrastrados por la realidad nacional.
El claro debate es
bueno, pues permite ver con precisión, ajeno
al populismo, lo que en realidad se está discutiendo. Sin embargo, debemos
observar que lo único que nos diferencia de nuestro pasado conflicto armado,
además del cese al fuego, es el alcance geopolítico: antes era mundial, ahora
es meramente continental. Ya no somos de interés geoestratégico para los Estados
Unidos, salvo como región, al igual que para la Unión Europea. No tiene ya
Venezuela fuerza suficiente para ser de peso y por lo tanto, la solución del
conflicto depende exclusivamente, de la habilidad de sus fuerzas locales. Por
el momento, la superioridad la tiene el Gobierno, no sólo por su posición de
Gobierno, sino por lo centralizado de su dirección, frente a una oposición
fraccionada e incoherente en sus acciones. Si la oposición estuviese unida, su
superioridad seria absoluta.
Los señalamientos
contra José Luis Merino y contra la empresa AGM, están en el contexto de la paz
en Colombia: trátase de evitar que sus contactos, sigan latentes, para evitar que puedan aparecer nuevos grupos
que pretendan emplear a sus antiguos proveedores
y se malogren los esfuerzos por la paz.
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