Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN
ACCIÓN
http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 28 de
julio de 2016.
Al comprobar el
desastre de nuestra economía y, el actual giro político, nos preguntamos todos
¿Por qué hemos llegado a esto y, qué fuerzas lo impulsaron? Los efectos son
evidentes, pero las causas son, no sólo confusas, sino muy difíciles de
enfrentarlas, pues también, igualmente
confusos, son los intereses
nacionales, con una visión muy diferente en cada generación.
La persecución a
militares en situación de retiro, los cambios en el sistema electoral
tradicional, el inminente shock económico actual y, sobre todo, el cambio de
valores y de conceptos tradicionales en el Derecho, débense a las antiguas fuerzas en conflicto, aún
intactas desde la Guerra Fría y en búsqueda por el poder local, pero sin el
financiamiento de aquella época y, en una geopolítica mundial diferente. La
transformación del Derecho, en base a los principios de rebeldía e
independencia contra el Estado, que inspiraron el movimiento hippie, ha
invadido hoy, el mundo del Derecho. Y
los latinoamericanos somos los últimos, en sufrir los efectos de los
cambios sociales e ideológicos mundiales.
Mientras que, a mediados
del siglo XIX, aún sufríamos las luchas entre conservadores y liberales, ya en
Europa se iniciaba la siguiente lucha, entre liberales y anarco-comunistas. La
corriente del constitucionalismo social,
iniciado por la Constitución de Weimar en 1919, llega a El Salvador, hasta
1950. Del mismo modo hoy estamos,
viviendo el inicio de la corriente de la Justicia Transicional, iniciada como
tal, en las postrimerías de la caída de la Unión Soviética y, cuyos
planteamientos iniciales, se remontan a los Juicios de Núremberg y Tokio,
aunados con el relativismo de las luchas insurreccionales y, aceptado
mayoritariamente, después del discurso de Yasser Arafat en la ONU, en 1974. La
aceptación universal de estos principios, se dio formalmente por la ONU el 2002
y, en el Reglamento 1989/2006 del Parlamento Europeo y del Consejo del 20 de
diciembre de 2006, se establece la Justicia Transicional, como una de las
líneas a financiar, para su divulgación y aplicación.
Los grandes cambios
sociales, no son reacción espontánea del conglomerado: son de la intelectualidad
observadora de los fenómenos de la masa y, de los cuales, derivan sus teorías; quienes
los difunden, son los agentes políticos en su lucha por el poder y, la
conservación del mismo.
En nuestro caso, los
Magistrados Blanco y González, hicieron suyas estas teorías en las universidades
europeas; encarnaron en el Magistrado Meléndez, en los distintos foros
internacionales y, en la Corte Interamericana de Derechos Humanos. El
Magistrado Jaime, ha seguido fiel a los valores jurídicos tradicionales, que
soportan todo el quehacer judicial salvadoreño. Pueden ser pocos los
conocedores de esta Justicia Transicional, pero sus efectos se hacen sentir desde la Sala de lo Constitucional e, indirectamente, sus resoluciones influirán
en todo el Poder Judicial, pues la Sala, es la única entidad gubernamental, que
puede marcar la dirección constitucional del país, aún sobre las demás Salas y
Corte plena (Art. 183 Cn.).
Si quisiésemos señalar
a los responsables de la crisis provocada por estas nuevas ideas
político-jurídicas, no señalaríamos a los actuales Magistrados de la Sala de lo
Constitucional, sino a quienes, teniendo el poder, los eligieron o, más bien,
les dieron el poder constitucional, que hoy ejercen. La Derecha creyó que las
ideas de izquierda, de los nuevos Magistrados, eran intrascendentes, simples teorizaciones impracticables y que serían
contenidas, por la colegiación de la Sala y la Corte plena, careciendo de apoyo
político personal, por no tener una base
partidaria propia. Por otra parte, el FMLN creyó que sus ideas de izquierda,
les impulsaría a seguir sus directrices,
pero olvidaron que la doctrina ideológica, entra en conflicto muchas
veces, con las necesidades prácticas de la gobernabilidad y las exigencias de
la conservación del poder. Ambos grupos se equivocaron: sólo la UCA, estaba
consciente del papel que desempeñaría la Sala de lo Constitucional, lo que se
revela, en sus editoriales de aquella
época.
La influencia de la
Justicia Transicional, no sólo se limita al aspecto punitivo del pasado
conflicto armado, también a la
transición hacia la democracia efectiva aunque, en algunas ocasiones, sus
conceptos puedan confundirse con la Democracia Participativa, ya que dentro de
la misma, hay distintas corrientes y sub corrientes, según sean los casos
prácticos a tratar. Por ejemplo, las sentencias que han obligado a las reformas
electorales: voto por rostro, voto cruzado y las candidaturas independientes, que
son la aplicación de principios generales de la Justicia Transicional, que
muchas veces se confunden con aspiraciones legítimas, ante problemas de procedimientos
del sistema democrático, por lo que no las relacionamos directamente.
Sin embargo, hoy se
gestiona el procesamiento de militares, mañana será la destrucción de los
partidos políticos como los conocemos y, por último, irá contra el sistema económico, en perjuicio de todo el quehacer económico privado.
Vendrá luego toda una nueva ola de pensamiento que irá en sentido opuesto. Esa contra corriente ya la
estamos viendo en Europa y los Estados Unidos, donde los nacionalismos están
resurgiendo, la necesidad de cortar el asistencialismo en favor de los no
nacionales, se impone para salvar las economías de los Estados y también en donde
se están suprimiendo las libertades individuales para protegerse del
terrorismo. El ascenso impensable de Donald Trump, el resquebrajamiento de la
UE por el Brexit, y es la razón de que el Vaticano entre en conflicto diplomático con
España, porque el muy católico Don Fernández Díaz, sea designado como embajador ante la Santa
Sede, pues este político, se ha manifestado
en favor de la necesidad de la existencia de la valla anti-inmigrante en Ceuta
y Melilla, hechos que son producto de la
nueva realidad mundial: terrorismo e inmigraciones globales que amenazan al
mundo occidental.
La lucha interna de
ARENA, que tanto la ha debilitado, es consecuencia directa de las exigencias de
democratización que se han impuesto desde la Asamblea Legislativa, pues la
naturaleza de nuestros partidos es caudillista, obedeciendo al más fuerte. Pero al querer cumplir de manera
formal, con la aplicación de los principios de democratización, se genera una
sinergia que terminará con la vida del
partido, porque genera una apertura forzada, que choca con los intereses de los
funcionarios públicos electos que, forzosamente, tendrán que ser nuevamente
candidatos y, en la medida que sus fuerzas puedan manipular las votaciones
internas, se aseguran una menor competencia futura y aumentan las posibilidades
de ser electos.
Situación que no es
exclusiva para ARENA sino para todos los
partidos, inclusive, el FMLN, que de hecho, es el que más peligra por la
aplicación de los principios de la
Justicia Transicional: su nacimiento fue por un decreto especial, que le
reconoció como partido político, lo cual equivale a la amnistía institucional
y como lo afirma la Justicia Transicional, en referencia al tema de la amnistía,
“se ha legitimado” la insurgencia del
FMLN, mediante el estatus privilegiado, que se le ha concedido a cambio de la
deposición de sus armas. Esto equivale a haberle aplicado una “Amnistía amplia, general e incondicional”, lo cual es, por sí misma una injusticia del
mismo conflicto armado. Pues, si sus miembros fueron amnistiados por la
aplicación de la Ley de Amnistía, el FMLN se legitimó, como entidad de poder
político- militar, pese a la oposición del Fiscal General de la República,
cuyas objeciones, dormidas por veinticinco años, cobrarán vida para reclamar la
necesidad de una verdadera transición hacia la democracia, ya no de manera
formal, sino de fondo.
Las actuales necesidades
económicas del Gobierno y su planteamiento sobre la violencia de hoy, atribuyense a la falta del reformas
estructurales, no establecidas en los Acuerdos de Paz de 1992, que darán como resultado, un cambio lento pero
inexorable, afectando la actividad privada: aumento de impuestos estatales y
municipales, contracción de la actividad económica, gravamen y restricción en
las remesas, hasta una posible desdolarización y restricción selectiva del uso
de divisas. Basta con escuchar el programa “ 5 minutos con Schafik” del
Instituto Schafik Hándal, para darse cuenta de que la justificación para dichos
cambios, ya comenzó: son estos programas radiales, los que cambian la
conciencia popular y, en definitiva, terminan encareciendo la campaña electoral,
pues no se revierten sus conceptos de forma directa, ya que la campaña, va enfocada en el
candidato y no, en la idea, por lo que
las encuestas nos son negativas hoy, aún con el desgaste político del FMLN,
debido a su mal Gobierno.
Veámoslo de manera
práctica: el FMLN ha bajado en su intención de voto, pero ha bajado más la
derecha porque no hay día en que el Gobierno, no responsabilice a la oposición,
de sus desaciertos y, aún en medio del
desastre seguirán estando arriba en las encuestas.
Por estas razones,
todos los sectores serán afectados y sólo puede esperarse a que la nueva ola de
pensamiento se imponga y vuelva las cosas a su posición original, sin embargo, ya habría posiblemente, un daño
irreparable a la sociedad salvadoreña, por lo que sólo podemos esperar a
retrasar los efectos de la presente corriente, lo suficiente para evitar una
destrucción total de nuestro sistema y esperando que la nueva corriente corrija
naturalmente, los desaciertos que hoy estamos viviendo. Esto es como hacer un
llamado al toque de retreta, para que las distintas fuerzas conservadoras de
este país, se unan y presenten cara en retirada, para contener los efectos de
estas teorías modernas y esperar a que los nuevos cambios mundiales, se
manifiesten con mayor fuerza y los podamos aprovechar, en revertir todo aquello
que nos afectará en un futuro inmediato.
Esta maniobra es
necesaria si se quiere preservar nuestro sistema de vida en el cual hemos
crecido y desarrollado. Y deseamos legar un país en el cual las futuras
generaciones, puedan prosperar con
valores cristianos, democráticos y de libre empresa.
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