¿Y CÓMO HEMOS LLEGADO A
ESTO?
Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN
ACCIÓN
http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 1 de
enero del 2016.
El Kuomintang, en la
República de China se hizo en 1949 esta pregunta ¿Cómo hemos llegado a esto…? Esto era la República
de China reducida a la isla de Formosa y, la República Popular de China,
consolidada en todo el espacio continental. Tal era lo incomprensible para los
militares Chinos, que entonces, estudiaron su derrota: concluyeron que su
derrota, había sido por causa del desconocimiento del enemigo; este saber,
originó la nueva estrategia de supervivencia para la República de China la que,
después de cincuenta y cuatro años, aún subsiste y es una nación próspera y
democrática. Podríamos preguntarnos
también nosotros lo mismo, y nuestra respuesta sería igual, y a lo cual debemos
agregar: se creyó que el cese de las hostilidades, significaba el fin del conflicto
en El Salvador. Ahora, hoy ha cambiado la persecución: de la continuación de un
conflicto, a una próspera industria mundial, en la que cada militar
latinoamericano, sin importar su graduación y participación en el conflicto,
durante la Guerra Fría, es una pequeña parte del filón a explotar y su
extracción, es sólo cuestión de tiempo.
Hoy quiérese aplicar al pasado conflicto, la Justicia
Transicional, lo que significaría aplicar los conceptos modernos a situaciones
pasadas, que eran impensables de
considerar y, mucho menos valorar, a la luz de las operaciones militares del
momento. La Justicia Transicional busca la reparación a las víctimas - hoy
consideradas como tales - cuando en aquella época, fueron de calificadas de terroristas, por realizar actos
ilícitos contra el Estado legítimamente constituido. Tales consideraciones a la
luz del Derecho tradicional, resultan absurdas; así como en su momento, el
Derecho Penal Soviético era considerado, pues su postulado central era: primero
realice el acto, según su saber y entender, luego, verá el Estado, a su conveniencia de
los efectos del Acto, si es delito o no y en consecuencia se determinará la
pena ejemplarizante. No obstante, una
muy larga y detallada labor, ha ido cambiando la percepción jurídica de las
nuevas generaciones, hasta considerar que, tales principios sí, son justos y
apegados a los principios universales del Derecho.
Por otra parte, la
remoción de las estructuras de poder estatal, de las antiguas jefaturas
militares, dio a sus integrantes, una sensación de tranquilidad, pues nunca consideraron los efectos de la
Justicia Transicional y al darse algunos esbozos, de esta nueva tendencia,
decidieron mantener un perfil bajo, confiando en que todo se desvanecería con
el tiempo. No fue así sin embargo, y contribuyeron a ello, las dificultades
surgidas entre las diferentes promociones de oficiales, acrecentadas durante el
conflicto; además, subsistieron viejos
resentimientos entre el estamento militar y el civil, por incidentes personales
y políticos suscitados durante los años del 60´s, hasta los Acuerdos de Paz;
año este, en el cual el estamento militar, dejó de constituir un poder semiautónomo,
dentro del Estado.
Ninguna consideración
merece hoy, el esfuerzo realizado durante el conflicto armado, por las altas
jefaturas de la Fuerza Armada y los distintos jefes de las unidades militares,
para mantener, un muy difícil equilibrio, entre la eficiencia de las
operaciones militares, y los límites impuestos por los Estados Unidos, para el
ejercicio de las mismas, y el respeto a
los Protocolos de Ginebra y la política interna de El Salvador.
A la luz de las
consideraciones jurídicas modernas, los heroicos actos de los militares en defensa de la
patria, fueron ilícitos, mientras fue lícita la de los terroristas. Esta nueva
lógica se desprende de los conceptos que se tienen sobre los actos realizados
por el General Vides Casanova, el General García y el Coronel Montano, en las
diferentes Cortes de los Estados Unidos, y de las primeras consideraciones del
Auto del Juez Velazco Núñez y de la Demanda de Inconstitucionalidad presentada
ante la Sala de lo Constitucional, por Félix Ulloa, María Silvia Guillén y
otros. Resulta que, si se logra deducir responsabilidades directas contra los
autores intelectuales, se deducirán luego, contra los autores materiales: los
hoy Generales, Coroneles y Mayores en situación de retiro, pues fueron como
Sub-Tenientes, Tenientes y Capitanes, los ejecutores materiales de las órdenes
del Alto Mando y de las jefaturas de las diferentes unidades militares.
Veamos este ejemplo
para ilustrar mejor el concepto: ningún Maquis (Resistencia Francesa durante la
ocupación) fue condenado por excesos y tortura de los soldados alemanes
capturados en la campiña francesa, pero los soldados alemanes capturados en
Francia, sí fueron obligados a trabajos forzados, en la remoción de escombros y
construcción de viviendas, como retribución personal sobre sus actos en guerra.
Todo se limita a la consideración de si los actos realizados en guerra, fueron
lícitos; licitud determinada por la causa que los generó: ¿Fue de legítima
defensa o defensa de intereses de clase?
Sobre este punto, la izquierda ha trabajado mucho en los últimos treinta y seis
años, luego del Golpe de Estado del 15 de octubre de 1979. Por el contrario, la derecha en general, ha considerado que por
no generar réditos electorales, estas consideraciones carecen de importancia y que, los conceptos jurídicos judiciales son
en el tiempo, invariables.
Los dos partidos que
sostuvieron una confrontación política
con el FMLN durante el conflicto armado, fueron la Democracia Cristiana y
ARENA, pero después de los Acuerdos de Paz, el uno sin la ayuda norteamericana,
se desinfló y el otro, se dedicó a explotar los beneficios del poder, pero sin
interesarse en destruir a su enemigo ideológico y político, el FMLN. Este
continuó bajo una organización militar, perseverando sobre sus objetivos y
explotando los desaciertos de ARENA. En algún momento, la Derecha consideró que
el campo sería el nuevo asentamiento político del FMLN, “para que murieran de hambre, pues no
sería capaz de hacerlo productivo”, pero sí, se conservarían las zonas
industrializadas. Gran error: ARENA perdió el campo, su primigenio bastión
político, y no consolidó las zonas industrializadas, al grado que desde finales del Gobierno de
Armando Calderón Sol, la superioridad legislativa de ARENA, se mantuvo solo
gracias a alianzas, una superioridad que se rompió el 2009.
A partir del 2009, el FMLN,
deja sus objetivos revolucionarios y explota el poder obtenido; excluye a
muchos de izquierda y se convierte en una estructura económica, con el
financiamiento de ALBA, pero los objetivos de destrucción de la antigua Fuerza
Armada, ya iniciada desde los Acuerdos de Paz - cambiando la doctrina de la
Fuerza Armada - se acentúan. La
persecución a antiguas jefaturas, pasa hoy a un segundo o tercer plano, pues
políticamente para el FMLN ya no es relevante esta persecución: tiene su vida
propia dentro de diferentes organismos internacionales de Derechos Humanos. El colapso
del IPSFA ya no ha sido relevante en la política y ha sido tratado como una
entidad previsional más, como el Seguro Social o el INPEP. Moralmente sin
embargo, el desaparecimiento inminente de la institución, significa en el país,
la destrucción de una era en la que la Fuerza Armada fue importante para la
institucionalidad del país.
El principal problema
latinoamericano, para enfrentar a la Justicia Transicional, es que cada país,
ha considerado el conflicto aisladamente, no en su dimensión continental. El
militar argentino considera que su conflicto nada tiene que ver con el
colombiano o el salvadoreño. El salvadoreño, cree que el juicio contra el
General Ríos Montt, no le afectará o que las acciones de los militares
chilenos, no son comparables con las nuestras. Pero las diferencias no son
estratégicas, sino estrictamente operacionales,
obedecían a la forma en que se enfrentaban las amenazas, pero todas
estaban en relación con las causas y la estrategia global de la URRS y de los
Estados Unidos.
Si bien es muy poco
probable que se pueda dar una nueva
alianza militar latinoamericana, sí es posible detener, de cierta manera, la
persecución contra los militares salvadoreños; ellos serán los primeros, luego seguirán Cristiani y Francisco
Merino, este último por haber sido - según fuentes españolas - quien envió un fax a Ignacio Ellacuría, para
que viniera “a mediar entre las partes”, por lo que puede afirmarse que fue él, quien “le condujo
a la trampa”. Almudera Bernabéu, ha sido clara: “no se ha incluido a Cristiani,
por ahora”, por lo que es de esperar que, luego del proceso contra los
militares salvadoreños, se deduzca responsabilidades contra los políticos.
La segmentación de la
Derecha, y la explotación de las diferentes debilidades de los distintos actores
de la vida política nacional, han sido la clave para el triunfo de la
Izquierda. El creer que si se corre más,
se estará a salvo, porque el león devorará al más lento, es un error: el león
devora una a una a sus presas y sólo la acción común, puede salvar a
colectividad. El peligro sólo se superará si se logra un equilibrio en las
fuerzas del pasado conflicto armado,
llegando al convencimiento de que por las acusaciones judiciales mutuas,
puede darse una destrucción común.
Los procesos por
crímenes de guerra contra la Comandancia del FMLN, deben ser abiertos y debidamente judicializados:
los libros por ellos escritos, son pruebas de confesión de crímenes de lesa
humanidad y violaciones a las prácticas de guerra. El nuevo campo de lucha
tiene que ser en las Cortes norteamericanas y en los foros de Derechos Humanos
europeos. Los efectos se sienten hoy aquí, son generados fuera. Tiene que
presentarse una tercería, por perjudicado, en el proceso de Inconstitucionalidad
contra la Ley de Amnistía, para dejar
plasmado en el proceso, la otra cara de la moneda, aunque no modifique el
borrador ya proyectado, y se tiene que explicar jurídica y políticamente, en
foros públicos, la razón de todas las acciones militares de la época.
No hay comentarios:
Publicar un comentario