Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
San Salvador, 9 de
octubre de 2013.
Por casualidad he leído el artículo intitulado “Nos quieren
ver la cara”. Al referirme a su texto que, pretende ser una resumida exposición
de la historia salvadoreña, desde el siglo XIX hasta el presente, es decir,
algo así como visión panorámica de nuestra vida nacional en dicho lapso, no me
sorprende porque se trata de su autor el señor Joaquín Villalobos quien, con
tono de gran autoridad y saber, expresa y formula juicios sin conocimiento verídicamente
histórico de los hechos, de sus causas y sus consecuencias.
Porque es muy fácil decir
“se produjo la expropiación de tierras que dio origen a la oligarquía; “se impusieron con fraudes electorales”; “se
legislo contra inmigrantes indeseables para proteger a la oligarquía”; “la
concentración de la riqueza impide el desarrollo” y etc. Continuar citando
dichos juicios y calificaciones erróneas lo creo innecesario al objeto de mi
comentario.
No se puede, más bien,
sí se puede pero no se debe hacer afirmaciones tan generalizadas cuando el
juicio sólo es resultado de una elucubración que sólo la alimenta el
resentimiento, la frustración y el odio
de quien ha visto sus metas políticas derrumbas por la realidad.
Nuestra historia, como
reza nuestro himno nacional, es dolorosa y sangrienta, pero excelsa y brillante
a la vez y, es obligación patriótica estudiarla y aprenderla sin pasión ni
juicios baladíes, con la finalidad de exaltar la posición política de quien le
paga.
Este artículo “Nos
quieren ver la cara” acusa, precisamente,
la frustración ¿qué quiere decir – señor Villalobos – los “ricos no se
deben orgullecer de su pasado de pobreza sino por ser hijos de papá”? y este
otro “el país tiene un capitalismo primitivo de apellidos que mata la
creatividad e impide el progreso”. Son juicios oscuros de entender para sus
lectores, que le dicta, posiblemente su propia frustración por el resultado de
la lucha guerrillera de la que fue uno de sus jefes, que dirigió muy
convenientemente y a salvo desde Managua y la Habana, mientras que sus
subalternos cumplieron las órdenes que él recibía de cubanos, nicaragüenses y
rusos. Además, pretende desvanecer la culpa de sus asesinatos mediante el
señalamiento de la represión de la subversión que ayudo a crear.
En cuanto al señor Saca
actual candidato a la presidencia, y me refiero sólo a este hecho, porque es
como se suele decir, “de palpitante actualidad” y de relación directa con el
autor del artículo que comento, podrá tener este ex presidente sus finiquitos
pero es “vox populi” que se apropio “legalmente” de algunos millones de la
partida secreta. No tenemos juicio de probidad (de hecho, aunque sí de nombre) y
por eso tanto puede absolvérsele como condenársele en la opinión pública,
porque esta fuera del alcance del ciudadano común probar tales hechos ante el
encubrimiento desde el poder del Estado o del poder político . Y a propósito de
esta candidatura del señor Saca, le digo
que el dinero es en cierta forma, menos importante que el peligro que representa
su posible segunda presidencia. El texto de la Constitución no le prohíbe ser
por segunda vez presidente pero, el espíritu de la misma es que no haya
repetición de gobernante: es muy peligroso. Así lo hicieron, para perpetuarse en el poder, Hugo Chávez, Evo
Morales, Salvador Correa y Daniel Ortega. En el segundo período, les es fácil proponer que se reforme la
Constitución y como están en el poder, todo lo pueden legalizar por inmoral que
sea y ya tendríamos otro dictador “legal”.
Igual peligro
representa creer lo que dice el señor Villalobos, pues si queremos ver el
origen de toda propiedad inmueble, ya no
se puede comprobar su adquisición ni el esfuerzo de quienes la titularon y abre
el espacio para su cuestionamiento y su expropiación, pues el criterio
expresado por el señor Villalobos, no es nuevo, ya la uso Hugo Chávez, como pretexto para la expropiación y
devolverla “al pueblo”.
Refutar punto por punto
su artículo sería muy largo. Me refiero pues a un punto más. Por lo general los
emigrantes salvadoreños en los Estados Unidos logran medios de vida aceptables
pero con gran esfuerzo e inteligencia: las condiciones sociales son en dicho
país, muy diferentes y la educación también y sería largo de explicárselo con
verdadero conocimiento y con la paciencia de un docente universitario y no como
el señor Villalobos lo hace con nuestra historia, cometiendo errores que
pudieran ser muy peligrosos para la educación popular y no abonan la paz y
armonía de nuestra querida nación, a no ser que su intención, muy velada tal
vez sea provocar condiciones para nueva insurrección.
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