Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
San Salvador, 22 de
octubre de 2013.
El capítulo VII del Plan Nacional de Desarrollo 2007 – 2013,
titulado “La Nueva Geopolítica Internacional”, marca un distanciamiento de
Venezuela, de sus políticas
internacionales, planificadas desde 1958. En este giro de su política exterior,
Venezuela basada en el concepto de la
multipolaridad, busca una consolidación de su posición internacional, en base a
la ideologización de los gobiernos afines a su posición política.
Al trasladarse fuera de las fronteras venezolanas, el
Socialismo del Silo XXI, proclamado por Hugo Chávez, pretende crear un bloque
ideológico Latinoamericano afín, y, por
sobre las conveniencias comerciales tradicionales, con el claro propósito de
enfrentar a las tradicionales áreas de influencia de los Estados Unidos en
América Latina, con fines ideológicos radicales de izquierda. Por otra parte,
Venezuela ancla su posición internacional, con China, Irán, Rusia, Bielorrusia,
India, Vietnam y, otros países que le permitan relaciones comerciales y
diplomáticas favorables para sí, y
contrarias, a los intereses norteamericanos.
Por otra parte, también ha creado un desbalance militar
frente a Colombia y prepara a su milicia para un conflicto interno contra el
imperialismo. Y procura extender su
influencia sobre Suramérica,
pretendiendo liderar el MERCOSUR, ALCA, y UNASUR. Petrosur, Petrocaribe,
Petroandina, Banco del Sur y Telesur son expresiones de su poder petrolero, en
detrimento de los intereses de sus connacionales y una forma de dar a conocer
sus pretensiones geopolíticas.
En cuanto a Centroamérica, han tenido una férrea resistencia
sus planes de penetración, exceptuando a Nicaragua, especialmente en Honduras y
Guatemala y, por esta razón, es de suma
importancia para Venezuela favorecer el triunfo electoral del FMLN, pues es su aliado de tradición revolucionaria
y sometido a los intereses venezolanos, además de ser de absoluta confianza de
los hermanos Castro, lo que asegura su línea anti imperialista.
La construcción del Canal de Nicaragua, como una alternativa
al de Panamá, está enfrentando graves obstáculos, por parte de Costa Rica (ya
hay en curso varias demandas ante instancias internacionales) y, es necesario que El Salvador, se sume a la
posición Nicaragüense y que, en su momento, sea inviable un canal seco entre
Honduras y El Salvador.
Por otra parte, la visión del migrante salvadoreño, en
general, es favorable al FMLN. Favor que
permitiría una posible plataforma de activismo ideológico en el
extranjero, en favor de la visión venezolana, de un bloque “Latinoamericano de
Poder”, frente a la opinión pública.
La penetración de las empresas ALBA en El Salvador, terminara
infiltrándose a Honduras y Guatemala, debido a
la fuerte relación comercial con El Salvador, y por eso, una de las estrategias de las
empresas ALBA, es establecer operaciones en todos los estamentos de la vida
económica de El Salvador, por pequeño
que sea pues, ésta le permitirá a la larga, tener una plena integración
vertical y horizontal que desplace, o
por lo menos, que ejerza suficiente control sobre las empresas locales, creando
así un campo estéril para nuevas inversiones extranjera de capitales extraños
al ALBA. Esta estrategia económica, permitiría penetrar políticamente a
Guatemala y Honduras.
Además, las políticas de presión hacia el sector privado, han
hecho en Venezuela decaer la producción de alimentos, por lo cual necesita que se los proporciones sus países satélites. El Salvador ya le esta proveyendo a Venezuela
de café y dentro de muy poco tiempo, le dará azúcar y granos básicos, a costa,
estos últimos de que falten en El Salvador. Está haciendo lo mismo Nicaragua y Cuba, aunque todavía no lo hacen significativamente
el resto de los países del Caribe que están dentro del ALBA.
Esta estrategia Venezolana, muy hábil y efectiva rompe el
principio de la no intervención en la libre determinación de los pueblos, pues pretende consolidar con estrategia
política, un bloque ideológico y no, económico igualitario para sus integrantes,
con sus allegados políticos y, por esas
razones, el triunfo del FMLN en la próximas elecciones
presidenciales, es punto de honor para Venezuela, que podrá afirmar con el FMLN su influencia y
tener una mejor plataforma política para el área centroamericana.
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