Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
San Salvador, 7 de
octubre de 2013.
Una campaña electoral,
sin la debida contraloría de su financiamiento, permite la utilización de
fondos muy cuestionables por su origen; pudieran provenir de fuentes muy
interesadas en nuestra soberanía, pretendiendo ejercer por su aporte financiero,
injerencia en la vida política de nuestro país; y, en vista de tal posible
peligro, es muy conveniente y parara garantía de la legitimidad de los fondos,
saber con certeza, el origen de las fuerzas económicas que dan apoyo a cada uno
de los principales partidos en contienda.
Los partidos políticos,
cuentan con un financiamiento común a todos ellos: el que aporta el Estado a
cada uno, según la mayor o menor votación obtenida por cada contrincante y que,
en la presente contienda, parece determinarse en cinco dólares por cada voto.
Se cuenta también con los fondos particulares que de la Asamblea Legislativa se
desvían hacia los partidos políticos y, que no se invierten en necesidades
propiamente legislativas (asesorías y otros gastos pertinentes) sino en
calidades que los partidos procuran ocultar; sin embargo, este manejo es de
común conocimiento y se le denuncia por la disparidad de asignaciones que varía
acorde con el interés ejecutivo en determinada facción legislativa.
Fuera de esas dos
relaciones económicas comunes, se abre una disparidad con respecto al
financiamiento de los partidos políticos. El FMLN es el que dispone de más
dinero pues, tiene el que recibe del 10% que aportan por disciplina partidaria,
todos los miembros que devengan un salario del Estado; este aporte, no es en
realidad, el más importante, más bien tiene por objeto, mantener la disciplina
interna del partido. El verdadero financiamiento de su campaña lo aportan las
empresas ALBA. Estas empresas, hasta abril del presente año no habían presentado
sus balances al Registro de Comercio y, por este motivo, algunos economistas,
para calcular las reservas líquidas de dichas empresas utilizaron información
cruzada pública del Banco Central de Reserva y estimaron que podrían llegar
hasta dos mil millones de dólares ($ 2, 000,000.00), aunque otros economistas,
allegados a la información del FMLN, aseguran que las ALBA sólo cuentan con un
mil doscientos millones de dólares ($1,200,000.00). Esta cuantiosa cantidad
proviene de las actividades de las empresas ALBA que les deja, en concepto de “crédito”
el 40% de nuestra factura petrolera y además, los sobreprecios encubiertos que
le permite Venezuela y se escapa a una fácil detección; estas operaciones que
sólo son conocidas por las investigaciones periodísticas editadas en el
extranjero y que nos vienen por corresponsalía. Se puede afirmar, en
conclusión, que el financiamiento del FMLN es resultado del interés político
que el Gobierno venezolano tiene en este país. Para finalizar este punto, hay
que hacer notar que la correlación de fuerzas legislativas pueden hacer que el
país, ya forme parte de Petrocaribe, pero no se hace, porque tal acción
implicaría que los fondos de ALBA sean sometidos a la auditoría de la Corte de
Cuentas de la República y a un escrutinio por parte de la Comisión de Hacienda
de la Asamblea Legislativa.
El financiamiento de
ARENA lo aportan sólo unos sectores de la empresa privada; son quienes por
ahora, tienen capacidad para aportar fondos para una campaña electoral, no son
muchos, debido a la crisis económica del país. Algunos entendidos en esta
materia del financiamiento de los partidos políticos y contrarios a ARENA,
afirman que el patrimonio empresarial de los que apoyan a ARENA y que,
comparado con el capital de ALBA, el financiamiento venezolano es
insignificante. Sin pretender realizar un recuento de las fortunas y de las
instituciones económicas que apoyan a ARENA, sí podemos traer la observación de
que hay diferencia muy grande y muy importante en la naturaleza y propósito de
la inversión de los cuantiosos fondos; así, los de ALBA, son créditos de Venezuela
que persiguen un fin político: Sánchez Cerén ha afirmado que si él triunfa
ingresaremos a Petrocaribe; no dice que también toda la deuda privada de las
empresas ALBA serán deuda del Estado para con Venezuela, es decir, deuda
pública. No sucede tal peligro, con lo que aporta el empresario salvadoreño
apoyando a ARENA. Su patrimonio, está al servicio de sus propias empresas, lo
da después de haber pagado sus impuestos y, de sus utilidades, aporta al
financiamiento al partido de su preferencia, por lo que es un apoyo personal y
no de empresa, y que están perfectamente
auditados y comprobables en el Ministerio de Hacienda, al grado tal, que fue “vox populi”, que Mauricio Funes, solicito a muchos
empresarios que no realizasen aportes partidarios, para que sus empresas no tuviesen “contratiempos”
en sus operaciones o tramites con el Gobierno.
Por otra parte, las
empresas ALBA, no necesitan dar dinero al FMLN de manera directa. El método,
muy eficaz e ingenioso es realizar una campaña paralela con “inversión social” y, aprovechando dichos actos
realizados, identificarse con el FMLN; esto implica una ausencia de control
fiscal en sus inversiones políticas. Pues muy, más obscuras son las fuentes
financieras del candidato Tony Saca, ex Presidente de la República. Se le
atribuye “vox populi” quinientos once millones de patrimonio personal, al
retirarse como Presidente, pero suspendió los pagos a algunos periodistas en
los últimos días de julio del presente año y, en el confidencial del Diario El
Mundo, se insinuó que había realizado un viaje a Brasil en donde le habían dado
cuarenta millones de dólares para gastos de su campaña. La lógica de dicho
financiamiento nos obliga a hacernos varias preguntas: ¿y ese capital brasileño
tiene acaso, pretensiones económicas en nuestro país? ¿Es que Brasil ha lavado
dinero procedente de El Salvador o de Venezuela? ¿Sería capital árabe con
intereses políticos? Sea cual sea el origen o el propósito, todo hace elucubrar
que hay fuerzas que tienen poder para financiar la candidatura del ex
Presidente Saca y que, sólo él y sus íntimos allegados conocen; más, si vemos
que el capital palestino nacional le apoya, no nos sería extraño que, un
capital del mismo origen, en el Brasil, apoye desde el extranjero, con fines
políticos del cercano oriente.
Existe una tendencia
dentro de los políticos del FMLN y de los que apoyan a UNIDAD, de
querer demostrar que ARENA está dirigido exclusivamente, por el gran capital,
pero lo que en realidad, están atacando de hecho, es a la empresa privada, deslegitimando
las tendencias políticas de los empresarios, con el fin de que éstos, guarden
distancia con la política; y así, de esta manera el poder político de las
empresas ALBA se magnifique, en detrimento de la función social de toda
iniciativa de la empresa privada.
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