Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
San Salvador, 3 de
octubre de 2013.
Los sindicatos, desde
la década de los años 60, han sido fuente que nutre la insurgencia y, durante
el conflicto armado, fueron su fuente de fachada. Hoy, sus huelgas, consecuencia
de un presupuesto mal elaborado, tienen justa razón en la pugna del poder
dentro de la izquierda: la cúpula del FMLN contra los grupos radicales, aliados
hoy por estrategia, con el Presidente Mauricio Funes. El propósito de alentar
estos movimientos sindicales, es que los sindicalistas se acuerpen en un
ejercicio político y en razón de una solidaridad no ideológica pero que
fortalezca al grupo y lo independice de la cúpula partidaria del FMLN.
Esta estrategia es consecuencia
de la evidente falta de aceptación de la candidatura del ex Presidente Tony
Saca, por lo que, su alianza, con Mauricio Funes s cimentada durante el presente
Gobierno, va perdiendo relevancia, frente al futuro; hecho que obliga a Funes, a aliarse con las
facciones descontentas de la actual cúpula del FMLN. Este cambio de Funes, fue
evidente cuando se insinuó que Félix Ullóa aspiraba a la vice - Presidencia
por UNIDAD, candidatura que no convendría a los intereses futuros de Tony Saca.
La posición de militantes de GANA en contra de Tony Saca, son un indicador de que ya no lo consideran
una opción ganadora y por lo tanto las estadísticas expresadas en las encuestas
lo confirman.
Esta pugna de poder de
la izquierda ha sido manifiesta todo lo largo del Gobierno de Funes, por reclamo de las ofertas de su campaña. El
Presidente cedió siempre a la presión de estos grupos, pero no incluyó sus
derechos laborales en el Presupuesto General de la Nación. Lo curioso e
incomprensible de la situación es que al amenazar una huelga general:
ministerios, hospitales y PNC por causa de dicha omisión, las entidades todas
del Gobierno cedieron pero descargando la responsabilidad de corregir el error
en la Asamblea legislativa lo cual significa que el Ejecutivo evade dicha
responsabilidad. La solución será entonces responsabilidad ineludible del FMLN
y de los partidos de coalición. La participación de la derecha, no es necesaria
debido a la correlación de fuerzas legislativas.
La Derecha ha visto en
estos sucesos oportunidad de captar votos y beneplácito político, si apoya
estas demandas sindicales, aún a costa de la reducción presupuestaria de la
Corte Suprema de Justicia, tal como lo “sugirió” públicamente, Mauricio Funes.
Sin embargo, aunque la Derecha apoye esta iniciativa, no será para captar el
voto o simpatía alguna para su candidato y mucho menos, crear una división
dentro del FMLN, que está ya existe por su dinámica propia. ARENA estaría
aprobando una gestión, que sería
insostenible para el 2014 y los años subsiguientes, si no hubiese una
modificación fiscal hacia la alza, que
contraería aún más la economía nacional, agudizando el problema económico que
ya existente.
Puede ser que las
demandas laborales de los sindicatos, por el cumplimiento de una ley en su
favor, no se puedan sostener en la posibilidades futuras, sin embargo, sí son
legales y por ahora hay que cumplirlas. La posición que no comprometería a la
Derecha es la de proponer un recorte al presupuesto de la Asamblea Legislativa
y también al de Casa Presidencial, pero es evidente que para esta medida no hay
voluntad política. Se propone en cambio, disminuir el presupuesto del órgano
Judicial, sin considerar que habrá un caos mayor en el país y, tal situación, nos
sugiere la pregunta ¿si este caos no será lo que Funes pretende? No podemos
saberlo. Veamos algunos antecedentes en el Ministerio de Salud, como ejemplo de todo lo que ha pasado en el
Ejecutivo desde la toma del poder por Funes: un aumento presupuestario del 40%
y, un 50% de aumento de personal y, para el equilibrio de esta relación, se ha
destinado a salarios dinero que era para medicinas y otros implementos médicos.
Las personas contratadas tienes más relación partidaria tal como lo afirma la “vox
populi”.
Algunos ciudadanos pueden
temer que las acciones sindicalistas sean causa de un estado de ingobernabilidad, el cual perjudique el desempeño de la actividad
privada y, sobre todo el normar desarrollo de las elecciones. Se sabe que la
izquierda, va en descenso frente al candidato de Derecha y que, UNIDAD, no sobrepasa un 12% y aún sigue descendiendo,
todo esto según la tendencia mostrada en varias encuestas no partidarias; pero
éste sube y baja de los candidatos es un proceso normal en una campaña política
en la que aún falta mucho por ver.
Con todos los hechos conocidos
de corrupción y ocultamiento en los manejos de fondos públicos, lo mejor que
pueden hacer por ahora, nuestros políticos de Derecha, es realizar un manejo
transparente y probo de los fondos públicos, pues su honradez es lo único que puede diferenciarlos de los
políticos de Izquierda y de Unidad.
La Derecha debería
mantenerse al margen de todas las controversias de la Izquierda, pues sus votos
en la Asamblea Legislativa, son irrelevantes y la disputa, agudiza la crisis
interna dentro de la Izquierda y no será la Derecha quien cree las condiciones
para que la Izquierda solucione sus problemas.
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