Por
Lic. Fernán
Camilo Álvarez Consuegra
San Salvador, 11
de febrero de 2014.
El triunfo en
las elecciones, no depende únicamente de las propuestas electorales pues, en
todo país democrático, es necesario acompañar éste con una estructura
partidaria que sea la ejecutora de dicha propuesta y que también, provea a su
financiamiento, por lo cual debe existir una integración del partido político,
tanto vertical como horizontal en los distintos estamentos sociales y, si lo
vemos dentro del contexto europeo, fuera de las tendencias políticas
imperantes, impone la alianza partidaria para la formación de un gobierno. Este
fenómeno afecta a El Salvador, pero hay dos factores que distorsionan la
política nacional: el financiamiento del ALBA y el uso de la capacidad del
Estado, para manipular los recursos legales, en la campaña electoral en favor
del FMLN y, la notoria falta de dirección y liderazgo en ARENA.
El
financiamiento del ALBA permite al FMLN, tener en los medios una superioridad y
aparentar una presencia territorial, dando la impresión de ser el partido más
fuerte y aceptado; su efecto es inhibir la votación del contrario. Más
importante, sin embargo, es la manipulación del ejercicio de las funciones del
Estado, haciéndolas inoperantes, si son en favor del demandante de la
oposición. Vale aclarar que, las dos últimas resoluciones de la Sala de lo
Constitucional, prohibiendo que se haga propaganda desde las esferas del
Estado, sólo se refieren a la manifestación formal del funcionario, pero sin
inhibirle del ejercicio de su propio cargo, en beneficio de su propio partido
político pues, de no ser así, implicaría de hecho, reconocimiento tácito de una
violación al Artículo 86 Cn., en relación al Art. 218 Cn., y lo cual nos
llevaría inevitablemente a la habilitación del recurso que nos plantea el Art.
87 Cn.: la insurrección; lo que sería inaceptable para el propio Estado de
Derecho que todos deseamos preservar, la Derecha.
Esta distorsión de
la realidad salvadoreña y que también ha sido un hecho en Venezuela, Bolivia,
Ecuador y en cierta medida en Argentina, ha sido legitimada por el
reconocimiento del triunfo electoral en las urnas; sin embargo, esta
legitimación puede ser obligada por la fuerza militar del Estado, frente a la
oposición que, previendo las consecuencias de una guerra civil y la muerte de
sus conciudadanos opta por aceptar por la
vía democrática, como fue el caso del reconocimiento del Sr. Maduro, por parte de la oposición venezolana.
Estas
reflexiones, nos conducen directamente, hacia la oposición política partidaria,
detractora del Socialismo del Siglo XXI para los próximos comicios, ARENA. Su comportamiento
en las presentes elecciones, errático y falto de concertación interna, en las
presentes elecciones, es la expresión de una fuerza policía verdaderamente
democrática, sin el cacicazgo que ha sido característico de la mayoría de los
partidos políticos latinoamericanos, no obstante que, muchos de sus Diputados,
sí se sienten como caciques por tener sus Departamentos como feudos personales, pero en general, la forma de actual del partido, permite que
se asienten naturalmente las fuerzas internas, hasta alcanzar la madures
política, que se logra únicamente, con la verdadera comprensión de la realidad
en el entorno social, adaptándose a dicha realidad, para lograr los fines
propuestos y, no es el tiempo ni la participación en la vida política que dan
dicha madurez. La madurez política se muestra en la manifestación externa unánime
y conteste, en la dirección del partido político, lo cual no implica una
superioridad de fuerza de la dirección, sino del acomodamiento a la realidad imperante.
Es de esperar que el peligro general que se enfrenta ante el Socialismo del
Siglo XXI, debiera ser suficiente para este grado de madurez deseado, pero al
parecer no es así.
Las
manifestaciones externas de ARENA parecen ser inmaduras, pero la realidad se las
imponen: un partido cohesionado, con recursos económicos y estatales
ilimitados, es su contendor, pero es ARENA, la única fuerza que posee el peso
político (aceptación general) para enfrentársele y, esta realidad le obliga a
realizar alianzas con quienes fueron sus anteriores contendientes y que, por su
línea política, más cercana a ARENA; la alianza con estos votantes, excluye a
los altos dirigentes de los otros partidos políticos, pues por su naturaleza, exigirían
cuotas de poder interno, que destruirían
el futuro Gobierno de ARENA, aún antes de nacer.
De no aceptar la
Derecha la necesidad de presentar un frente común, bajo el liderazgo de ARENA y
que, ésta sea inclusiva, de pensamiento unánime y conteste, sucederá
inevitablemente la derrota electoral. ARENA,
habiendo tenido todo para ganar, también enfrenta todas las condiciones
para perder y, lo muy irónico de esta situación, es que es inevitable la
constitución de un frente amplio de Derecha, pues forzará a ello, el triunfo del
FMLN.
Al analizar con
lupa, los diferentes incidentes dentro del partido ARENA, desde su primera
derrota electoral después de los Acuerdos de Paz, vemos que la piedra en el
camino, han sido las pequeñas cuotas de poder que se ha querido mantener, ya
por ser ex - Presidente de la República, ya por ser fundador del partido, o por
ser Diputado, poseedor de una estructura departamental o bien, por ser alcalde
o líder municipal, olvidando todos que no existe poder sino cuenta con una
fuerza que la sustente y que ésta, debe mantenerse mediante una base económica
y con la aceptación general de sus partidarios por lo cual, en política, no
existen feudos ni derechos, …… es el dinamismo diario el que genera la fuerza
política. Las situaciones que muchos están defendiendo son efímeras, desaparecerán
con el triunfo del FMLN, pues éste
cambiaría el régimen políticos y las pasadas acciones de la Derecha serían sólo
un recuerdo…. Algo como lo presenta Vivian Lee en “Lo que el viento se llevó”
que de señorita frívola y sofisticada de la alta sociedad sureña se
vuelve, para sobrevivir, en una
miserable recolectora de zanahorias.
En
conclusión, tanto ARENA como el FMLN
cuentan con las condiciones para triunfar en las presentes elecciones pero, así
mismo, deberán superar todas las condiciones negativas que pueden significarles
la derrota: dependerá su triunfo, de su madurez política frente a su rival.
“Un país
suficientemente libre para examinar su propia conciencia es una tierra en que
es grato vivir, una nación envidiable”.
Carlos, Príncipe
de Gales
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