Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
San Salvador, 8 de mayo
de 2014.
“Cuando la iniciativa
estratégica se ha perdido (para el caso de las elecciones)
esta se recupera en los niveles operativos y tácticos, con operaciones y acciones
tácticas rápidas y contundentes, pues de lo contrario, el enemigo consolidará
el terreno, mediante la persecución y destrucción de las fuerzas enemigas
dispersas, hasta su total neutralización. (Para el caso, una
continuación de la campaña electoral, sobre fines personales específicos).
Como consecuencia
natural de su triunfo electoral, el FMLN consolida el control total y directo
de todas las instituciones del Estado, teniendo una oposición que no le es
necesaria para ejercer el Gobierno pero que sí la necesita, para mantener su
fachada democrática, en la medida en que sus “cambios estructurales” se vayan implementando.
Débese no olvidar que la existencia formal de instituciones democráticas, no
garantiza la vigencia del sistema, si a éste, lo controla la disciplina de un
partido único o, la ideología o visión política afín a dicho partido.
Se tiene la impresión,
por parte del FMLN que la intención de ARENA al buscar un acercamiento de “gobernabilidad”,
es de parte de sus dirigentes, por su debilidad, ingenuidad o falsa
interpretación de la lectura de la votación. ARENA, por el contrario,
interpreta que el mandato electoral fue para ambos partidos, de concertación.
Uno y otro partido se equivocan: el mandato electoral se definió por dos
sistemas antagónicos: la voluntad electoral es individual, con opción restringida
en la papeleta de votación. El resultado del sistema obliga a ARENA a hacer
oposición a los cambios estructurales en que se empeña el FMLN. Vale decir
entonces, oponerse al gasto excesivo, a denunciar públicamente cualesquiera
sean sus planes ocultos y todo, bien fundamentado, con pruebas; un simple “yo
lo digo y deben creerme”, carecería del efecto buscado y necesario.
Clara estrategia del
FMLN es asumir siempre la iniciativa. La Asamblea Legislativa está forjando el
desafuero de Ana Vilma de Escobar y de Roberto D´Abuisson, lo que es inminente e inevitable pues no lo
resolverá el Derecho sino el interés de la mayoría política en poder del FMLN,
lograda a costa de la traición de cinco diputados tránsfugas. El Presidente
Funes propone suspender tal proceso a cambio de que ARENA reconozca
públicamente que instituciono la corrupción y se compromete a combatirla en el
futuro. Tal proposición es hacer caer injuria no sólo sobre el partido sino
sobre todos sus electores, del presente y del pasado cual lo plantea el libro
reciente del Dr. Salvador Arias. La proposición presidencial es tanto como una
extorción producto de las pandillas y que refleja la bajeza moral de Mauricio
Funes.
El acto de “extorción”
que propone Mauricio Funes, no es novedad para el FMLN: el secuestro de Inés Guadalupe Duarte Durán obligó a su padre, el Presidente
del República Ing. Duarte a sentarse a la negociación para obtener la libertad
de su hija. Hoy no ha habido secuestro pero sí, amenaza de desafuero y cárcel lo cual es equivalente y todo como una extensión
de la lucha en la campaña electoral pasada, pero con fines futuros.
Un error del los
publicistas y asesores de imagen para la búsqueda de la aceptación pública es
sugerir a “adaptarse a lo que la tendencia diga”, sin tomar en cuenta, si ha
habido “trasbordo ideológico” por lo cual, siempre insisten en que el partido
ARENA, debe de “evolucionar hacia lo social”: el partido tiene un ser liberal,
de acuerdo a su fundación y estatutos, que son conformes con la actual Constitución
de 1983. Pero sus dirigentes, muchas veces llevados por el populismo,
desconocimiento ideológico o simplemente por la corriente supuestamente
imperante, se vuelven neo-liberales o aún más, socialistas.
El salvadoreño común
que dio su voto por ARENA quiere que el partido continúe siendo anticomunista,
opuesto al FMLN con sus tendencias revolucionarias. Suponer que ARENA con “cambios
cosméticos” o de mera apariencia hacia lo social, o en la forma de elección de
sus candidatos, subirá sus votaciones futuras, es un error; sólo se daría una
contracción del partido. La estructura que siempre asiste a los congresos
siempre saldrá feliz, pero si no se amplían las estructuras partidarias
dependientes de los Alcaldes y Diputados, el simpatizante o futuro elector se
sentirá, cada vez más alejado del partido y de sus pretensiones políticas. Son
dos los factores que provocan este alejamiento: primero las posiciones
concertadoras del partido con el FMLN- excepto cuando de amenaza a sus
diputados se trata – y la otra, son las argollas locales, en derredor de los
representantes electos, pues no dar apertura por sentirse amenazados en sus
puestos. Es evidente que si el elector hubiese querido una opción “más social”
su voto, hubiese sido por Saca y no, por Norman Quijano.
La lectura de las
declaraciones públicas de ARENA en defensa de los dos diputados pendientes de
desafuero confirma que el partido es oposición sólo cuando se toca a sus
intereses y no dice nada, frente a los desatinos que se refieren a la seguridad
pública, a Petrocaribe y de la vulnerabilidad del país en cuestiones de medio
ambiente. Los comentarios muy a soto voces son “está bien que procesen a Neto Muyshondt por meter la pata
hablando demasiado” esta actitud no abona a la unidad de ARENA ni a la
solidaridad interpartidaria frente a su enemigo común.
El FMLN continuará
afirmando que ARENA trata de hacer del país, una convulsa Venezuela, pues necesita la flexibilización de ARENA
ante sus propuestas de cambio y mayor endeudamiento, además de alejar al
votante de su preferencia electoral de ARENA. El Salvador, no puede convertirse
aún en una Venezuela, por seis razones fundamentales: 1) no existe una unidad de
mando en la oposición salvadoreña; 2) la sociedad salvadoreña, aún no ha
sentido el hambre como en Venezuela; 3) la oposición venezolana es de centro,
centro-derecha, muy apoyada en los Estados Unidos y cuyos dirigentes han hecho
cabildeos por años en el extranjero; 4) la oposición salvadoreña, está en el
punto más bajo de la aceptación norteamericana y, su imagen internacional, es la de
una derecha corrupta, además de que no ha realizado ni realiza cabildeos
internacionales en contra del FMLN; 5) Los políticos de oposición venezolana,
están dispuestos a ir a la cárcel por defender sus ideas, pero los nuestros, no
y; 6) la posición geopolítica de El Salvador, no es relevante por ahora y no “incomoda”.
ARENA debe de hacer una
oposición fuerte al FMLN, no sentarse a negociar con ellos, pues es el
principio de realizar acuerdos; sus funcionarios no deben ocultar sus
pretensiones de reelección a diputados o alcaldes, bajo la expresión: “soy
oposición territorial, allí realizo mi trabajo contra el FMLN”, pues sólo velan
por su elección. Ser oposición es frustrar las acciones de transformación nacionale que pretende el
FMLN y de ninguna manera, ayudar al FMLN a gobernar con cambios que el FMLN, pues tiene propósitos que
cumplir, y no debe ARENA legitimar las acciones que sirvan para cumplir con
tales propósitos.
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