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lunes, 5 de mayo de 2014

LA PROPUESTA DE LA LEGALIZACIÓN DE LA MARIHUANA




Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN  http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 5 de abril de 2014.

Este fin de semana,  varios miles de personas participaron en actos realizados en las ciudades de México, Argentina, Uruguay y El Salvador, para reclamar la legalización de la marihuana para fines medicinales y recreativos, esta marcha, fue en el marco de la “marcha mundial de la marihuana”, que se realiza cada primer sábado de mayo. En nuestro país, tal petición ha sido presidida por la Izquierda revolucionaria con la colaboración de algunas Iglesias protestantes.

Básicamente existen tres posiciones que tienen los mismos propósitos: la argumentación norteamericana, la suramericana y la holandesa. Son tres argumentaciones, que pueden resumirse así: la primera por ración de conveniencia económica para el Estado; la segunda, por “derechos ancestrales” y, la tercera, en bien de la  salud pública. En la práctica, suelen combinarse estos tres criterios básicos, para crear una “amalgama de razones a conveniencia”, aplicándola a cualquier droga, ya sea coca, marihuana u otra cualquiera otra variante.

Si analizamos la votación al respecto, en los Estados Unidos (en dos Estados únicamente) en donde ya se aprobó el uso medicinal y recreativo de la marihuana, encontramos ciertas coincidencias: en Colorado, más de un 54 % de los votantes, dijeron sí a la enmienda 64; mientras que, en Washington, la votación fue de un 55% en favor de la iniciativa legislativa 502; en ambas, se aprueba el consumo de la marihuana, a partir de los 21 años de edad  y, la cantidad legal a poseer es de 28.5 gramos, equivalente a una onza. Esta votación, muy reñida, también refleja una contraposición generacional.

La parte medular del debate por parte del Estado, se aprecia en  el proyecto de ley Ammiano. Por éste, se estima que, California podría recaudar hasta 20.000 millones de dólares por año. La  iniciativa propuesta el 2009, no tuvo frutos y,  presentada de nuevo, también fue desestimada en el 2012, pero no por esta negativa, debe de desestimarse su razonamiento y fundamento. En oposición,   Eric Voth, presidente del Instituto de Políticas Mundiales sobre Drogas, dice: “la cantidad de nuevos consumidores y de quienes aumentarán su consumo por la desaparición de coacciones, le costará al sistema mucho más que lo que podría llegar a recaudar por los impuestos”. Voth afirma que, quienes apoyan la legalización le mienten a la gente, al proponerle ventaja y solución de los problemas pues  lo que realmente los motiva es “la legalización a cualquier precio”.

Por el lado suramericano podemos señalar como ejemplo, la sentencia de inconstitucionalidad de la Corte colombiana, que permite el consumo de hoja de coca: Sentencia C-882/11 La hoja de coca es un elemento fundamental desde el punto de vista cultural, religioso, medicinal, alimenticio, entre otros, para varias comunidades indígenas del país; por esta razón, varios instrumentos normativos y la jurisprudencia constitucional ha reconocido que los usos ancestrales de esta planta se encuentran amparados por nuestra Carta, en particular, por el derecho a la identidad cultural y autonomía de dichas comunidades. A nivel internacional, este reconocimiento puede observarse, por ejemplo, en el artículo 14 de la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas, suscrita en Viena en 1988, la cual prevé que las Partes adoptarán medidas adecuadas para evitar y erradicar el cultivo ilícito de las plantas que contengan estupefacientes o sustancias sicotrópicas, tales como las plantas de adormidera, los arbustos de coca y las plantas de cannabis, con pleno “respeto de los derechos humanos fundamentales, y teniendo en cuenta los usos tradicionales lícitos de dichos cultivos, donde al respecto exista la evidencia histórica, así como la protección del medio ambiente”

Siempre considerando la droga como un objeto “cultural”,  extienden  el consumo “ancestral de mascar coca”, hasta el derecho de consumo de la marihuana y hasta considerarla como un medio de ingresos “legítimos” de los pueblos suramericanos, pero transformada ya en un producto de “exportación”. “ Es posible que los Pueblos de Origen de la zona andina, aunque acostumbrados a estas actitudes de defensa, se encuentren en la instancia más álgida de su derrotero por lo que urge que esta defensa deje de pertenecer a un país y se convierta en reclamo regional que permita establecer nuevas normas que reglen tanto la exportación / importación de Hoja de Coca y precursores químicos como del tránsito de los actores indígenas involucrados”,  como lo expresa en un artículo Aymara Falcon, en la página web Gobernanza: Entre la cultura ancestral y el narcotráfico, del  Instituto y Debate sobre la Gobernanza.

La tendencia holandesa fue la permisibilidad de la marihuana, por motivos recreacionales y médicos; sin embargo, desde su despenalización en 1976, han sucedido varios fenómenos inevitables: 1) el aumento en el consumo de la droga y una baja en la edad del consumidor; 2) aumento en el contenido de THC, del 7% al 15%, como resultado de la mejora genética en la droga, para competir mejor en el mercado y; 3) los extranjeros podían consumían la droga libremente,  como no podrían hacer en sus países de origen. En consecuencia,  se ha dado en la legislación un endurecimiento a partir del 2012, el cual implica un registro previo para el consumo de la droga y exclusivo para el holandés;  se declara además, ilegal el consumo de marihuana con un contenido superior al 11% de THC.  Lo cual además indica un retroceso en la libertad de consumo de la droga, por sus efectos negativos;  se pretende revertir el concepto de: “Holanda, el paraíso de la marihuana”, pues el 70% de los 4 millones de consumidores en Holanda, son extranjeros.

En El Salvador, son pocos los estudios sobre el impacto de la marihuana; sin embargo, se ha probado, que el consumo se inicia entre los 13 y 15 años, para luego, entre los 15 y 17, se consume algún derivado de la coca. El paso de una y otra droga se realiza por medio de la llamada “nieve” (mezcla de marihuana con coca). Por otra parte, el consumo de marihuana de personas mayores de 45 a 50 años, es nulo y, apenas significativo el consumo de algún derivado de la coca en personas adultas del rango antes mencionado.

La legalización de la marihuana en El Salvador, no puede justificarse por un uso ancestral y, mucho menos, por consideraciones médicas: aquí su uso  es contraindicado, pues existen medicamentos alternativos. Además, la producción para consumo individual, sería imposible de regular en la práctica y mas bien, serviría para justificar la producción para “exportación ilegal” de dicha droga, así como su transporte, además de ser el vehículo para drogas más duras como los derivados de la coca.


La legalización de la marihuana, destruiría toda una generación de salvadoreños en etapa productiva, y además de aniquilarles moralmente provocando una destrucción moral de la sociedad. El argumento de los marihuaneros de que la oposición a la despenalización  por no conocer “las bondades de la droga”, es cuestionable, y más bien se les puede responder: que es muy discutible,  pues la voluntad de un adicto no puede ser considerada como válida, pues su mismo cerebro “exige la satisfacción que le concede la droga” y no es su voluntad la que prevalece, sino la voluntad de la necesidad de la droga. 

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